La "arquitectura tranquila" de Alas Casariego
Una antol¨®gica en Madrid revisa 40 a?os de edificios y proyectos del equ¨ªpo
Alas Casariego es el nombre del estudio de arquitectura de Genaro Alas (Madrid, 1926) y Pedro Casariego (Oviedo, 1927). Tambi¨¦n es, desde ayer y hasta el 5 de noviembre, la exposici¨®n abierta en la sala del Ministerio de Obras P¨²blicas, Transportes y Medio Ambiente, en la arquer¨ªa de los Nuevos Ministerios de Madrid (paseo de la Castellana, 67), con los proyectos de 40 a?os de actividad. "Hacemos una arquitectura tranquila y ordenada" dicen los autores del edificio Windsor y la desaparecida f¨¢brica Monky, en Madrid.
Los dos arquitectos, titulados en la escuela de Madrid en 1953, forman parte de la promoci¨®n de profesionales como Carvajal y Fern¨¢ndez Alba, posteriores a O¨ªza, Fisac o De la Sota, comprometidos con el movimiento moderno. En 1955 fundan el estudio, cuya actividad a lo largo de 40 a?os se muestra con paneles, planos, fotograf¨ªas y maquetas."Nosotros recogimos la herencia moderna en un momento de reacci¨®n contra una arquitectura que se hab¨ªa impuesto pol¨ªticamente", declar¨® ayer Pedro Casariego. "La guerra signific¨® vituperar el movimiento moderno y favorecer una v¨ªa tradicional. Seguimos manteniendo muchos principios, como el deseo de limpieza, sencillez, orden, junto con la influencia de lo que pasa. Una arquitectura discreta, econ¨®mica, como un servicio a la sociedad". Genaro Alas a?ade que la evoluci¨®n de la arquitectura no significa "el acatamiento a la moda", que sigue una espiral cl¨¢sico-barroca. Desde el "soy org¨¢nico" de la escuela Alas se traslada al "intento de ser racionalistas, que, como el liberalismo, son utop¨ªas". "Que las cosas tengan su raz¨®n de ser".
"Hemos tenido un eclecticismo", dice Casariego, "que nos ha permitido recoger influencias, no de estilo, sino de forma de construir, como las oficinas que parecen edificios m¨¢s americanos o las viviendas cercanas a lo n¨®rdico o mediterr¨¢neo. Es dif¨ªcil hacer autocr¨ªtica, ya que en el fondo siempre est¨¢ deformada por un exceso de soberbia o derrotismo. Seguimos al pie del ca?¨®n y con la misma ilusi¨®n".
Babelia
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