Pleito en las aulas

La propiedad intelectual se vuelve escurridiza cuando profesores y alumnos est¨¢n de por medio. La imagen de un grupo de estudiantes trabajando duro en un proyecto que luego firmar¨¢ el profesor no es infrecuente en las aulas. Tampoco es raro que los tribunales tengan que intervenir cuando se plantea el problema de la autor¨ªa. El Tribunal Supremo deber¨¢ resolver las contradictorias sentencias dictadas en Valencia sobre uno de estos conflictos.Un juez de primera instancia conden¨® a un profesor y a la Universidad de Valencia a indemnizar aun alumno con cinco millones de pesetas por haberse apropiado de sus ideas. La Audiencia Provincial acaba de anular esa sentencia, y ahora el caso llegar¨¢ al m¨¢s alto tribunal.

Jos¨¦ Vicente Carbonell, de 27 a?os, conoce la importancia del primer golpe, la imagen inicial que uno proyecta sobre los dem¨¢s, "Un golpe que yo no puedo dar", se?ala. Una par¨¢lisis cerebral se lo impide. Carbonell tiene limitada su capacidad de movimientos y de expresi¨®n. Ese motivo, seg¨²n se?ala, le llev¨® a cofiar en el profesor Jorge Garc¨¦s, de la Escuela Universitaria de Trabajadores Sociales de Valencia, para impulsar un proyecto interesante. Se trataba de realizar un estudio sobre las condiciones de accesibilidad para discapacitados a todos los edificios de la Universidad de Valencia.

El proyecto fue acogido por el vicerrectorado de estudiantes y cont¨® con una subvenci¨®n de la ONCE. Las discrepancias entre Carbonell y Garc¨¦s llevaron a la Universidad a abrir un expediente que acab¨® con la separaci¨®n del alumno del desarrollo del proyecto. Jos¨¦ Vicente Carbonell registr¨® entonces los cuestionarios que ¨¦l mismo hab¨ªa preparado para iniciar el trabajo de campo. Finalmente," el proyecto, concluy¨® con colaboraciones de otros estudiantes, y fue publicado Jorge Garc¨¦s figuraba como, director del mismo.

El abogado Carlos Montouto, en representaci¨®n de Jos¨¦ Vicente Carbonell, demand¨® a la universidad, y un juez de primera instancia le dio la raz¨®n. La primera sentencia reconoc¨ªa que el trabajo fue realizado por varias personas, pero a?ad¨ªa que el autor "principal y esencial" era Carbonell. En el juicio se pudo demostrar que la direcci¨®n del profesor se hab¨ªa limitado a "supervisar" las actividades y a "facilitar bibliograf¨ªa".

Por el contrario, la Audiencia Provincial ha se?alado que se trata de una obra en la que han participado muchas personas y que ha tenido al profesor como director de la misma. Curiosamente, esta sentencia obliga a la Universidad de Valencia a abonar a Carbonell las 250.000 pesetas que Garc¨¦s hab¨ªa percibido por "coordinar" los trabajos, ya que el verdadero coodinador es el estudiante.

Jos¨¦ Vicente Carbonell no piensa abandonar la lucha por el reconocimiento de su autor¨ªa en el proyecto. Ahora ha sido contratado por varias universidades espa?olas para que realice trabajos similares o les asesore respecto a los problemas de accesibilidad de los discapacitados en los edificios de esos centros. Mientras, el trabajo publicado por el profesor Garc¨¦s descansa en las dependencias de la Universidad de Valencia.