La sequ¨ªa mata m¨¢s que las armas
Las perchas de los cazadores, vac¨ªas el primer d¨ªa de caza la escasez de piezas
No llueve. Y sin agua la flora no crece y sin flora la fauna se muere. As¨ª de sencilla es la explicaci¨®n del resultado del estreno de veda: los cazadores regresaron ayer a casa con las perchas (ganchos donde cuelgan las piezas) se mivac¨ªas. Los miles de cazadores madrile?os que acudieron a los 775 cotos de la regi¨®n conocen las nocivas consecuencias de la sequ¨ªa sobre las especies cineg¨¦ticas.En el coto social de Villaconejos, 150 escopetas peinaron las 5.600 hect¨¢reas del coto para abatir 15 conejos, 4 liebres y unas pocas perdices. Los cazadores han vivido con aut¨¦ntica tensi¨®n las horas previas al comienzo de la temporada. Muchos no han pegado ojo en toda la noche. Antes del alba ya se visten de camuflaje. Al rato, se re¨²nen para desayunar y afrontar as¨ª una jornada de caminata por el monte.
La churrer¨ªa de Villaconejos estaba repleta ayer a las 6.30. Hombres cargados de entusiasmo toman porras y chocolate. Comentan la temporada: "Este a?o va a ser malo, los pollos de perdiz han muerto de sed y los conejos apenas han criado al no tener pastos; y la mixomatosis se ha acentuado por la escasez de agua y ha hecho estragos entre los gazapos", explica uno de ellos.
El presidente de la Asociaci¨®n de Cazadores de Villaconejos, Jes¨²s de Benito, transportista de 45 a?os, relata: "La falta de caza nos ha obligado a repoblar el coto con 550 pedices anilladas de granjas autorizadas". Cada patirroja le cost¨® a la asociaci¨®n 1.300 pesetas. Los cazadores las cuidan todo el a?o.
Los rastreadores batieron ayer el montea mano con perros. Esta modalidad de caza selecciona mucho el n¨²mero de piezas a batir. Exige que el cazador sude la camiseta para tener a tiro cada pieza.
Uno de los rastreadores que ayer se estren¨® en Villaconejos, Antonio Ruiz, cazador de 51 a?os, comparaba desde una ladera -donde abati¨® un conejo- la diferencia que hay entre la caza en mano y los ojeos: "El ojeo es un asesinato. No es caza, sino tiro a un objetivo. Por contra, la caza en mano te exige andar el monte. Tienes que intuir d¨®nde se esconde la pieza, levantarla y luego acertar en el disparo. Requiere buena forma f¨ªsica y un temple especial en pleno esfuerzo para acertar la pieza en el disparo", explic¨® Antonio. Su nieta, Teresa, de 18 a?os, asiente: "Esta modalidad te mantiene en contacto 'con la naturaleza", comentaba. Sus tres perros no dejaban de olfatear cada palmo del terreno.
Hasta el ¨²ltimo domingo de enero (cuando termina la veda), estos cazadores se las ver¨¢n con la escasez de piezas.
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