Anto?ete vuelve a Las Ventas
"Mientras tenga fuerza e ilusi¨®n seguir¨¦ toreando", afirma el veterano diestro
Anto?ete vuelve hoy a Las Ventas, la primera plaza del mundo, la de sus mejores tardes de gloria. Vuelve encabezando el festival homenaje al banderillero Bojilla, y ser¨¢ su mayor compromiso taurino desde que actu¨® por ¨²ltima vez en el coso madrile?o, el 3 de julio de 1988. Por una vez romper¨¢ el ritmo de los d¨ªas m¨¢s felices de su vida, que ha conocido en los ¨²ltimos a?os, y su obsesi¨®n es poder corresponder con la expectaci¨®n despertada, interpretando el toreo puro que le dio fama y que han estado echando de menos los aficionados a los toros desde su retirada,
Antonio Chenel, Anto?ete, de 63 a?os, figura del toreo durante su larga carrera profesional, maestro indiscutible en tauromaquia, tambi¨¦n lo echaba de menos: "Yo no s¨¦ si a los toreros nos falta un tornillo y por eso no podemos vivir retirados. El toreo se desarrolla con tal intensidad, que en cuanto decides parar ya lo est¨¢s a?orando. La primera feria de San Isidro que se celebr¨® despu¨¦s de mi marcha lo pas¨¦ fatal. Bueno, la verdad es que estuve a?os as¨ª. Sufr¨ªa depresiones, incluso me sent¨ªa in¨²til. Pude sobrellevarlo gracias a la comprensi¨®n de mi mujer, con quien empec¨¦ a vivir por entonces. Y tambi¨¦n influy¨® mi determinaci¨®n de comprar ganader¨ªa".La mujer de Anto?ete, Carina Bocos, francesa, muy joven y guapa, participa activamente en las tareas del campo, distribuye el pienso en los comederos, tragina confiada entre las vacas bravas. Del semental, en cambio, procura mantenerse lejos. "Es que me da miedo", dice.
?Y a qui¨¦n no? Porque el semental, le llaman Romero, hierro Carmen Lorenzo, es un ejemplar cinque?o de impresionante trap¨ªo. Pero resulta que a Anto?ete le ha cogido especial cari?o. Ramoneando por entre las encinas, en cuanto le ve, se le acerca, le restriega el lomo o le empuja con las astas y le acerca el hocico a la cara como si quisiera darle un beso. Anto?ete, en justa correspondencia, le acaricia el testuz, le rasca la papada, le da bellotas a la mano y hasta se sienta a su vera a fumarse un pitillo. "En toda mi vida profesional, nunca tuve tan cerca un toro", comenta Anto?ete, a¨²n asombrado de la extra?a paradoja. La escena parecer¨ªa surrealista si no fuera tan enternecedora.
"Constru¨ª una placita de tientas para matar el gusanillo toreando de vez en cuando", explica el torero. "Y en ¨¦stas surgi¨® la ocasi¨®n de una punta de vacas procedencia Murube que vend¨ªan a buen precio. Decid¨ª comprarla y fue un acierto. De repente me hab¨ªa convertido en ganadero. Limpi¨¦ la finca, que estaba invadida por la maleza; instal¨¦ cercas; me dediqu¨¦ de lleno al campo, a tentar las reses, vacunarlas, darlas de comer. Paralelamente me contrat¨® Canal + en calidad de comentarista. Todo esto sucedi¨® hace dos a?os y cambi¨® mi vida. Hab¨ªa adquirido contenido, volv¨ªa a integrarme en el mundo de los toros, estaba en mi salsa, era feliz. Y para completarlo, voy a participar en festivales; el de Bojilla y los que se presenten, pues pienso seguir toreando mientras tenga fuerzas y mantenga la ilusi¨®n".
La casa de la finca Las Laderas Contiene los m¨¢s caros recuerdos de su ejecutoria torera: trofeos, obsequios, fotograf¨ªas, cabezas de toro. Cuarenta a?os de toreo que empezaron en 1947 actuando en la parte seria del espect¨¢culo c¨®mico El Bombero Torero, y fueron jalonando faenas cumbres con algunas que alter¨® el infortunio. La alternativa; las primeras orejas en Madrid; el toro blanco de Osborne, con el que bord¨® el toreo; la reaparici¨®n en 1981, que marcar¨ªa su etapa m¨¢s fecunda y le convirti¨® en figura predilecta de la afici¨®n.
"Mucho ha cambiado la fiesta en este medio siglo", lamenta Anto?ete: "Desde la casta del toro hasta el propio toreo, las diferencias son profundas. Hay unas formas en los toreros, una manera de estar en la plaza, que habr¨ªan sido inconcebibles en mi tiempo".
Los aficionados tambi¨¦n sienten nostalgia de la torer¨ªa. Por eso aguardan impacientes el retorno de Anto?ete, con la esperanza de que vuelva a producirse -aunque sea por una vez- la magia del toreo puro.
Babelia
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