El Nobel de la Paz premia al fundador del mvimiento antinuclear Pugwash
El f¨ªsico Joseph Rotblat, de 86 a?os, brit¨¢nico de origen polaco, y la organizaci¨®n Conferencia Pugwash de Ciencia y Asuntos Internacionales, de la que es uno de los fundadores, ganaron ayer el Nobel de la Paz por su silenciosa y prolongada campa?a, contra las armas nucleares. Rotblat puede decirse con justicia que fue la primera persona que protest¨® contra el arma nuclear cuando en 1944 bandon¨® el Proyecto Manhattan de EE UU, que ten¨ªa como objetivo construir la bomba at¨®mica. Desde entonces se convirti¨® uno de los m¨¢s efectivos oponentes mundiales a las armas nucleares.
El abandono del proyecto por Rotblat, cuando vio que la Alemania nazi ya no era capaz de desarrollar el arma at¨®mica, le vali¨® que fuese prohibida su entrada en EE UU hasta 1964.Rotblat fue consciente por vez primera del potencial de la fisi¨®n nuclear cuando trabajaba en el Laboratorio Radiol¨®gico de Varsovia y durante sus labores de investigaci¨®n en la Universidad de Liverpool (Reino Unido) en 1939. "Mi primera reflexi¨®n", aseguraba en 1985, "fue tratar de olvidarme de todo eso, como una persona que trata de ignorar los primeros s¨ªntomas de una enfermedad mortal. Mi temor era que alguien intentase poner esa idea en pr¨¢ctica".
Cuando el presidente del Comit¨¦ Nobel del Parlamento noruego, Francis Sejersted, anunci¨® ayer en Oslo que el Premio de la Paz hab¨ªa sido adjudicado a Rotblat y a Pugwash, un gran signo de interrogaci¨®n se dibuj¨® en los rostros de los periodistas que aguardaban el veredicto. Ni Rotblat ni su organizaci¨®n hab¨ªan sido mencionados en los c¨¢lculos previos.
Pero la fudamentaci¨®n del comit¨¦, premiando "trabajos destinados a reducir las armas nucleares y a eliminarlas totalmente como un objetivo final" y la r¨¢pida difusi¨®n del origen y la tarea silenciosa pero fruct¨ªfera de dicha organizaci¨®n fueron cambiando la perplejidad por el j¨²bilo.
El propio presidente del comit¨¦ se encarg¨® de ampliar el significado de este premio y la intenci¨®n expl¨ªcita en la elecci¨®n de los ganadores cuando aludi¨® a la conmemoraci¨®n del 500 aniversario del ataque nuclear realizado por EE UU al final de la II Guerra Mundial contra las ciudades japonesas de Hirosima y Nagasaki y a las pruebas que se realizan actualmente en el Pac¨ªfico sur. Manifest¨® que "el mensaje en la concesi¨®n del premio englobaba tambi¨¦n una llamada a la responsabilidad de los dirigentes pol¨ªticos que las realizan, se?alando concretamente a los Gobiernos de Francia y China.
El movimiento Pugwash fue fundado poco despu¨¦s de las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Su primera conferencia tuvo lugar en 1957 en la ciudad del mismo nombre, en Canad¨¢ por iniciativa de Bertrand Russell.
La muerte impidi¨® a Albert Einstein incorporarse a la organizaci¨®n. Rotblat ha explicado que, deliberadamente se eligi¨® mantener un perfil bajo en las actividades, ajeno a toda publicidad, no porque fuera una organizaci¨®n secreta, sino porque hab¨ªa que llevar una l¨ªnea de trabajo que permitiera mantener canales abiertos de comunicaci¨®n entre los cient¨ªficos occidentales y los de la antigua URSS y evitar por lo tanto la posibilidad de suspicacias en medio del tenso clima de los a?os de la guerra fr¨ªa.
La organizaci¨®n no se limit¨® en sus trabajos a denunciar los peligros del armamentismo y de una guerra nuclear, una posibilidad que no fue, desechada durante esos a?os, sino tambi¨¦n a hacer un llamamiento a la conciencia ¨¦tica d¨¦ los cient¨ªficos que trabajaban en ese campo y mantener contactos con los dirigentes pol¨ªticos de entonces.
En alguna medida exist¨ªa una relaci¨®n estrecha entre la organizaci¨®n de los cient¨ªficos con la llamada Comisi¨®n Palme -que present¨® en 1982 un informe a la ONU sobre Seguridad Com¨²n-, en la que estaban integradas figuras como Willy Brandt y Bruno Kreisky. Todos ellos abogaban por el fin de la carrera nuclear, por una Europa desnuclearizada, y apelaban a las dos superpotencias a trabajar juntas por la paz. Una pol¨ªtica que en su ¨¦poca encontr¨® resistencia, pero que a la postre contribuy¨® a la distensi¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.