El cine espa?ol debuta en la competici¨®n con un filme apasionado y de riesgo
"Kids", la pelicula esc¨¢ndalo del a?o en Estados Unidos, primera decepci¨®n del certamen
Se llama Nadie hablar¨¢ de nosotras cuando hayamos muerto, es la ¨®pera prima de un joven guionista, Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, y constituye, con sus problemas y tambi¨¦n con sus valientes riesgos, la primera grata sorpresa de la selecci¨®n a concurso. A su lado, la pulcra, acad¨¦mica y previsible Margaret's Museum, coproducci¨®n anglo-canadiense de Mort Ransen, parece un filme mortecino y sin alma, por mucho que sus temas sean de una seriedad apabullante: el alto coste del trabajo en las minas, la soledad irreparable de las esposas de los mineros, el dr¨¢stico final de la felicidad y la esperanza de cambios.
Por su parte, la primera novedad desagradable corri¨® por cuenta de Kids, filme de Larry Clark que este verano provoc¨® en Estados Unidos una acalorada, controversia sobre la veracidad o no de su posicionamiento sobre la naturaleza de los adolescentes estadounidenses, una pol¨¦mica est¨¦ril a la luz de las m¨²ltiples trampas que invalidan el filme.Comienza la pel¨ªcula de D¨ªaz Yanes con un terremoto y desde ah¨ª crece en progresi¨®n imparable. Victoria Abril, prostituta, alcoh¨®lica, espa?ola varada en M¨¦xico tras el naufragio de sus sue?os, le est¨¢ haciendo una felaci¨®n a un hamp¨®n, luego a otro y, mientras, a su alrededor, estalla una verbena de tiros, sangre y muertos. ?ste es s¨®lo el comienzo, a partir de ah¨ª nacen tambi¨¦n los problemas: es casi imposible explicar en pocas palabras una pel¨ªcula que cobija en su interior suficiente materia prima como para abastecer por lo menos a dos o tres largometrajes. Nadie, pues, podr¨¢ achacar a D¨ªaz-Yanes taca?er¨ªa de inspiraci¨®n.
Nadie hablar¨¢... cuenta muchas cosas: la odisea de Gloria, la prostituta, a su regreso a Madrid en posesi¨®n de un libro de notas en las que figuran los lugares de blanqueo de dinero proveniente del mercado de la droga americano, y que ella espera explotar para, hacerse rica: "Los pobres son pr¨ªncipes que tienen que reconquistar su reino", se repite ella misma.
Est¨¢ tambi¨¦n el drama de su marido, un torero que lleva tres anos en coma irreversible y origen ¨²ltimo de las desventuras de la muchacha; y la peculiar historia de la relaci¨®n entre la suegra (Pilar Bardem), una vieja militante comunista que ser¨¢ para la muchacha una especie de gu¨ªa espiritual; y la historia de un pistolero (Federico Luppi), encargado de perseguirla por Madrid y sumido ¨¦l mismo en una honda crisis espiritual porque est¨¢ convencido de que Dios es injusto y le chantajea para obligarlo a dejar de matar, algo que ¨¦l no puede asumir.
Pocas cosas tiene el director en su mano para llevar a buen puerto un gui¨®n tan pre?ado, de sugerencias, de l¨ªneas de trabajo, incluso de elementos que ayudan m¨¢s a restar que a sumar hallazgos. Pero las que tiene las emplea con ejemplar contundencia:es bueno componiendo el encuadre, nunca descuida el ritmo narrativo y es capaz de obtener de sus actores trabajos de antolog¨ªa. Que Abril logre la interpretaci¨®n de su vida en un papel que es una golosina -?d¨®nde estar¨¢ el l¨ªmite para el progreso t¨¦cnico de esta mujer?- es algo esperable. Que Luppi borde un personaje que parece la continuaci¨®n de otros suyos, el de ?ltimos d¨ªas de la v¨ªctima, de Alfonso Aristar¨¢in, por ejemplo, es algo a lo que estamos acostumbrados, no en vano el argentino es hoy por hoy uno de los pocos actores de la lengua capaces de mantener por s¨ª solo todo el edificio de un filme. Pilar Bardem est¨¢ sencillamente fant¨¢stica.
Desmanes y excesos
Tambi¨¦n hay desmanes en el filme, desprop¨®sitos y hasta excesos, obra curiosamente del gui¨®n, lo que parece un contrasentido viniendo de un guionista como D¨ªaz-Yanes. Pero nadie le puede negar la ambici¨®n de su apuesta, realmente de ¨®rdago.Tambi¨¦n Larry Clark es un director novel, pero su pel¨ªcula es cualquier cosa menos ambiciosa. Kids aparece ante nuestros descre¨ªdos ojos de europeos esc¨¦pticos como una operaci¨®n de mercadotecnia destinada a obtener lo que ya ha conseguido: esc¨¢ndalo y taquillas rebosantes. Su pel¨ªcula, escrita, dice ¨¦l, por una adolescente de 19 a?os, es un aburrido cruce entre el documental aficionado y la pel¨ªcula de lenguaje desenvuelto y escatol¨®gico -ser¨ªa una curiosidad saber cu¨¢ntas veces se dice "follar", "semen" y "perra" o "puta" a lo largo de la hora y media que dura el asunto-, un recurso tan viejo como el cine. Hablar de progresi¨®n dram¨¢tica es un contrasentido, toda vez que Clark se limita a acumular atrocidades para redondear su recado: los chicos entre 14 y 18 a?os son una panda de obsesos sexuales, las chicas parecen tontas, el m¨¢ximo galard¨®n para ellos es la obtenci¨®n de la virginidad de cualquier chica. En fin, un verdadero asco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.