Los poderosos
Los poderosos: hete aqu¨ª un adjetivo sustantivado que Rafael Ribo viene utilizando con fortuna en esta campa?a. ?Qui¨¦nes son los poderosos? ?De d¨®nde vienen hacia d¨®nde van los poderosos?Cabe suponer que los poderosos de hoy son los descendientes de aquellos burgueses que pose¨ªan los medios de producci¨®n de pleistoceno y contra los cuales los proletarios internacionalistas deb¨ªan luchar para imponer su dictadura de redenci¨®n. En el mioceno a estos sujetos se les hab¨ªa llamado simplemente ricos, pero como organiz¨® un cierto l¨ªo entre ellos los camellos que deb¨ªan pasar por el ojo de una aguja, entonces vino Marta Harnecker y puso las cosas en su sitio.
Pero hubo una enorme deriva de continentes, seguida por todo tipo de convulsiones en la corteza terrestre, que engull¨® todas esas categor¨ªas y oblig¨® a los te¨®ricos buscar nuevos t¨¦rminos. Cada explorador fue por su camino y de momento a¨²n no han vuelto.
Mientras tanto, y a la espera de algo mejor, Rib¨®, ha elaborado su propia v¨ªa rebuscando en un imaginario pr¨®ximo y result¨®n: el del tebeo. Sus poderosos salen retratados en el v¨ªdeo electoral de IC-EIs Verds como amenazantes sombras proyectadas en la fachada del Palau de la Generalitat: un se?or con malet¨ªn duro, se supone que rebosante de billetes de bancos y otro que se fuma un ostento Montecristo del n¨²mero uno. Hay que convenir que estas im¨¢genes tienen la indiscutible virtud de provocar una identificaci¨®n r¨¢pida con los malvados superiores de personajes tan entra?ables como Pancracio Trapisonda o Rigoberto Picaporte. Y si en este imaginario de papel se cuelan, como efectivamente ha ocurrido, personajes tan de carne, hueso y gomina como De la Rosa o Conde, entonces ya vamos para bingo.
Cocinar todo esto con la ecolog¨ªa la verdad es que no resulta f¨¢cil. Ah¨ª no es posible bucear en las p¨¢ginas de la Harnecker en busca de alg¨²n ancestro. Es m¨¢s, a los obreros, cuando se les llamaba as¨ª, no se les conoc¨ªa una sensibilidad espec¨ªfica hacia lo verde. M¨¢s bien eran sus patronos los que ten¨ªan siempre problemas con la cortadora del c¨¦sped. Entonces, ?c¨®mo ligar los dos conceptos?
La respuesta est¨¢ en TV-. Concretamente en un programa de hace un tiempo que protagonizaba un tal Capit¨¢n Enciam (Capit¨¢n Lechuga). Un tipo ecol¨®gicamente correcto, que mitineaba a los ni?os sobre la inconveniencia de tirar papeles al suelo y que, de vez en cuando, soltaba un grito de guerra clave: "Recordad: los peque?os cambios ??son poderosos!!". Y lo dec¨ªa cruzando los pu?os sobre el pe cho, por si alguien dudara de esta interpretaci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.