Un pillo errante

Seg¨²n dicta su carn¨¦ de identidad, Pablo Vicho Lucas viv¨ªa en Fuenlabrada, junto a su madre y su hermano. Pero desde hace 10 a?os no ten¨ªa una residencia fija; era un hombre errante que se meti¨® m¨¢s de una vez en alg¨²n l¨ªo. Cuando cumpli¨® 14 a?os se march¨® de casa. Buscaba aventuras y las encontr¨®. Seg¨²n la polic¨ªa, entonces ya cometi¨® peque?os robos, "cosas de pillos". Dos a?os despu¨¦s, cuentan sus amigos, decidi¨® enrolarse con un feriante. Recorri¨® junto a los coches de choque media Espa?a. Dicen sus amigos que hace seis anos se muri¨® un hermano ahogado en una piscina. Esa tr¨¢gica huella agit¨® a¨²n m¨¢s su vida. "Creo que le marco para rnal", dec¨ªan ayer sus allegados. Fue un lastre irrefrenable. En los ¨²ltimos a?os su ficha p¨®licial empez¨® a agrandarse con m¨²ltiples fechor¨ªas.

Seg¨²n la polic¨ªa local de Fuenlabrada, Vicho era un granuja muy conocido en la localidad. "Era un delincuente al que muchos de los polic¨ªas hemos detenido", dec¨ªa ayer un agente. "Comet¨ªa peque?os robos de radiocasetes y coches. Tambi¨¦n intent¨® asaltar alg¨²n establecimiento, pero "nunca hab¨ªa empleado la violencia contra los dem¨¢s, en estos robos", seg¨²n se?ala su ficha policial. Sus familiares guardaron ayer un profundo silencio acerca de la vida y del destino de Vicho. Su madre, una empleada de limpiezas, no quiso hacer ning¨²n comentario. S¨®lo un familiar espet¨®: "El polic¨ªa se pas¨®".