La Generalitat instal¨® telefon¨ªa de seguridad en 1993 al detectar seguimientos a Pujol
El Palau de la Generalitat y algunos de los departamentos del Gobierno catal¨¢n introdujeron en 1993 sistemas de seguridad de telefon¨ªa tras detectarse seguimientos al presidente, Jordi Pujol. La instalaci¨®n se realiz¨® en mayo, coincidiendo en el tiempo. con la investigaci¨®n del Cesid sobre Pujol y las actividades econ¨®micas de su familia.Hasta 1993, los tel¨¦fonos de los despachos de los altos cargos del Gobierno catal¨¢n eran aparatos carentes de sistemas contra pinchazos y tampoco estaban libres de tener interferencias o cruces de conversaciones. En esta situaci¨®n se encontraban tambi¨¦n las l¨ªneas telef¨®nicas del propio Pujol en el Palau de la Generalitat.
Todas las l¨ªneas eran rastreadas peri¨®dicamente por t¨¦cnicos de los Mossos d'Esquadra pero eso no garantizaba la inviolabilidad de las comunicaciones puesto que los pinchazos pueden ser puntuales y, en consecuencia, m¨¢s dif¨ªciles de detectar. Adem¨¢s, el control de que las l¨ªneas no esten intervenidas es factible desde la caja exterior al interior del edificio, algo que resulta imposible con el cableado exterior.
En la primavera de 1993, los mossos iban a realizar un barrido de las l¨ªneas, pero ante indicios de seguimientos a Pujol se opt¨® por, adem¨¢s del rastreo, mejorar los sistemas de seguridad en las comunicaciones y adquirir los aparatos necesarios. Fue entonces cuando se compr¨® una red de secrafon¨ªa que consiste en tel¨¦fonos dotados de un aparato codificador.
Se trata de un sistema que impide la intervenci¨®n ya que s¨®lo es posible la comunicaci¨®n inteligible entre dos tel¨¦fonos dotados del citado secr¨¢fono. Es decir, si se intentara captar las conversaciones no se podr¨ªa entender el contenido puesto que las voces est¨¢n distorsionaclas para el que esp¨ªa.
Alguno de los tel¨¦fonos de Palau de Pujol y de otros consejeros, como Gobernaci¨®n, fueron dotados del sistema.
La instalaci¨®n del mecanismo de seguridad en la Generalitat se hizo en una ¨¦poca, adem¨¢s, en la que algunos tel¨¦fonos de personalidades pol¨ªticas, financieras, altas instancias del mundo judicial y varios periodistas de Barcelona estuvieron pinchados.
Pese a la generalizada alarma que ocasion¨® esa situaci¨®n, todos los casos acabaron con la impunidad para sus autores ya que no se lleg¨® a dar con los responsables de las intervenciones ilegales, ni siquiera en la del propio fiscal jefe, Carlos Jim¨¦nez Villarejo.
De la Rosa y Pujol
En relaci¨®n con la reuni¨®n mantenida entre Javier de la Rosa y Jordi Pujol, en marzo pasado, y en la que el financiero intent¨® presionar al presidente para que intercediera a su favor en los procesos judiciales, Pujol desminti¨® ayer su existencia. Desde St. Petersburg (FloridaEstados Unidos), donde el presidente clausur¨® ayer la exposici¨®n El joven Dal¨ª 19147,1930, afirm¨®: "esa reuni¨®n no existi¨®", informa desde Florida Carlos Pastor.
Por su parte, De la Rosa dijo el pasado mi¨¦rcoles que con el presidente catal¨¢n se hab¨ªa reunido no una, sino varias veces. En declaraciones a la COPE, en la noche del mi¨¦rcoles, el financiero dijo: "Tenga usted en cuenta que le conozco desde hace 25 a?os. Yo me habr¨¦ visto media docena de veces con ¨¦l antes de junio y espero verle a menudo".
De la Rosa neg¨® que hubiera pretendido presionar a Pujol para que intercediese de alguna forma a su favor. No obstante, matiz¨® que con el presidente en sus encuentros hablaba de su situaci¨®n personal: "Es una persona [en referencia a Pujoll cari?osa que se ha preocupado por una problem¨¢tica que he sufrido y que no quiero calificar en estos momentos. Pero no en un sentido peyorativo, como dice EL PAIS, de amenazarlo, y espero que ¨¦l salga al paso de ello, sino que ha sido m¨¢s bien un amigo, y el intentar ayudar, que es muy poco lo que puede hacer el presidente de la Generalitat, aunque parezca mentira, ayudar en los problemas que yo tengo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.