Bihac empieza a olvidar 1.201 d¨ªas de asedio
Los 185.000 habitantes del enclave bosnio esperan todav¨ªa la ayuda humanitaria internacional
Tienen hambre atrasada de meses. Los 185.000 habitantes del enclave noroccidental bosnio de Bihac est¨¢n celebrando con tres kilos de harina, 500 gramos de az¨²car, 300 de manteca y una pizca de levadura y sal el fin del asedio. Pero son sonrisas apagadas para no mostrar los dientes carcomidos.El infernal cerco de 1.201 d¨ªas de las fuerzas serbias de Bosnia y de la Krajina croata junio con los milicianos del disidente musulm¨¢n Fikret Abdic sobre esta zona protegida por las Naciones Unidas ha dejado sin alma a esta ciudad mayorItariamente musulmana, aun que por las calles de Bihac comenzaban a pasear ayer algunas parejas y grupos de ni?os que saboreaban lentamente sus primeros helados en tres a?os.
"Ya hab¨ªamos comenzado a perder la esperanza en la justicia, y ahora est¨¢bamos a punto de perder la fe en Dios", confesaba una mujer de mediana edad mientras sosten¨ªa entre sus manos a dos cachorros de doberman enano reci¨¦n nacidos en una barriada de bloques batidos por la metralla.
La barbarie del asedio ha roto el espinazo de la civilizaci¨®n europea en este enclave. Aqu¨ª se ha dejado de vivir en el fin del siglo XX, en un paso atr¨¢s hacia el medioevo: caballos tirando de los carros por todas partes, viandantes fam¨¦licos de mirada como alelada, arrugados bonos de la comuna de Bihac que sustituyen al papel moneda. Durante el bloqueo los beb¨¦s nac¨ªan casi siempre prematuros, con muy poco peso. El hospital recib¨ªa hasta 300 heridos en un mismo d¨ªa y los convoyes de ayuda humanitaria llegaban cada vez m¨¢s tarde. A partir de mayo del a?o pasado apenas entraban a trav¨¦s de las l¨ªneas serbias m¨¢s de 90 toneladas de alimentos al mes.
Pan para d¨ªas
"Para dos o tres d¨ªas", explica ba ayer un responsable de la informaci¨®n del Gobierno de Bosnia Herzegovina bajo un retrato del presidente Alia Izetbegovic enmarcado en caracteres ¨¢rabes refiri¨¦ndose a las existencias de pan. Entre los veh¨ªculos blancos de las Naciones Unidas, la Uni¨®n Europea y de organizaciones no gubernamentales que circulan estos d¨ªas por las calles de Bihac ha b¨ªa tambi¨¦n uno verde de una sociedad de beneficencia de Arabia Saud¨ª.A unos diez kil¨®metros al sur de Bihac se mantiene el fuego en una l¨ªnea de frente de 66 kil¨®metros entre los defensores del enclave, el V? Cuerpo de la Armija (Ej¨¦rcito bosnio gubernamental) y las fuerzas serbo-bosnias. S¨®lo hace una semana cayeron los ¨²ltimos proyectiles en los alrededores de la capital del enclave, pero desde finales del pasado mes de junio hasta el pasado d¨ªa 5, cuando bosnios y croatas rompieron conjuntamente las l¨ªneas de los serbios de la Krajina, los 200 kil¨®metros del per¨ªmetro de la regi¨®n de Biliac eran un campo de batalla.
El largo asedio, que hace poco m¨¢s de un mes se cobr¨® sus primeras v¨ªctimas por inanici¨®n, no ha sido s¨®lo un salto hacia el pasado, una negaci¨®n del progreso y la civilidad. Las comadres que toman la fresca ante sus casas, los soldados que acarrean gas¨®leo de contrabando, los campesinos en el asfalto se han vuelto amargamente escepticos. "S¨ª, hemos sobrevivido,pero ?cu¨¢ndo llegar¨¢n m¨¢s camiones con comida?", era el estribillo que coreaban. Mientras, los funcionarios locales dan cuenta con frialdad de los dos centenares de ni?os registrados como v¨ªctimas de guerra, con alguno de sus miembros amputados.
Muchos se quieren ir ahora de Biliac y olvidar la pesadilla de la hambruna y los bombardeos. Pero mientras la vida en el enclave empieza a normalizarse poco a poco y algunas tiendas y caf¨¦s abren t¨ªmidamente sus puertas, todos siguen esperando la llegada masiva de la ayuda humanitaria internacional. Los ciudadanos de Bihac vagan como extraviados en sus propias calles y miran a los reci¨¦n llegados con una mueca de espanto.
Prisioneros serbios
Da l¨¢stima escribir en Bihac, porque en el semiderruido hotel Park los prisioneros serbios de la Krajina encerrados en los s¨®tanos, tambi¨¦n sede de la 3? brigada del V? Cuerpo de la Armija, hacen las camas y limpian las habitaciones vigilados por un polic¨ªa militar con una sucia porra. blanca. La tromba de agua que descargaba anoche rel¨¢mpagos sobre los alminares de Bihac no pod¨ªa superar a las l¨¢grimas de cuatro a?os de muerte, metralla y asedios en la antigua Yugoslavia.
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