Sali¨® pitando

Jos¨¦ Ram¨®n Molinero, de 41 a?os, se par¨® con su furgoneta en el paso a nivel de Arganda y mir¨® por si ven¨ªa el tren. No vio nada, porque el cruce forma un ¨¢ngulo de 60 grados que impide la visibilidad. As¨ª que adelant¨® el morro del veh¨ªculo. De repente se le vino encima la locomotora, que apenas le roz¨®. Pero uno de los vagones del tren, algo m¨¢s anchos, enganch¨® la furgoneta y le arrastr¨® 30 metros. Sali¨® ileso y ahora puede contarlo."Con el ruido del motor no o¨ª el pitido, y cuando te das cuenta ya lo tienes encima", ha dicho precisamente. Cuando todo pas¨® y pudo salir de la furgoneta, s¨®lo se fij¨® en que el veh¨ªculo hab¨ªa quedado inservible. El susto del maquinista fue mayor. Par¨® el ferrocarril y fue corriendo hacia la furgoneta, porque ya le daba por muerto.

Efectivamente, s¨®lo unos cent¨ªmetros separaron la vida de Jos¨¦ Ram¨®n Molinero de la muerte por atropello de tren. El ferrocarril del Taju?a, conocido popularmente como El tren de Arganda, cruzaba esta localidad (28.000 habitantes) a la altura de la calle del Brezo, en el pol¨ªgono El Guijar, por un paso a nivel sin barreras y sin guarda. Jos¨¦ Ram¨®n, casado y padre de tres hijos (dos de ellos, unas gemelas de 15 a?os, y el otro, un chico de 13), conduc¨ªa su furgoneta Ford Transit, de m¨¢s de 2.000 kilos de carga. Hab¨ªa hecho la preceptiva parada, como obliga la se?al de stop all¨ª colocada. Pero no pod¨ªa ver el tren por culpa del trazado de la carretera y la v¨ªa, y porque adem¨¢s hay casas cercanas que tambi¨¦n impiden la visibilidad. De repente, el susto: "Me qued¨¦ en blanco viendo que una mole se abalanzaba sobre m¨ª". Los vagones le atraparon y se lo llevaron con ellos. Si no lleg¨® a volcar la furgoneta fue porque el tren ten¨ªa en ese punto una velocidad reducida, de unos 50 kil¨®metros por hora.

Unos d¨ªas despu¨¦s del accidente, a Jos¨¦ Ram¨®n le duele la espalda, pero no ha podido ir al m¨¦dico: "Tengo mucho trabajo".

Ahora no sabe qui¨¦n pagar¨¢ los da?os del veh¨ªculo, "pero deber¨ªa ser el seguro del tren, porque est¨¢ muy mal se?alizado" (all¨ª ha habido ocho accidentes desde 1984, sin v¨ªctimas mortales). Sin embargo, depende de lo que decida su hermano, el due?o de la empresa de piel donde Jos¨¦ Ram¨®n trabaja como transportista. Tal vez presente una denuncia contra la empresa del ferrocarril, propiedad de las hermanas Koplowitz y que traslada el cemento desde su planta de Morata de Taju?a a trav¨¦s de Arganda y Rivas-Vaciamadrid hasta sus instalaciones en Vic¨¢lvaro.

"Es un sitio que est¨¢ sin se?alizar y cada d¨ªa hay un accidente", afirma Jos¨¦ Ram¨®n. Al menos, ¨¦l ha podido avisar a los que lleguen despu¨¦s.