El grupo antirrapados pierde el 70% de sus agentes y se queda s¨®lo con 10 polic¨ªas

La unidad policial encargada de investigar las agresiones. de punkis y cabezas rapadas en la Comunidad de Madrid atraviesa horas bajas. Este servicio, denominado Grupo de Tribus Urbanas (GTU) y adscrito a la secreta Brigada de Informaci¨®n, ha pasado en los ¨²ltimos cinco meses de tener 36 efectivos a s¨®lo 10, de los que la mitad disfruta de vacaciones, seg¨²n fuentes del Ministerio del interior. Esta reducci¨®n ha descompensado, seg¨²n dichas fuentes, la correlaci¨®n de fuerzas entre agentes de informaci¨®n y los cerca de 2.000 miembros fichados de las tribus urbanas. De hecho, los rapados por s¨ª solos suman m¨¢s de 600 en la regi¨®n y en el ¨²ltimo mes han cometido una agresi¨®n cada dos d¨ªas, es decir, que han aumentado sus ataques en un 25% respecto a la media del primer semestre, cifra que se dispara hasta el 500% en el caso, de los punkis, que han pasado de nueve agresiones en seis meses a siete s¨®lo en julio. El GTU, adem¨¢s, ha perdido desde marzo la capacidad para practicar detenciones y, registros, competencia que ha pasado a manos de las comisar¨ªas.Esta situaci¨®n contrasta con los objetivos fundacionales de la unidad. El Grupo de Tribus Urbanas fue creado por la Delegaci¨®n de Gobierno en diciembre de 1993. Su misi¨®n era, en palabras de la Jefatura Superior de Polic¨ªa, "poner coto a una nueva modalidad delictiva: las agresiones a ciudadanos por grupos violentos". Un fen¨®meno cuyo imparable ascenso hab¨ªa desatado la alarma en la Comunidad de Madrid, especialmente tras el denominado crimen de Comendadoras, una muerte que, en su d¨ªa fue atribuida a los cabezas rapadas -hip¨®tesis posteriormente rechazada por el propio GTU-. Ejemplo de esta preocupaci¨®n fue la decisi¨®n del fiscal jefe de Madrid, Mariano Fern¨¢ndez Bermejo, de pedir seis a?os de c¨¢rcel para cada skin detenido por uno de estos ataques.

As¨ª las cosas, la unidad fue anunciada a bombo y platillo y pertrechada con 36 agentes. Su selecci¨®n fue especialmente dif¨ªcil. Ten¨ªan que ser j¨®venes, estar dispuestos a trabajar los fines de semana -d¨ªas de m¨¢ximo auge de la violencia urbana- y prepararse para infiltrase en las m¨¢s peligrosas bandas juveniles. Asimismo, se les adiestr¨® para las tareas propias de un servicio de informaci¨®n, como los seguimientos y la recogida de datos.

Entre los objetivos del grupo, inicialmente dividido en dos, figuraba el an¨¢lisis del fen¨®meno de las tribus urbanas -motivaci¨®n ideolog¨ªa, entorno social-, as¨ª como el estudio de sus m¨¦todos, lugares de reuni¨®n e identidad.

En el terreno pr¨¢ctico, se trataba de investigar las denuncias de sus v¨ªctimas, detener a los autores, tramitar las diligencias y enviar a los acusados al juez.

PASA A LA P?GINA 3