Dolor y humillaci¨®n
Durante m¨¢s de 20 a?os fui periodista, y durante otros tantos escritor, habiendo publicado m¨¢s de 50 libros sin haber provocado nunca el m¨¢s m¨ªnimo esc¨¢ndalo, ni profesional ni personal, huyendo de la publicidad, limit¨¢ndome a vivir retirado en Lanzarote, y sin aparecer ni una sola vez en 15 a?os en televisi¨®n para promocionar mi obra literaria.Pero por lo visto eso no basta para proteger el honor de una persona y su familia.
En los tiempos que corren cualquiera puede acusarte de algo sin la m¨¢s m¨ªnima prueba, y siempre existir¨¢ un periodista que ni siquiera se tome la molestia de preguntarte qu¨¦ hay de cierto en ello, pese a que resulta sencillo conseguir mi n¨²mero de tel¨¦fono, ya que nunca he tenido por qu¨¦ ocultarlo.
En efecto: parece ser que don Jos¨¦ Luis Ramo Mesple, un ingeniero jubilado, tuvo hace a?os la idea de desalinizar agua por un sistema de presi¨®n hidr¨¢ulica que inscribi¨® en el Registro de la Propiedad Industrial, pero al no darle resultado dej¨® de pagar los correspondientes derechos, lo cual quiere decir que su patente pas¨® a ser de dominio p¨²blico.
Seg¨²n explica en su art¨ªculo la se?ora Mardones -y transcribo textualmente-: "Este ingeniero patent¨® en 1980 la instalaci¨®n necesaria. Se hicieron pruebas en aguas de Almer¨ªa y fracasaron. El proyecto se descart¨® por las dificultades t¨¦cnicas y la elevada inversi¨®n".
He investigado en Almer¨ªa y, en efecto, por esas fechas se efectuaron pruebas de intento de desalaci¨®n de agua de mar a 500 metros de profundidad y a varias millas de la costa, aunque jam¨¢s en tierra firme.
No obstante, en otra parte del citado art¨ªculo se afirma: "Nunca lleg¨® a desarrollarse ante la inviabilidad del proyecto. Aunque la idea base puede ser atractiva, las experiencias que se hicieron en Almer¨ªa fracasaron".
La primera pregunta,que surge es simple: si las pruebas se hicieron en el mar de Almer¨ªa, ?qu¨¦ tiene eso que ver con mi patente, que se refiere a una galer¨ªa subterr¨¢nea en tierra firme a cuatro o cinco kil¨®metros en el interior de la costa?
Y si por el contrario "nunca se lleg¨® a desarrollar ante la inviabilidad del proyecto", ?qu¨¦ tiene eso que ver con mi sistema, cuya viabilidad viene avalada por una docena de ingenieros -algunos de ellos catedr¨¢ticos-, cuyos nombres y n¨²meros telef¨®nicos remito en nota aparte para que puedan ser consultados?
Seg¨²n ellos, que son los que ahora elaboran el proyecto definitivo, mi sistema podr¨ªa dar hasta medio mill¨®n de metros c¨²bicos de agua dulce diarios, a un precio que oscilar¨ªa entre las 25 y las 50 pesetas metro c¨²bico, seg¨²n se tuviera que amortizar o no el coste de la planta. Pretender negarlo es pretender negar la evidencia, puesto que para confirmarlo basta con una simple llamada telef¨®nica.
Tambi¨¦n altos cargos del Ministerio de Obras P¨²blicas est¨¢n de acuerdo en que mi sistema solucionar¨ªa el problema del agua en Espa?a, arrinconando el inviable Plan Hidrol¨®gico Nacional, cuyos costos se calculan en unos seis billones de pesetas.
Supongo que eso significar¨ªa un gran bien para Espa?a, dado que yo ceder¨ªa gratis mis derechos siempre que no se especulase con los precios.
Pero incluso tal ofrecimiento "hace gracia" a la se?ora Mardones.
Poca gracia le tiene que hacer a los 10 millones de espa?oles que est¨¢n sufriendo por culpa de la sequ¨ªa.
O a nuestros desertizados campos que agonizan d¨ªa a d¨ªa.
Yo no pongo en duda el hecho de que al se?or Ramo Mesple se le ocurriera algo que por desgracia no consiguiera culminar con ¨¦xito. He hablado con ¨¦l, me parece un caballero, asegura que no ha dicho nada de lo que se le atribuye en ese art¨ªculo, e incluso a?ade que te ha escrito una carta denunci¨¢ndolo.
Eso le honra, de igual modo que le honra reconocer que ya no tiene ning¨²n derecho legal, y que lo ¨²nico que le gustar¨ªa es que se reconociera que "a ¨¦l tambi¨¦n, se le ocurri¨® esa idea".
Sea en el fondo del mar o sea donde sea, no tengo el menor empacho en reconocer que otros so?aron con desalinizar el mar utilizando la presi¨®n, puesto que las ideas no son m¨¢s que ideas hasta que se materializan y "funcionan". Cientos de personas se estrellaron lanz¨¢ndose desde un acantilado con alas de madera antes de que el hombre aprendiera a volar.
Basta con repasar mis declaraciones p¨²blicas para advertir que siempre he asegurado que "yo no he inventado nada". Me he limitado a tomar cosas que existen para colocarlas de tal forma que, en lugar de obtener el agua a 150 pesetas metro c¨²bico, se consiga a la tercera o cuarta parte de ese coste.
Y lo m¨¢s curioso estriba en que la soluci¨®n es muy simple: basta con elevar la cabecera del pozo 60 metros sobre el nivel del mar para que la "salmuera" -que pierde poco m¨¢s de cinco atm¨®sferas al atravesar los filtros de ¨®smosis inversa- regrese directamente al mar sin frenar el sistema. (Ver gr¨¢fico).
En eso, y en construir dos grandes dep¨®sitos para utilizar ¨²nicamente energ¨ªa nocturna residual de bajo coste, estriba el truco. ?Pero hay que pensarlo!
La empresa especializada que se ocup¨® de patentar mi sistema no encontr¨® ning¨²n precedente semejante, y en cierto modo resulta comprensible, puesto que si en 1981 el se?or Ramo Mesple dej¨® de pagar los derechos, su sistema debi¨® pasar al olvido o s¨®lo puede encontrarlo quien sepa que existi¨®.
Yo jam¨¢s he puesto los pies en un Registro de Patentes, y jam¨¢s tuve conocimiento m¨¢s que de los intentos que en 1976 hiciera un grupo alem¨¢n en aguas de Cartagena, y que tambi¨¦n fracasaron puesto que no ten¨ªan forma humana de alzar una chimenea de m¨¢s de 60 metros sobre un barco.
Dado que ya he patentado mi sistema en varios pa¨ªses, lo cual me concede opci¨®n prioritaria para hacerlo en el resto del mundo, quiz¨¢s la posici¨®n que deber¨ªa adoptar ser¨ªa la de aceptar que, "nadie es profeta en su tierra", y que si Espa?a se muere de sed no es mi problema. Actitudes como la de la se?ora Mardones invitan a ello, aunque actitudes como la tuya, obligan a replante¨¢rselo.
Ayer, humillado, ofendido y dolido por el dolor de mi familia ante semejante verg¨¹enza e injusticia, -ya que me han visto ir mejorando mi sistema d¨ªa a d¨ªa y paso a paso- decid¨ª que si los espa?oles quer¨ªan agua a bajo precio tendr¨ªan que pagarla como cualquier otro ciudadano del mundo.
Hoy, aunque me consta que el mal ya est¨¢ hecho y resultar¨¢ muy dif¨ªcil borrar lo imborrable, repito lo que siempre he dicho: si, como parece ser, he encontrado la forma de solventar problemas frente a los que otros se estrellaron, mi oferta para Espa?a, as¨ª como para todos los pa¨ªses del Tercer Mundo, sigue en pie: no cobrar¨¦ ni un c¨¦ntimo siempre que no se especule con los precios del agua.
Me consta que nos ha tocado vivir unos dif¨ªciles tiempos en los que todo aquello que no suene a esc¨¢ndalo tiene poca aceptaci¨®n, y que el esfuerzo cotidiano y silencioso en cualquier actividad raramente despierta eco, pero tambi¨¦n me consta que durante m¨¢s de 40 a?os actu¨¦ de ese modo, y me siento orgulloso de haber conseguido con ello millones de lectores y un cierto respeto.
Nada me va a hacer cambiar, ni nadie me va a provocar ofendi¨¦ndome, humill¨¢ndome o despreciando mi trabajo, pero me cuesta aceptar que exista gente tan est¨²pida como para suponer que yo soy tan est¨²pido como para plagiar un rotundo fracaso.
Siempre se han plagiado los ¨¦xitos, no los fracasos, y cuando una sociedad se plantea lo contrario es que se encuentra al borde del abismo.
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