La amenaza interior
Yigal Amir se equivoc¨® si pensaba asesinar el proceso de paz
Las pocas palabras que pronunci¨® el asesino de Isaac Rabin ten¨ªan ese tono familiar de los m¨¢s fan¨¢ticos enemigos del proceso de paz. Yigal Amir dijo que actu¨® solo y guiado ¨²nicamente por un mandato divino.Hab¨ªa poco consuelo para quienes cre¨ªan que Rabin hab¨ªa sido la m¨¢s reciente v¨ªctima de la Yihad Isl¨¢mica o Ham¨¢s, las organizaciones palestinas. extremistas que han jurado sabotear. el proceso de paz entre Israel y los palestinos. Con aut¨¦ntica incredulidad, los israel¨ªes se preguntaban anoche detalles sobre el presunto asesino. Sumidos en la incertidumbre, se preguntaban si, con el cad¨¢ver de Rabin, se enterrar¨ªa ese plan de paz nacido en Madrid en octubre de 1991 y sellado como pacto en los jardines de la Casa Blanca el 13 de septiembre de 1993.
La crisis a la que ha sido arrojada Israel tras el asesinato de la plaza de los Reyes en Tel Aviv ha sacudido las creencias m¨¢s, arraigadas de los pacifistas. El pron¨®stico del futuro del proceso variaba seg¨²n la intensidad de las emociones que se registraban en las calles y las casas. Pero si Yigal Amir pensaba que, con una pistola, iba a descarrilar el proceso pol¨ªtico m¨¢s ambicioso de paz en la zona, es probable que hubiera incurrido en un error insalvable. El propio Rabin era el primero en decir que el proceso de paz, que arranc¨® con ah¨ªnco e ilusi¨®n hace tres a?os y que fue perdiendo velocidad pero no inercia en los ¨²ltimos tiempos, era irreversible.
"Lo que se avecina es un periodo de revisi¨®n del estado mental y espiritual de Israel", apuntaba anoche un comentarista extranjero convencido de que el crimen va a obligar al Gobierno israel¨ª a tomar en serio la amenaza interior que sigue latente.
?sa sin duda era la esperanza que se hac¨ªan todos los l¨ªderes mundiales que han asistido como testigos al m¨¢s incre¨ªble experimento pol¨ªtico en la historia contempor¨¢nea de Oriente Pr¨®ximo. Si hay algo que merece una conclusi¨®n es que los israel¨ªes siguen desconfiando de los palestinos, pero los palestinos ten¨ªan clara inclinaci¨®n a dialogar con Rabin. All¨ª puede estar la clave de las futuras tratativas entre Israel y los palestinos.
El propio Arafat se encarg¨® de dar las condolencias a Israel por la muerte de Rabin, algo que, si bien muchos palestinos deseaban con ardor, no fue obra de sus enemigos ¨¢rabes. "Estoy verdaderamente afectado por este horrible crimen. Espero que podamos superar esta. tragedia para continuar el proceso de paz".
Las encuestas en ambos polos del espectro pol¨ªtico dan a la idea de paz un mayoritario apoyo. Con Rabin fuera de la escena, los israel¨ªes van a tener que depender de las iniciativas y habilidades del ministro de Exteriores, Sim¨®n Peres, un veterano de la pol¨ªtica israel¨ª cuyo estilo formal siempre ha contrastado con la franqueza, a veces poco diplom¨¢tica, del difunto primer ministro. La diferencia principal entre Rabin y Peres es que inspiraban sentimientos contrarios entre los palestinos. Arafat lo dijo en m¨¢s de una ocasi¨®n: con Rabin se puede hablar, con Peres hay que escuchar, escuchar y escuchar y mirar el reloj.
El tema del tiempo es mas candente que nunca si se tiene en cuenta que los israel¨ªes deben completar el repliegue de Cisjordania antes de final de a?o. Hay ansiedad de pasos concretos para cortar las alas a los israel¨ªes mas radicalizados, especialmente aquellos que s¨¦ atrincheran en las colonias jud¨ªas y que, como Yigal Amir, juran matar y morir para evitar que se imponga una soluci¨®n justa entre Israel y los palestinos.
Con la desaparici¨®n de Rabin se esfuman de momento las posibilidades de avances en el plano de las negociaciones con Siria y L¨ªbano. Eclipsadas como han quedado las prioridades, poco resultado se puede esperar de la anunciada nueva gesti¨®n mediadora de Estados Unidos para convencer a Damasco de reanudar contactos bilaterales en Washington. Los sirios manten¨ªan anoche silencio acerca de las repercusiones pol¨ªticas del asesinato, pero no resultaba aventurado suponer que el propio presidente Hafez el Asad va a lamentar la ausencia de un interlocutor pragm¨¢tico como Rabin.
A pesar de que el primer ministro israel¨ª hab¨ªa expresado su creciente impaciencia ante la inmutable postura de Damasco -ninguna concesi¨®n mientras Israel no presente un calendario preciso para la retirada de los altos del Gol¨¢n- la esperanza de un milagro pol¨ªtico jam¨¢s hab¨ªa abandonado su agenda. Particularmente preocupado por la intensifica ci¨®n de la campa?a guerrillera contra las fuerzas de ocupaci¨®n en el sur de L¨ªbano, una campa?a que recibe apoyo pol¨ªtico y material de Siria, Rabin estaba tratando de hallar nuevos conductos para enviar mensajes a Asad. Peres tiene menos posibilidades de hallar audiencia en Siria porque, seg¨²n las palabras de un comentarista israel¨ª, "no habla el mismo lenguaje de soldados", un recurso que tanto Rabin como Asad hab¨ªan perfeccionado a lo largo de sus distantes e infructuosos intentos por establecer un di¨¢logo serio.
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