?Crece m¨¢s el agujero?
Unas declaraciones de nuestro alcalde reabren el debate sobre la pomposamente denominada "remodelaci¨®n de la plaza de Oriente, calle de Bail¨¦n y su entorno" (aparcamiento, para entendernos).La vieja y grandilocuente idea de los se?ores Oriol y Ans¨®n de una plaza de Oriente en vanos niveles con locales comerciales (?luego culturales?), acceso subterr¨¢neo al teatro Real y magno aparcamiento de autobuses, despu¨¦s de numerosos avatares, termin¨® en un concurso de proyecto, obra y explotaci¨®n entre empresas constructoras (triste subordinaci¨®n de los arquitectos, cada vez m¨¢s frecuente en toda la Administraci¨®n, pero bien empleado nos est¨¢, por opinar, aunque sea poco), que en. una decisi¨®n numantina de mantenerla y escarbar como sea acab¨® en la menos disparatada de las propuestas,. la de las empresas constructoras Dragados y Entrecanales (los nombres ya dan idea de que se va a sacar tierra), con un modesto aparcamiento de residentes ocupando el actual anillo de circulaci¨®n rodada de la plaza, un paso en t¨²nel de la calle Bail¨¦n y un aparcamiento de autobuses en una entreplanta entre la calle y el t¨²nel, perdiendo la opci¨®n de aprovechar la razonable propuesta de la Ute Gran Oriente, avalada por numerosos y prestigiosos profesionales, que resolv¨ªa los problemas planteados de manera no lesiva para la ciudad y poco onerosa para el bolsillo del contribuyente.
La soluci¨®n no afecta a los jardines (salvo los ¨¢rboles que morir¨¢n al cortar sus ra¨ªces las pantallas de hormig¨®n) y permite peatonalizar la plaza, que llegar¨¢ as¨ª de una manera un tanto extra?a al pie del palacio que siempre le fue ajeno (el tiempo dir¨¢ de las ventajas y m¨¢s probablemente de los problemas de la peatonalizaci¨®n).
La obra, que, como otras empresas municipales, iba a ser "gratuita" para los madrile?os, se saldar¨¢ con suerte con m¨¢s de 2.000 millones de coste para nuestros bolsillos, aparte de las molestias durante a?os (en el proceso se ver¨¢ que se puede restringir perfectamente el tr¨¢fico de Bail¨¦n durante la obra sin que pase nada, lo que demostrar¨¢ que el t¨²nel s¨®lo existe para entrar f¨¢cilmente al estacionamiento).
Ahora se est¨¢n realizando excavaciones arqueol¨®gicas para determinar la importancia de los restos existentes. Cuando las escavaciones a¨²n no est¨¢n terminadas y los arque¨®logos a¨²n no han emitido su informe, el se?or ?lvarez del Manzano ya sabe que los restos no son importantes y que hay s¨®lo una atalaya que se pondr¨¢ en una urna de cristal, "como en Par¨ªs" (no se sabe si tambi¨¦n por indicaci¨®n del se?or Chirac), y de paso, eso si, que se ampliar¨¢ el aparcamiento, ?una planta m¨¢s?, (modificando as¨ª las condiciones de la concesi¨®n).
No ser¨ªa malo que nuestro alcalde espere los acontecimientos, cuya secuencia natural deber¨ªa ser, siguiendo el proceso que el propio Ayuntamiento ha establecido:
a) Los arque¨®logos entregan su informe, lo que no se producir¨¢ hasta dentro de dos meses (u ocho, con el aumento de plazo que al parecer han solicitado).
b) Cuando se produzca el informe (ahora s¨®lo hay permiso para la excavaci¨®n arqueol¨®gica), la Comunidad debe valorarlo y decidir cu¨¢les son los restos arqueol¨®gicos que deben conservarse y en qu¨¦ condiciones, y si autoriza o no la construcci¨®n del aparcamiento.
c) A partir de ese momento podr¨ªa comenzar la obra que ha sido objeto de un4 concesi¨®n en unas determinadas condiciones. Una modificaci¨®n de las mismas cabe esperar que est¨¦ sujeta, como m¨ªnimo, a una nueva informaci¨®n p¨²blica seguida de un nuevo acuerdo del pleno municipal.
d) Cabe recordar que no se han realizado a¨²n excavaciones bajo la calle de Bail¨¦n, donde la probabilidad de encontrar restos de muralla es mayor y podr¨ªa obligar a dejar la cosa en un aparcamiento de residentes bajo el anillo de tr¨¢fico de la plaza (la soluci¨®n m¨¢s razonable despu¨¦s de la obvia de haber dejado la plaza en paz y hacer el dichoso aparcamiento en otro sitio).
Dentro del desprop¨®sito inicial de hacer el agujero, el camino adoptado por el Ayuntamiento al elegir el proyecto menos disparatado abr¨ªa la esperanza de una soluci¨®n racional del asunto, dentro de lo que cabe. Las declaraciones del se?or ?lvarez del Manzano, en las que el agujero vuelve a crecer, sali¨¦ndose del camino administrativo ya emprendido, hacen temer que no lea el ¨²nico cambio; a uno le entran sudores fr¨ªos y se acuerda del cad¨¢ver del pobre Amadeo de la obra Ionesco, que crec¨ªa de manera incontrolada sobre el escenario del teatro Beatriz (hoy restaurante con decoraci¨®n parisiense, por supuesto) sin que hubiera forma de quitarlo de enmedio.
Esperamos que las declaraciones de nuestro alcalde no sean m¨¢s que un intento de apaciguar a los descontentos con la controvertida adjudicaci¨®n de las plazas de aparcamiento para residentes y que los acontecimientos se desarrollen seg¨²n lo legalmente establecido. Siguiendo el camino que el propio Ayuntamiento eligi¨® para aco meter la obra, dejen que los arque¨®logos emitan su informe sin presiones y, si ha lugar a la obra, y adem¨¢s se estima conveniente modificar las condiciones de la concesi¨®n, h¨¢gase entonces con la debida publicidad, cumpliendo los tr¨¢mites necesarios y midiendo las consecuencias, lo que no parece mucho pedir, y adem¨¢s (que no se me olvide), con el debido respeto.
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