Criterio propio
"El periodismo podr¨ªa continuar eternamente con su tarea de limpieza de la vida p¨²blica, sin verla nunca terminada; en cambio, s¨ª observar¨ªa c¨®mo su propio criterio de lo que es limpio cambia constantemente", seg¨²n escribe Anthony Smith en su libro La pol¨ªtica de la informaci¨®n y recuerda Bernardo D¨ªaz Nosty en su lecci¨®n inaugural de este curso en la Universidad de M¨¢laga. Es un caso m¨¢s de la curva del perro referida el pasado 3 de octubre en este mismo lugar (EL PA?S, p¨¢gina 19).Pero volvamos a los afanes de estos d¨ªas que parecen atravesados por tan graves tensiones que hasta el ministro de Defensa, Gustavo Su¨¢rez Pertierra, acude al juzgado de guardia de Madrid para presentar un conflicto de jurisdicci¨®n con el juez Baltasar Garz¨®n. El ministro, en su escrito, se reitera dispuesto a negarle al magistrado los papeles secretos del Cesid sobre la guerra sucia contra ETA que reclama infatigable el instructor de la causa de los GAL. Al final, los papeles discutidos como los mandamientos se resumen en dos: la llamada acta fundacional y la nota de despacho de Perote. Establezcamos, primero, que invocar el car¨¢cter de secreto para unos documentos, cuyo texto literal incluidas las anotaciones manuscritas al margen -"pte me lo quedo para el viernes"- ha sido publicado una y otra vez, resulta desconcertante para el p¨²blico de a pie. En segundo lugar, recordemos que su autor, el otrora jefe de la Agrupaci¨®n Operativa de Misiones Especiales, aprovechando un zig-zag de los que acostumbra, procedi¨® ante el juzgado competente aquel d¨ªa a devaluar su contenido y neg¨® que tuvieran el car¨¢cter fundacional con el que fueron presentados en la prensa.
Pero m¨¢s all¨¢ de estas observaciones, un somero recurso a las hemerotecas permitir¨ªa comprobar que la guerra sucia contra ETA fue aireada en todos sus preparativos y desarrollos por las publicaciones de informaci¨®n general. As¨ª, por ejemplo, el pasado martes en la tertulia de Hora 25 en la cadena SER que dirige Carlos Llamas fue posible examinar un ejemplar de la revista Tiempo correspondiente al 31 de octubre de 1983 que anunciaba en portada Estalla la guerra sucia con un antet¨ªtulo que tampoco tuvo desmentido seg¨²n el cual ese estallido era el resultado del "consenso Gobierno-Fraga". En p¨¢ginas interiores, la carta del director, Juli¨¢n Lago, trataba de la "ley del Tali¨®n". Luego, un periodista, Pedro Rodr¨ªguez, que beb¨ªa en las fuentes habitualmente bien informadas de Juan Jos¨¦ Ros¨®n, ofrec¨ªa detalles del ambiente de aquellos d¨ªas, dibujaba las alineaciones de partidarios y adversarios de aplicar estos m¨¦todos y resum¨ªa los antecedentes de la guerra sucia durante los 13 a?os anteriores, es decir, a partir de 1971.
Por ¨²ltimo, en un largo informe coordinado por Carlos Carnicero con la colaboraci¨®n de corresponsales en el Pa¨ªs Vasco y Madrid, se justificaba el t¨ªtulo de la portada con otras seis p¨¢ginas de informaci¨®n adicionales, sin que a la hora en que se escriben estas l¨ªneas haya sido posible verificar que alguno de los mencionados aportara en los n¨²meros sucesivos del semanario cualquier carta de r¨¦plica o que formulara cualquier tipo de demanda en los juzgados para quedar a salvo de unas imputaciones period¨ªsticas tan amplias como multidireccionales.
La lectura del mencionado n¨²mero de Tiempo sit¨²a a los Perotes en su verdadero lugar: el de par¨¢sitos de los Presupuestos Generales del Estado que entreten¨ªan sus ocios bien remunerados con la lectura de algunos semanarios de venta libre en kioskos, aunque da la impresi¨®n de que para ahorrarse su importe esperaban la llegada siempre tard¨ªa de las suscripciones a la sede del Cesid. Cu¨¢nto podr¨ªa aprender el Juez Campeador en alg¨²n paddle de trabajo con Antonio Naval¨®n y otros colegas de la prensa. V¨¦ase si no con qu¨¦ sentido de la anticipaci¨®n el 5 de noviembre de 1982 un diario dirigido por el permanente campe¨®n de la indignaci¨®n afirmaba en su editorial: "Los pobres diablos que amparan los cr¨ªmenes etarras deben saber que toda Espa?a, de izquierda a derecha, y todo el Pa¨ªs Vasco, de derecha a izquierda, est¨¢ dispuesta a ganar esa guerra sucia que los fan¨¢ticos pistoleros acaban de declarar al nuevo proyecto pol¨ªtico espa?ol (...). Vamos a empe?arnos en que todos ¨¦sos que quieren obligar a los espa?oles, de paisano o de uniforme, a temer las pistolas gansteriles de ETA tengan que tragarse su propio desaf¨ªo (...). Con la medida que midi¨¦reis, ser¨¦is medidos, dice el Evangelio. Y si escog¨¦is los 9 mm parabellum, esa ser¨¢ vuestra medida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.