Terele P¨¢vez entra en las venas de La Celestina
Gerardo Vera rescata a la actriz para el cine con la obra cumbre del teatro espa?ol
A estas alturas de su vida, 56 a?os, Terele P¨¢vez debiera estar, entre gira y gira, dando clases magistrales en las escuelas de teatro, como corresponde a las actrices de su raza ¨²nica. Pero las apariencias enga?an, y la genial int¨¦rprete llevaba cuatro a?os sin trabajar hasta que la contrat¨® ?lex de la Iglesia en El d¨ªa de la bestia y, ahora, Gerardo Vera en su pel¨ªcula La Celestina. Terele P¨¢vez memoriza estos d¨ªas un gui¨®n de Rafael Azcona para convertirse "en una m¨¦dium", seg¨²n dice, del personaje cumbre del teatro espa?ol. La siguen en la aventura Juan Diego Botto (Calixto) y Pen¨¦lope Cruz (Melibea).
Hoy Terele P¨¢vez ha llegado en metro, quej¨¢ndose del calor, vestida de manera muy informal con un pantal¨®n de ch¨¢ndal y una camisa blanca escotada. Pero ha entrado en el hotel madrile?o donde es la cita como lo hubiera hecho una diva, con un porte dram¨¢tico que cruza a Anna Magnani con Mar¨ªa Callas. Cuando se sienta y mira, lo mismo puede parecer Madre Coraje que Lady Macbeth."Yo s¨¦ que el dolor existe", dice con su voz ronca. "Al borde del precipicio conoces otras manifestaciones del ser humano que de este lado no hubieras percibido. El ser humano es maravilloso cuando lo ves de una forma m¨¢s desnuda. Es el mismo ser humano que el que est¨¢ en este lado, lo que pasa es que el de aqu¨ª no sabe, no ha estado all¨ª, no ha estado solo, ni triste, ni marginado o con dificultades. Y te dan ganas de cont¨¢rselo: "Eres maravilloso, pero no has estado all¨ª".
A Terele P¨¢vez la acompa?a un aura de marginalidad que es ya legendaria en la bohemia madrile?a. "S¨¦ lo que no he hecho, s¨¦ mi parte de culpable perfectamente", dice. Quiz¨¢ por todo eso no es ahora una diosa del teatro y ni siquiera la llaman de las escuelas para dirigirse a unos j¨®venes alumnos de teatro a los que, con su rara inteligencia, probablemente les dir¨ªa:
"A m¨ª me gusta estudiar mucho por dentro, la miro [a La Celestina], me mira, quiero que me coja confianza ella a m¨ª. Los personajes se te escurren cuando ven que quieres sacar de ellos un provecho. Dicen: 'Ahora veras, te vas a equivocar totalmente'. Yo soy muy m¨¢gica en esto, me gusta ser como vidente, como m¨¦dium de mi personaje, y de repente un d¨ªa noto que se deja y me dice: 'Es as¨ª, vas a contar de m¨ª lo que les va a servir a los dem¨¢s, y t¨² tambi¨¦n te vas a beneficiar'. Es eso; si no, ?qu¨¦ es ser actor? Da mucho miedo hablar de estos temas porque puede parecer que est¨¢s totalmente pirada, pero tiene que haber una espiritualidad aplastante, una entrega total, porque si no el personaje te esquiva y, adem¨¢s, va contra ti, y pones caritas y se nota".
Un monstruo
Gerardo Vera trabaj¨® con Terele P¨¢vez en una pel¨ªcula para televisi¨®n, La otra historia de Rosendo Ju¨¢rez, en la que interpretaba a la madre de Antonio Banderas. "En una secuencia entre los dos", recuerda Gerardo Vera, "hab¨ªa que trabajar mucho con las emociones. Vi c¨®mo lloraba en el momento justo, c¨®mo respond¨ªa a la situaci¨®n con unos registros que pens¨¦: 'Esto es un monstruo'. En la comida le dije: "Cuando haga algo gordo te voy a llamar".Vera ha cumplido su promesa, y filmar¨¢ con ella a partir del d¨ªa 18 en la ciudad vieja de C¨¢ceres este ambicioso proyecto que cuenta con el acad¨¦mico Francisco Rico como asesor literario y un reparto de veteranos actores como Llu¨ªs Homar y Ana Lizar¨¢n y otros m¨¢s j¨®venes como Jordi Moll¨¢, Carlos Fuentes y Candela Pe?a.
"Yo no creo en las generaciones, no creo que esta profesi¨®n tenga edad", afirma una Terele P¨¢vez encantada de coincidir en el proyecto con las ¨²ltimas hornadas del cine espa?ol. "El actor es igual de ingenuo, de inseguro y de seguro a cualquier edad y en cualquier momento. Yo creo en el actor que me da la mano y me dice: 'Hola, ?qu¨¦ tal?, me llamo Juanito y soy actor'. Y, matem¨¢ticamente, nos miramos y yo estoy de acuerdo. Y si alguien me dice: '?Qu¨¦ te ha dicho ¨¦se, que no ha hecho nada?', yo respondo: 'No, est¨¢s equivocado, me ha dicho que es actor y yo lo creo'. Porque como no te lo digas t¨² no hay escuela, no hay nadie que te pueda llevar a ello. Lo dem¨¢s es una cosa circunstancial, es la suerte".
Lo circunstancial para Terele P¨¢vez ha sido un p¨¦ndulo en el que ella trataba de encontrar su punto de equilibrio. "He tenido unas vivencias que me han retenido lo suficientemente ocupada como para olvidarme de que no llevaba bien mi carrera", afirma. Aun as¨ª, quedan sus actuaciones memorables en teatro con La casa de las chivas, de Jaime Salom, o La Celestina en el papel de Elicia. Y, en cine y televisi¨®n, Fortunata y Jacinta, de Angelino Fons; La envenenadora de Valencia, de Pedro Olea, o Los santos inocentes, de Mario Camus.
"Es un caso bastante excepcional", recuerda Mario Camus, "oro puro. Aport¨® en Los santos inocentes una humanidad fant¨¢stica, el papel le iba a la medida, ella misma se lo busc¨®, yo no tuve que decirle nada. Y nadie podr¨ªa haberlo hecho mejor".
Manipuladora
A Terele P¨¢vez, La Celestina, de entrada, es una mujer que no le gusta porque usa demasiado para ella misma sus acciones. "Tiene poderes desarrollad¨ªsimos, con una cultura de herencia", dice. "Maneja a la gente, utiliza sus conocimientos para manipular y tener y controlar; a todo el mundo lo tiene pillado por algo. Es una manipuladora que se conforma con que le vaya bien, saber cosas de los dem¨¢s, que va as¨ª como que tal pero que de repente echa un maleficio que dices: `Hija m¨ªa, por favor'. Hay mucha gente as¨ª, que te dice: ,?Hola!, pasa', pero que son terribles. Me dan p¨¢nico. Yo, vamos, aqu¨ª donde me ves con pinta de fuerte para defenderme, me dan verdadero p¨¢nico".Terele P¨¢vez, la peque?a de cuatro hermanas (dos de ellas actrices, Enma Penella y Elisa Montes, y una alejada del teatro que vive en Estados Unidos), ha ido por la vida a trompicones. Ella los llama lapsos, y gracias a ellos, a que no le han ofrecido en el momento oportuno lo que ella quer¨ªa, le ha dado tiempo, dice, "a ser menos imb¨¦cil". "A lo mejor hubiera sido una se?ora totalmente convencida de que yo, yo, ?yo lo que valgo!; y ese vapuleo y esos revolcones de la vida me han puesto en mi sitio, m¨¢s en la realidad, soy m¨¢s persona que actriz. A veces, lo que me da miedo es pensar qu¨¦ hubiera sido de m¨ª si hubieran ido las cosas muy bien".
Terele P¨¢vez es un personaje de una autenticidad conmovedora, alguien que va por los bordes de la realidad y jam¨¢s se referir¨¢ a cosas. que no sean esenciales. "En este momento me alegro mucho de lo que he vivido", dice, "y por mi hijo [de 22 a?os]. En tu sufrimiento, en tu manera de traducirlo, resulta que a la larga, sin darte t¨² cuenta, a ¨¦l le has dado mucho m¨¢s que a lo mejor un buen colegio pagado todos los meses y yo siendo una se?ora con traje de chaqueta cruzado dici¨¦ndole a la directora: 'S¨ª, realmente, la concupiscencia del cangrejo...'. Me hubiera gustado darle una vida mejor, pero ?qu¨¦ es una vida mejor si basta con que le haya dado una vida que est¨¢ ah¨ª? Y nos miramos y decimos: 'Pues no estamos tan mal'. Porque sacar algo bueno de las dificultades es el oro; sacar cosas buenas de un buen colegio y de todo muy bien: ?pues qu¨¦ menos! Ya me hubiera gustado a m¨ª hacerlo mejor".
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