El hombre cuyo padre muri¨® en La Paz denuncia la falta de higiene

El sobrecogedor relato de Antonio Prieto, el delineante de 31 a?os cuyo padre muri¨® en el hospital La Paz el pasado 2 de julio (tras un calvario de diagn¨®sticos contradictorios y desinformaci¨®n que se prolong¨® 38 d¨ªas), arremete con dureza contra la suciedad existente en algunas zonas de la unidad de cuidados intensivos (UCI) del centro.En una carta-denuncia que ha remitido a varios organismos p¨²blicos y a este peri¨®dico (EL PA?S de ayer), Prieto se queja amargamente de la apat¨ªa higi¨¦nica que observ¨® en la planta s¨¦ptima, donde est¨¢ ubicada la UCI y donde falleci¨® su padre.. Menciona, entre otras cosas, la inhibici¨®n del personal sanitario ante una ventana con un cristal roto y afilado en forma de guillotina, una sala de espera que se barr¨ªa de vez en cuando y una gasa ensangrentada que se cay¨® de una camilla y que tuvo que retirarla del suelo ¨¦l mismo, porque nadie -ni el celador al que se le cay¨®- lo hac¨ªa.

Su padre, Lucas Prieto, de 67 a?os, estuvo en la UCI en tres ocasiones a lo largo de los 38 d¨ªas que pas¨® en el hospital antes de fallecer. Cada vez que le llevaban a la UCI, le intubaban y sedaban para apagar su estado de nerviosismo y luchar contra el co¨¢gulo sangu¨ªneo que se le hab¨ªa formado en la cabeza como consecuencia de una ca¨ªda en la calle. Fueron precisamente esas intubaciones, seg¨²n Prieto, las que provocaron la infecci¨®n que m¨¢s tarde mat¨® a su padre. Para atajar la infecci¨®n, los m¨¦dicos le suministraron fuertes dosis de antibi¨®ticos, que primero atacaron su ya de por s¨ª d¨¦bil h¨ªgado y m¨¢s tarde el ri?¨®n. De hecho, Lucas Prieto muri¨® no por el co¨¢gulo que le produjo la ca¨ªda, y que motiv¨® su ingreso en el hospital en la noche del 26 de mayo, sino por un "fracaso multiorg¨¢nico", seg¨²n el parte m¨¦dico.

Punta afilada

Antonio, su esposa y sus dos hermanas pasaron muchas horas en la sala de espera, aguardando noticias del enfermo, y, por tanto, tuvieron oportunidad de observar la higiene, causa de muchas infecciones. "En los 38 d¨ªas que he estado all¨ª", indica Antonio en la carta que ha enviado al Rey y a este peri¨®dico, "hab¨ªa un cristal roto de punta afilada [en una ventana cercana a un tel¨¦fono p¨²blico instalado en la sala de espera de la UCI], con un gran peligro para las personas que all¨ª nos encontr¨¢bamos. ( ... ) Se lo dije a un se?or de mantenimiento y me contest¨®, muy descort¨¦s y con iron¨ªa, que avisase a un fontanero. Indignado, baj¨¦ y lo comuniqu¨¦ a la oficina de atenci¨®n al paciente. Me hablaron con muy buenas palabras, pero el cristal estuvo 12 d¨ªas m¨¢s, d¨ªas que han sido los que yo he permanecido en el hospital hasta el fallecimiento de mi padre".La falta de higiene era tal que en una ocasi¨®n, evoca Antonio, "familiares de enfermos de la UCI solicitaron al personal de limpieza una escoba para barrer ellos la sala de espera".