Perdidos en el monte
El I Tomeo de Orientaci¨®n de Madrid congrega a 250 deportistas en El Pardo
Tener sentido de la orientaci¨®n, saber concentrarse y estar en buena forma f¨ªsica resultan imprescindibles para practicar con posibilidades de no hacer el rid¨ªculo el llamado deporte de la orientaci¨®n. Ayer, la Comunidad y el Ej¨¦rcito organizaron el Primer Trofeo de Orientaci¨®n de Madrid. Participaron 250 deportistas, divididos en categor¨ªas por edades y sexos.Las reglas son sencillas. Los participantes deben efectuar un recorrido campo a trav¨¦s, en el menor tiempo posible, y buscar unas balizas escondidas entre la naturaleza. Para hallarlas cuentan con un mapa muy detallado -en ¨¦l se representan, por ejemplo, ¨¢rboles aislados o cercas ganaderas-, una br¨²jula y un papel con instrucciones.
"Lo m¨¢s importante es no perder la concentraci¨®n en ning¨²n momento. Un simple error, y te pierdes en mitad del bosque", bromeaba ayer ?ngel Rojas, de 33 a?os, campe¨®n de Espa?a. "El truco est¨¢ en intrepretar bien el mapa, al tiempo que no se para de correr", comentaba este sargento de Infanter¨ªa de Marina.
La mayor¨ªa de los que participaron ayer eran militares. "Este deporte lo practican militares y civiles, pero los militares estamos m¨¢s habituados a estar en contacto con mapas", explicaba ayer el capit¨¢n Bernal, uno de los coordinadores de la prueba.
Carlos Sanz, proyectista de 59 anos, era el m¨¢s veterano. "Esto es un vicio. He dejado otros deportes por la orientaci¨®n. Es una actividad muy saludable para la gente de mi edad. En los ¨²ltimos campeonatos del mundo hab¨ªa deportistas suecos de hasta 92 a?os", dec¨ªa. En Suecia, la orientaci¨®n es uno de los deportes nacionales y fueron ellos quienes lo introdujeron en Espa?a en los a?os setenta. En Madrid existen unas 350 personas federadas.
En la prueba de ayer hubo de todo: participantes perdidos en mitad del bosque, y que miraban de reojo hacia donde iban los dem¨¢s para seguirlos con disimulo, corredores que aseguraban que algunas balizas hab¨ªan desaparocido y campeones que atravesaban- con seguridad el terreno.
Dos chicas discut¨ªan en una vaguada. "Es por all¨¢, estoy segu,ra", indicaba una de ellas. "Qu¨¦ no, que es por all¨ª. No ves que van todos hacia ese lado", replicaba su compa?era. "?sos son de otro grupo. Nuestra baliza est¨¢ por ese sendero", la convenc¨ªa.
Una hora despu¨¦s del inicio de esta prueba de m¨¢s ocho kil¨®metros comenzaron a llegar los campeones. Antonio Aller, de 30 a?os, miembro de la Guardia Real, fue uno de los primeros en atravesar la meta. "Era un recorrido muy dif¨ªcil porque hab¨ªa zonas boscosas muy espesas y los m¨¢s inexpertos intentaron atravesarlas directamente. Lo l¨®gico era dar un rodeo y atacarlas por los claros o por los pasos m¨¢s accesibles. Era f¨¢cil", dec¨ªa.
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