Mujeres y pobres
El Congreso de los Diputados ha enviado al Senado para su aprobaci¨®n definitiva la Proposici¨®n de Ley de Comercio del Grupo Catal¨¢n, cuyo art¨ªculo 16 reza: "Cada comerciante determinar¨¢, con plena libertad y sin limitaci¨®n legal alguna en todo el territorio del Estado el horario de apertura y cierre de sus establecimientos comerciales". ?Ser¨¢ verdad? No teman: la misma proposici¨®n contiene una Disposici¨®n Transitoria que me garantiza que podr¨¦ seguir escribiendo estas columnas durante un largo trecho: "Lo dispuesto en el art¨ªculo 16 no ser¨¢ de aplicaci¨®n hasta que el Gobierno junto con el Gobierno de cada una de las Comunidades Aut¨®nomas, de com¨²n acuerdo, as¨ª lo decidan, y en ning¨²n caso antes del primero de enero del a?o 2001.Ayer habl¨® en Madrid sobre El valor del tiempo y los horarios comerciales el profesor Gary Becker, galardonado en 1992 con el premio Nobel de Econom¨ªa. Esbozar¨¦ ahora mismo su an¨¢lisis de la resistencia de los reaccionarios frente a la libertad comercial, pero una cosa quiero destacar sobre todo de sus conclusiones: la prohibici¨®n de abrir en domingos y festivos constituye una grave discriminaci¨®n contra las mujeres trabajadoras de las clases m¨¢s pobres. La coalici¨®n de Convergencia i Uni¨® y, del PSOE, como era de esperar en una coalici¨®n conservadora, democristiana y socialista, se viste de machismo y antiobrerismo.
Destaca Becker una caracter¨ªstica de la vida humana y otra de la vida moderna. Nuestro tiempo de vida es limitado, pese a que la esperanza de vida de los humanos se haya alargado tan notablemente: es curioso que, viviendo m¨¢s a?os, nos falte m¨¢s el tiempo. Ello se debe a que, gracias al avance econ¨®mico de nuestra civilizaci¨®n, son muchas m¨¢s las cosas que podemos hacer, tanto en el trabajo, como en la familia, como en la diversi¨®n. Nos faltan horas y, lejos de alargarlas, la vida moderna las acorta. Si no es as¨ª, ?por qu¨¦ llega usted tarde a todas partes?
Las horas adem¨¢s cambian de valor a lo largo de los d¨ªas, de los a?os, y de la vida. La limpiadora que empieza a trabajar a las seis de la ma?ana, termina justo a tiempo para ir a preparar la merienda a sus ni?os que vuelven del Instituto y apenas ha terminado de aderezar la casa y la cena para el momento en que vuelve su marido, no puede ir de compras en el gran almac¨¦n vecino del ministerio, como lo hace la funcionaria que trabaja de ocho a tres por un buen sueldo. Necesitar¨ªa poder utilizar las horas m¨¢s abundantes del s¨¢bado y el domingo para ir de compras, pasarlo bien con toda su familia en un centro comercial lleno de peque?os comerciantes y elegir con sosiego en qu¨¦ gastar su exiguo presupuesto.
Espero que la presi¨®n del voto obrero femenino haga saltar pronto la coalici¨®n burguesa de botiguers que no quieren trabajar el domingo porque, al contrario de este periodista, son se?oritos y vacan a voluntad. Precisamente es a los peque?os comerciantes a quienes conviene abrir los festivos. Es bien sabido, por ejemplo, que ese maravilloso emporio que es El Corte Ingl¨¦s no ha movido un dedo para evitar la revocaci¨®n del decreto Boyer, por los costes laborales que le supone la apertura en domingo. En cambio los restoranes, cines y boutiques de los centros comerciales est¨¢n desolados por el desastre econ¨®mico que les causa la coalici¨®n entre G¨®mez-Navarro y Roca, los pasteleros que cocieron esta medida.
Adem¨¢s el pastel no ha levantado bien, est¨¢ crudo y aplastado, pues la Disposici¨®n Transitoria de marras es anticonstitucional. Ya hay tres sentencias judiciales que anulan las invasiones por las Comunidades Aut¨®nomas de la competencia exclusiva sobre la regulaci¨®n general del comercio, que concede al Estado el art¨ªculo 149 de la Constituci¨®n. No es legal que el Estado y las Autonom¨ªas decidan "de com¨²n acuerdo" la prolongaci¨®n del cierre en festivos, ni ahora, ni en el siglo venidero. Se?ores Senadores: si Sus Se?or¨ªas no emiendan la Transitoria la haremos desaparecer ganando un recurso.
A lo mejor, va a resultar que ten¨ªa raz¨®n el profesor Becker cuando vaticin¨® que no pasar¨ªan cinco a?os sin que volviera la plena libertad de comercio.
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