"El amor perfecto s¨®lo dura un momento"
ENVIADO ESPECIALClint Eastwood ha presentado en el Festival de Cine Americano de Deauville (Francia) su ¨²ltima pel¨ªcula. Se trata de The bridges of Madison County, el filme n¨²mero 18 en su ya larga carrera de director, iniciada en 1971 entre la desconfianza de quienes s¨®lo pod¨ªan verle como el pistolero de mueca ¨²nica inventado por Sergio Leone. "Haber vivido en varios pa¨ªses, en continentes distintos, entre gente de cultura muy diferente de la tuya, haber participado en toda clase de pel¨ªculas, incluso el haber sido presidente del jurado de Cannes, son experiencias que te enriquecen, que te hacen m¨¢s abierto. Esta pel¨ªcula que presento en Deauville hubiese sido muy distinta de haberla dirigido hace 15 o 20 a?os. Yo creo que los proyectos te llegan cuando te tienen de llegar, cuando est¨¢s preparado para ello", dice con una tranquilidad desarmante un hombre que se ha convertido en un cl¨¢sico vivo sin perder el sentido del humor ni someterse a los liftings con que la mayor¨ªa de sus colegas y compatriotas intenta luchar contra el tiempo.
"Hay algo de mi vida en The bridges of Madison porque siempre hay una parte de ti en los papeles que interpretas", admite sin referirse para nada a la condici¨®n de fot¨®grafo profesional de Robert Kincaid, el protagonista del filme. Tampoco hace menci¨®n a sus vivencias como hijo de trabajadores ambulantes, aunque acepta sonriente que, " sin llegar al 100%, hay cosas en la personalidad de Kincaid que yo tambi¨¦n las he vivido, como el viajar de un lado a otro. Pero he tenido menos suerte: en ning¨²n sitio he encontrado una Meryl Streep a la que seducir".
The bridges of Madison County est¨¢ basada en un best seller -nueve millones de ejemplares vendidos en los, EE UU- de Robert Waller. Primero ten¨ªa que dirigirla Sidney Pollack, se supone que especialista en historias rom¨¢nticas, luego se le propuso al australiano Bruce Beresford y finalmente cay¨® en manos de Eastwood, que la hizo suya: "Debo decir que el gui¨®n de Richard LaGravenese me gust¨® mucho porque llevaba la novela hacia mi terreno. La parte m¨¢s abiertamente sexual era la que menos me interesaba, prefer¨ªa el recorrido que lleva al sexo. Entre gente joven lo f¨ªsico puede que sea m¨¢s inmediato, pero entre personas como Kincaid y Francesca Johnson es la complicidad que nace de los peque?os gestos, de una m¨²sica, de un verso, lo que permite la aproximaci¨®n de los cuerpos".
A sus 65 a?os, Eastwood filma su primera historia de amor. "Es importante que sigan proponi¨¦ndome historias distintas, que ya no est¨¦ obligado a pasearme con el poncho puesto y el cigarro en la boca, como cuando rodaba en Almer¨ªa". Ahora encama a un fot¨®grafo profesional, de National Geographic, que llega a una granja perdida en Ioawa y se encuentra con una mujer, de origen italiano, que pasa cuatro d¨ªas sin esposo e hijos. Entre ambos nacer¨¢ un idilio que los dos saben ser¨¢ el ¨²ltimo de su vida. "El amor perfecto s¨®lo dura un momento, necesita de circunstancias muy especiales, pero hay grandes historias de amor que s¨ª se extienden en el tiempo, pero entonces est¨¢n repletas de imperfecciones".
La pel¨ªcula est¨¢ promocion¨¢ndose, sobre todo, entre gente de m¨¢s de 30 a?os y con predilecci¨®n especial por el p¨²blico femenino. El director no quiere hablar de la estrategia de promoci¨®n -"un hombre debe conocer sus l¨ªmites", es la m¨¢xima de Eastwood - y s¨ª, en cambio, de que "se trata de una pel¨ªcula de personajes y de relaciones entre seres humanos. No hay efectos especiales, s¨®lo actores, amor y emoci¨®n. No creo que pueda pedirle m¨¢s al cine".
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