Una pena

Como por muchas veces que se alcen sobre el tema, desgraciadamente, siempre ser¨¢n pocas, le agradecer¨ªa much¨ªsimo la publicaci¨®n de la presente. Tremenda la noticia de los encierros en la localidad madrile?a de Fuenlabrada, con dos reses muertas por agotamiento, am¨¦n de otra vaquilla por accidente. Si a esto unimos los muertos y el gran n¨²mero de heridos habidos durante este verano, el escalofr¨ªo es completo. Es una pena: ni Madrid ni Espa?a merecen tales demostraciones de barbarie e insensibilidad.Ruiz-Gallard¨®n tiene ahora una magn¨ªfica ocasi¨®n para demostrar que la derecha es capaz de hacer algo que deber¨ªa haber hecho la izquierda: m¨¢s cultura tambi¨¦n, y sobre todo para los festejos populares. Potenciar todos los espect¨¢culos competitivos y nobles, que aporten a los participantes y espectadores algo m¨¢s que una subida de adrenalina y una gran dosis de embrutecimiento. ?Qu¨¦ motivo hay para seguir con tan crueles pr¨¢cticas? Ni siquiera el arte que, dicen los entendidos, tiene la fiesta taurina, pues los encierros, en cualquiera de sus variantes, no son sino brutalidad colectiva, y no se deber¨ªa destinar ni una sola peseta de dinero p¨²blico para este fin.

?La tan mentada tradici¨®n? No tenemos por qu¨¦ seguir practicando las mismas versiones que entreten¨ªan a personas que no contaban con los medios que tenernos nosotros ahora y s¨ª contaban, en cambio, con un gran n¨²mero de poblaci¨®n analfabeta.-