Redondo, centro de todas las protestas
Fue una jornada cargada de silbidos. La grada no necesit¨® de un mal partido para descargar sus quejas. Mucho antes de que el Madrid le diera la raz¨®n con una actuaci¨®n gris, la hinchada ya hab¨ªa lanzado una raci¨®n de pitidos. En esas r¨¢fagas iniciales, las protestas se?alaron hacia Redondo. No se hab¨ªan jugado ni tres minutos, cuando un aluvi¨®n de sonidos cr¨ªticos cay¨® sobre el argentino. Luego, el enfado se extendi¨® a m¨¢s jugadores. Y hasta alcanz¨® a Valdano, a quien un sector del Bernab¨¦u increp¨® con fuerza en alguna de sus salidas del banquillo.
En el minuto 9, Redondo correspondi¨® al batall¨®n de detractores perdiendo el bal¨®n ante Berto y facilitando el primer empate del Oviedo. Durante algunos minutos, cada bronca contra el argentino fue contestada con algunos aplausos procedentes de otros sectores. Por momentos, el Bernab¨¦u se dividi¨® en torno a su medio centro. El paso del encuentro puso a todo el p¨²blico de acuerdo. En el 65, cuando se retir¨® del campo por Milla, Redondo se llev¨® una pitada monumental.
El comportamiento del equipo despert¨® distintas reacciones entre los protagonistas. Zamorano critic¨® al respetable: "A lo mejor, con m¨¢s apoyo del p¨²blico, el equipo habr¨ªa reaccionado de otra forma". Mendoza lanz¨® un ligero reproche: "No pongo excusas, pero silbar a un jugador desde el minuto 3 no ayuda a nada". Y Valdano no juzg¨®, s¨®lo narr¨® los hechos: "Redondo cometi¨® un error que propici¨® el primer gol y a partir de ah¨ª el ambiente se le hizo irrespirable. Empez¨® estando marcado y termin¨® bajo tortura".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.