El "caso Simpson" ahonda la divisi¨®n entre blancos y negros en EE UU
El veredicto absolutorio pone en cuesti¨®n el sistema judicial
Mientras el pa¨ªs trata de recuperarse del impacto sufrido por el veredicto pronunciado sobre el caso de O. J. Simpson, el famoso deportista negro -absuelto del asesinato de su ex esposa y de un amigo de ¨¦sta, blanco ambos- vislumbra un horizonte de millones de d¨®lares en el primer d¨ªa de su recuperada libertad. La divisi¨®n racial que el proceso ha impuesto en EE UU se refleja en las encuestas: un 60% de la poblaci¨®n considera que se ha hecho un grave da?o en las relaciones entre blancos y negros. Una cifra superior no cree en la inocencia del procesado.
Portavoces de la comunidad negra insistieron ayer en que el car¨¢cter racial del juicio lo mencionan s¨®lo los blancos para disculpar a un departamiento de polic¨ªa como el de Los ?ngeles, notoriamente racista. Uno de los nueve miembros negros del jurado, Lionel Cryer, declar¨® al diario Los Angeles Times que fueron los agujeros aparecidos en la causa del fiscal los que llevaron al jurado a su veredicto. "Hab¨ªa basura por todos los lados. Hab¨ªa montones de posibilidades de haber contaminado las pruebas", dijo Cryer.Reflejando mejor el sentimiento de su minor¨ªa, un barbero del barrio de South Central, en Los ?ngeles, manifestaba: "Tal vez los mat¨®. En realidad, yo creo que lo hizo. Pero, a¨²n as¨ª, esto es s¨®lo una peque?a compensaci¨®n por todos los negros linchados, golpeados y encarcelados por delitos que no cometieron. Es un d¨ªa glorioso para todos nosotros".
En el otro lado, el de los blancos, Ben Stein, un abogado y economista de Los ?ngeles, expon¨ªa, con no menos claridad: "No vamos a hacer manifestaciones y saqueos. Nuestra manera de protestar por la libertad de Simpson ser¨¢ dejar las ciudades, irnos a Oregon o Idaho o Arizona, votar por Newt Gingrich Y castigar a los negros cortando los programas sociales y la seguridad social".
Estas opiniones son s¨®lo algunas muestras de la profunda conmoci¨®n que este proceso ha supuesto en Estados Unidos. Mucho mayor, por ejemplo, que el atentado de Oklahoma. Una de las repercusiones del caso es el debate abierto sobre el sistema judicial vigente. ?Es justo que un abogado utilice todas las armas a su disposici¨®n, incluido el delicado problema racial, para salvar a su defendido? ?Es justo que un jurado, tenga que tomar su decisi¨®n por unanimidad? ?Es justo que el destino de un acusado est¨¦ en manos de un jurado que lleva un a?o encerrado y, por tanto, con incontenibles ansias de libertad? Muchas de las cr¨ªticas al veredicto, obtenido despu¨¦s de s¨®lo cuatro horas de deliberaciones, est¨¢n referidas a las prisas que el jurado se dio para tomar una decisi¨®n.
De hecho, aunque los responsables del sistema legal hagan llamamientos a respetar la sentencia, el prestigio de las doce personas del jurado ha quedado claramente en entredicho. A ello han contribuido las noticias de que la mayor¨ªa de ellos est¨¢n en estos momentos negociando contratos millonarios con distintos medios de comunicaci¨®n para contar su historia en exclusiva.
La versi¨®n en exclusiva del propio O. J. Simpson es, sin duda, la que m¨¢s se cotiza. El futbolista, que ayer pas¨® el d¨ªa encerrado en su lujosa residencia de Brentwood, en Los ?ngeles, est¨¢ todav¨ªa considerando la mejor forma de explotar comercialmente su caso. Entre las posibilidades que se manejan est¨¢n la edici¨®n de un nuevo libro y la concesi¨®n de una entrevista por el sistema de televisi¨®n Pay Per View que, como si de un combate de boxeo se tratara, obliga al espectador a pagar una cuota por sintonizar la emisi¨®n. Se calcula que Simpson podr¨ªa obtener hasta 20 millones de d¨®lares (unos 2.480 millones de pesetas).
[En la primera entrevista que ha concendido tras quedar absuelto O. J. Simpson dijo ayer que necesita tiempo para llorar a su ex mujer, informa Reuter. "La gente debe entender que yo la amaba", a?adi¨®].
La casa de Simpson estaba ayer rodeada de periodistas y curiosos. De momento, seg¨²n sus amigos, ha disfrutado del primer sue?o en su cama, despues de un a?o en una celda de cinco metros cuadrados. En la puerta se o¨ªan a¨²n v¨ªtores al juice, como llaman popularmente a Simpson y alg¨²n que otro grito de ?asesino!
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