El resurgir de la cooperaci¨®n multilateral
El FMI y el Banco Mundial recuperan la confianza de sus miembros para impulsar acuerdos internacionales
El tranquilizador panorama de la econom¨ªa mundial ayud¨® a que el debut de Jim Wolfensohn, el flamante y prometedor nuevo presidente del Banco Mundial, en la reuni¨®n anual de la instituci¨®n que lidera y del Fondo Monetario Internacional (FMI) fuera un ¨¦xito. El crecimiento no inflacionista en los pa¨ªses industrializados, la mayor firmeza del d¨®lar y la superaci¨®n de la crisis de M¨¦xico gracias a un paquete de ayuda internacional han devuelto a algunos la fe en la cooperaci¨®n multilateral. La necesidad de aumentar los recursos del Fondo y el Banco para evitar, de una parte, crisis como la de M¨¦xico y, de otra, conseguir la integraci¨®n de las econom¨ªas m¨¢s pobres, centr¨® por primera vez en muchos a?os la atenci¨®n de la asamblea que celebraron ambas instituciones la semana pasada en Washington.El ¨²ltimo informe del Fondo sobre las perspectivas econ¨®micas mundiales pinta un panorama bastante optimista: el mundo industrializado y gran parte de las econom¨ªas emergentes y en desarrollo crecen sin inflaci¨®n; la expansi¨®n se prolongar¨¢ si se ahonda en la consolidaci¨®n fiscal, y el par¨®n de algunas de las econom¨ªas m¨¢s industrializadas -su previsi¨®n de crecimiento para este a?o baja del 3% al 2,5%-, resultante de las subidas de los tipos de inter¨¦s aplicadas para prevenir la inflaci¨®n, es bueno para evitar un recalentamiento. Un diagn¨®stico halag¨¹e?o que suscribieron d¨ªas m¨¢s tarde los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del Grupo de los Siete pa¨ªses mas ricos del mundo. El G-7, adem¨¢s, renovo su compromiso de intervenir en defensa del d¨®lar y de seguir corrigiendo sus desquilibrios fiscales, un mensaje que ha ayudado a la divisa estadounidense a apreciarse en los ¨²ltimos d¨ªas.
Estas buenas perspectivas contrastan con la procupaci¨®n existente hace s¨®lo seis meses, en la reuni¨®n de primavera, cuando la ca¨ªda del d¨®lar hasta m¨ªnimos hist¨®ricos con el marco y el yen estaba poniendo en peligro el creicimiento en Alemania y amenazaba con ahondar m¨¢s la crisis en Jap¨®n; los temores inflacionistas en las econom¨ªas industrializadas estaban presionando al alza los tipos de inter¨¦s a largo plazo, y algunas de las monedas europeas m¨¢s vulnerables, entre ellas la peseta, se hab¨ªan depreciado arrastradas por la divisa estadounidense. Gracias a la apreciaci¨®n en casi un 10% y un 20% del d¨®lar frente al marco y el yen y a la mayor tranquilidad en los mercados -salvo el caso aislado y aparentemente resuelto del franco franc¨¦s-, la reuni¨®n del G-7 no eclips¨®, como suele hacerlo, las reuniones posteriores del FMI y el BM.
La crisis de liquidez de M¨¦xico, que tuvo un peligroso efecto contagio en muchos mercados emergentes, ha servido al director gerente del FMI, Michel Camdessus, para concienciar. a los pa¨ªses miembros que el Fondo tiene un papel que jugar como vig¨ªa del sistema monetario internacional. Aunque ensombrecido por el exitoso estreno de Wolfensohn, Camdessus ha sido felicitado por la contribuci¨®n del Fondo a la resoluci¨®n de la crisis mexicana. Un respaldo que llega despu¨¦s de que el FMI fuera duramente criticado por algunos pa¨ªses ricos . por su incapacidad de anticipar a tiempo dicha crisis.
Han sido precisamente estos ¨²ltimos, agrupados en el llamado G-10 -que en realidad son once- (Estados Unidos, Jap¨®n, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canad¨¢, B¨¦lgica, Holanda, Suecia y Suiza) los que han acordado duplicar, `hasta m¨¢s de 50.000 millones de d¨®lares, la l¨ªnea de cr¨¦dito de emergencia que ponen a disposici¨®n del FMI (Acuerdo General de Pr¨¦stamos). Para ello han pedido el apoyo de otros pa¨ªses que, desde que se cre¨® este sistema en 1962, han ido ganando peso en la econom¨ªa mundial, como es el caso de Espa?a. La propuesta, que pretende as¨ª, aplazar la pol¨¦mica emisi¨®n de derechos especiales de giro (la unidad de cuenta del Fondo) propuesta por Camdessus, sin embargo, no ha sido bien acogida por estos pa¨ªses. El ministro de Econom¨ªa espa?ol, Pedro Solbes, dej¨® claro, que su participaci¨®n est¨¢ condicionada a que los nuevos pa¨ªses que `contribuyan gocen de la misma capacidad de decisi¨®n del G-10.
M¨¢s complicado lo tiene el nuevo presidente del Banco Mundial para conseguir reponer los fondos de la Agencia Intemacional del Desarrollo, su brazo inversor en los pa¨ªses m¨¢s pobres.
En la actualidad hay cerca de 80 pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo que se benefician de este tipo de cr¨¦ditos subvencionados. Una ayuda que, a excepci¨®n de una veintena (te ellos que acceden al mercado internacional de capitales, representa el ¨²nico canal de financiaci¨®n para mejorar su desarrollo y poder integrarse alg¨²n d¨ªa en la econom¨ªa mundial. Adem¨¢s, el Banco se ha comprometido con el Fondo, algo m¨¢s renuente, a estudiar de cara a la reuni¨®n de abril, la posibilidad de condonar la deuda multilateral de muchas de estas econom¨ªas, que asciende a unos 11.000 millones de d¨®lares. Una propuesta que cuenta con el apoyo de EE UU y del Reino Unido.
Un alto cargo del FMI se?alaba ir¨®nicamente que aunque no hay consenso sobre c¨®mo financiar los programas incluso ya existentes, nadie se ha privado de pedir m¨¢s financiaci¨®n: a los llamamientos del Banco y del FMI se ha sumado el G-7, solicitando un nuevo cr¨¦dito para Rusia, y hasta el presidente de Naciones Unidas, Boutros Boutros-Ghali advirti¨® que la falta de dinero en la ONU desembocar¨ªa en un dram¨¢tico recorte en las misiones de paz.
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