El turista accidental
Keith Jennings acaba su periplo como 'temporero' de Estudiantes
"Jennings ha sido la clave de nuestra victoria". La sentencia, firmada por Jos¨¦ Vicente Hern¨¢ndez, entrenador de Estudiantes, no tendr¨ªa nada de particular si no se refiriese a un trabajador a tiempo parcial, a un temporero del baloncesto como es el caso de su base estadounidense. La mayor¨ªa de los eventuales se limita a cumplir el expediente sin m¨¢s. Jennigs ha demostrado ser de otra pasta. Desde el primer d¨ªa se integr¨® plenamente en su nuevo equipo, a pesar de saber de antemano que su presencia se limitar¨ªa a cuatro semanas. El s¨¢bado jug¨® su ¨²ltimo partido, ante el Murcia, y se despidi¨® del equipo estudiantil con seis victorias y una, derrota.Keith Jennings disfrutaba apaciblemente de las vacaciones en su peque?o pueblo del estado de Virginia cuando, abruptamente, la llamada de su agente le apart¨® de tanta tranquilidad. "Tengo una oferta un equipo espa?ol que te necesita durante un mes, pero debes decidirte ahora mismo", le espet¨® el intermediario a su sorprendido representado, anhelante de noticias de alg¨²n club de la NBA.
"No lo dud¨¦. S¨®lo le pregunt¨¦ la ciudad donde estaba radicado el equipo y su potencial dentro de la Liga espa?ola", recuerda Jennings. "Madrid y uno de los mejores del pa¨ªs, me contest¨® mi agente, con lo cual le respond¨ª que cu¨¢ndo sal¨ªa mi vuelo".
T¨ªpico escorpiano (2 de noviembre de 1968), Jennings es un tipo aventurero y decidido, adem¨¢s de inteligente. La oferta de Estudiantes, repentinamente sin bases despu¨¦s de las lesiones de Azofra y Mart¨ªnez, s¨®lo conten¨ªa ingredientes positivos para el virginiano.
"La oferta me pareci¨® como algo as¨ª de pague uno y ll¨¦vese tres", confiesa. De un golpe iba a gozar de la oportunidad de descubrir un pa¨ªs nuevo, adquirir ritmo de competici¨®n para un futuro en la NBA y ganar un buen dinero".
Jennings se despidi¨® de su hijo y apareci¨® en Madrid. Como le ocurre siempre, pas¨® completamente inadvertido. Su peque?a figura de 1,70 de estatura, seg¨²n las siempre generosas mediciones de la NBA, no le delata como jugador profesional del baloncesto, con un bagaje la pasada temporada de 80 partidos jugados (20 minutos y siete puntos de promedio) con Golden State Warriors. La franquicia de Oakland-San Francisco le tuvo qu¨¦ reservar una p¨¢gina en sus libros: es el jugador m¨¢s bajo que jam¨¢s ha vestido el uniforme de los Warriers en sus 47 a?os de historia.
Al virginiano le agigantan, margen de su intr¨ªnseco y suficientemente probado talento como director de juego, su abierta mentalidad personal y su seria actitud profesional. Son virtudes que han evitado su inmersi¨®n en el s¨ªndrome de inadaptaci¨®n que tan frecuentemente lastra a sus compatriotas. Jennings parece uno m¨¢s dentro de la familia estudiantil.
"Lo he tenido todo a favor. Este equipo es muy especial y el ambiente dentro del vestuario no puede ser m¨¢s agradable. Luego est¨¢n mis compatriotas Thompson y Alexander, que me han ayudado a integrarme".
Residente en un hotel del norte de la ciudad, Keith se ha visto arrastrado por Thompson y Alexander a comer casi siempre en los restaurantes americanos existentes en Madrid. Pero se ha empe?ado en degustar platos t¨ªpicos espa?oles y ha aprovechado el escaso tiempo de que ha dispuesto para visitar alg¨²n museo y conocer otros lugares de inter¨¦s.
"En menos de un mes hemos jugado siete partidos y hemos viajado a ciudades tan distintas como Barcelona, Sevilla o Las Palmas, que a m¨ª me ha encantado porque es una forma de hacer turismo y ampliar mi cultura", reflexiona el temporero, del Estudiantes. "Es curioso, pero el aluvi¨®n de partidos de la ACB, tan parecido a la NBA, ha colaborado para que me sintiera como en casa
La NBA espera ya a Jennings. Los Raptors de Toronto le ofrecen 70 millones de pesetas al cambio por la temporada, aunque ¨¦l, con la carta de libertad, ans¨ªa una oferta de los Bullets de Washington para estar "m¨¢s cerca de casa". En Madrid ha dejado huella. "En el futuro nunca se sabe qu¨¦ puede pasar y yo he tratado de dejar aqu¨ª una puerta abierta", apunta con p¨ªcara sonrisa. "Se trataba de eso, ?no?".
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