Las emociones moldean a las neuronas
Los neur¨®logos estudian el desarrollo temprano del cerebro en ni?os rumanos adoptados en Canad¨¢
Durante los primeros 28 meses de su vida, Simona Young languideci¨® en un orfanato rumano. Estaba sola en la cuna hasta 20 horas diarias, succionando alimento de botellas fr¨ªas colocadas sobre su min¨²sculo cuerpo. Levantaba el torso apoy¨¢ndose en los delgados brazos y se balanceaba durante horas intentando calmar el doloroso vac¨ªo que hab¨ªa sustituido a su madre. Ahora tiene seis a?os y corre, habla y canta como otros ni?os de su edad. Desde que fue adoptada por una familia canadiense, en 1991, sus progresos han sido constantes. Pero Simona todav¨ªa sufre rabietas, tiene dificultades para seguir instrucciones orales y se marcha con cualquier extra?o que le diga palabras amables.
De los 44 hu¨¦rfanos rumanos que, como Simona, fueron adoptados, 30 experimentaron un a?o o m¨¢s de privaciones profundas en el orfanato; el resto fueron adoptados con un mes o dos. Los psic¨®logos de la Universidad Simon Fraser (Canad¨¢) est¨¢n comparando ambos grupos de ni?os para contestar una pregunta muy antigua: ?puede el amor superar un mal comienzo?
Los cient¨ªficos est¨¢n abordando estas preguntas con las herramientas de la neurolog¨ªa: ?Hay periodos cr¨ªticos muy tempranos para el desarrollo emocional? ?C¨®mo forma la experiencia los circuitos cerebrales? En palabras de Carla Shatz, bi¨®loga del desarrollo en la Universidad de California en Berkeley, "el sistema nervioso no espera al nacimiento para dar a un interruptor y ponerse en marcha".
En la d¨¦cada de los ochenta, David Hubel y Torsten Wiesel descubrieron que la visi¨®n no se desarrolla con normalidad en los gatos si no se producen las conexiones entre el ojo y el cerebro en un periodo de tiempo crucial en la primera etapa de su vida. Los gatos a los que se mantuvo cerrado un ojo despu¨¦s de nacer no desarrollaron las conexiones habituales entre ese ojo y el ¨¢rea visual primaria del cerebro. Pasado ese periodo de varias semanas, los gatos no ve¨ªan con el ojo que hab¨ªan tenido cerrado aunque era normal.
Los 'peque?os salvajes'
El o¨ªdo y el lenguaje tambi¨¦n se desarrollan durante periodos cr¨ªticos, seg¨²n Shatz. Un beb¨¦ japon¨¦s puede distinguir entre la "r" y la 'l', pero como el sonido 'l' no existe en japon¨¦s, pierde esta capacidad pasados los tres a?os. Despu¨¦s de los 10 a?os, la mayor¨ªa de las personas son incapaces de aprender a hablar otro idioma sin acento. Cuando no se les expone a alguna forma de lenguaje antes de los cinco a?os, los ni?os sordos se comportan como si fueran retrasados. Los llamados ni?os salvajes, que han crecido sin contacto humano, nunca aprenden a hablar con fluidez.En los ¨²ltimos a?os, la b¨²squeda de periodos de desarrollo cruciales se ha extendido a otros sistemas biol¨®gicos del cerebro. Todos los animales, incluidos los humanos, desarrollan en una fase temprana de la primera infancia un punto de control que determina la cantidad de las diferentes hormonas de estr¨¦s que liberar¨¢ en determinadas condiciones, seg¨²n Michael Meaney, de la Universidad McGill (Canad¨¢). ?l afirma que los animales que experimentan un nivel de estr¨¦s elevado en su primera infancia desarrollan un sistema muy reactivo, mientras que los animales criados en relativa calma tienen sistemas m¨¢s tranquilos.
Myron Hofer, del Instituto Psiqui¨¢trico del Estado de Nueva York, ha encontrado numerosos moduladores ocultos en la reacci¨®n madre-beb¨¦. Por ejemplo, cuando una rata lame a su cr¨ªa influye en el establecimiento de su ritmo de pulsaciones, su temperatura, su crecimiento, su sistema inmune y otras caracter¨ªsticas fisiol¨®gicas. Otros investigadores est¨¢n estudiando c¨®mo el contacto f¨ªsico de una madre contribuye literalmente a modelar el cerebro de su cr¨ªa. Cuando se impide que las ratas laman a sus cr¨ªas entre los siete y los 14 d¨ªas de edad, ¨¦stas desarrollan menos receptores hormonales en el cerebro. Al carecer de est¨ªmulo en este periodo crucial no crecen con normalidad, aunque en sus organismos circulen cantidades adecuadas de hormona de crecimiento y de insulina.
Hofer afirma que las madres humanas proporcionan moduladores similares al mecer, tocar, sostener en brazos, alimentar y mirar a sus beb¨¦s. En los primeros seis meses de vida, el beb¨¦ establece una representaci¨®n mental de su relaci¨®n con la madre", dice. "Estas interacciones regulan los mecanismos neurol¨®gicos del ni?o para su comportamiento y para los sentimientos que se empiezan a desarrollar en ese momento".
Menos conexiones nerviosas
Si estos primeros meses de vida son tan importantes, ?qu¨¦ ocurre en el cerebro del beb¨¦? ?Qu¨¦ cambios se producen? Seg¨²n Harry Chugani, de la Universidad de Michigan, el cerebro de un reci¨¦n nacido tiene menos sinapsis conexiones entre c¨¦lulas nerviosas que el de un adulto, y lo mismo ocurre con la complejidad de las dendritas, o ramificaciones. Pero el n¨²mero de sinapsis alcanza niveles adultos a los dos a?os y sigue aumentando, con lo que entre los cuatro y los 10 a?os supera con mucho la cifra adulta. Despu¨¦s, la densidad de sinapsis disminuye y vuelve a los niveles adultos alrededor de los 16 a?os. A la vez que el crecimiento explosivo de las sinapsis, se produce una poda de las conexiones no usadas.?Hay periodos de tiempo limitados en la primera infancia en los que se establecen permanentemente los circuitos emocionales? Seg¨²n Alkon, muchas de las reflexiones son todav¨ªa especulaciones. "Pero s¨ª que sabemos que los ni?os aprenden a confiar y a sentirse valorados en los primeros dos a?os", dice. "Cuando un padre o una madre dedican poca atenci¨®n al beb¨¦, le condicionan hacia el aislamiento".
Las im¨¢genes obtenidas con tomograf¨ªa por emisi¨®n de positrones (PET) muestran que el c¨®rtex frontal experimenta una gran actividad metab¨®lica en los beb¨¦s de entre seis y 24 meses, y de nuevo durante la pubertad. El l¨®bulo frontal izquierdo se activa cuando una persona siente felicidad, alegr¨ªa o inter¨¦s, mientras que el l¨®bulo derecho est¨¢ asociado con sensaciones negativas. Los beb¨¦s cuyas madres sufren depresi¨®n grave muestran una actividad reducida en la regi¨®n frontal izquierda; la actividad en el lado derecho aumenta, lo que significa que los beb¨¦s son vulnerables a las emociones negativas. "Puede haber un periodo crucial para el desarrollo emocional entre los ocho y los 18 meses", afirma Geraldine Dawson. "?se es el periodo en que los ni?os aprenden a regular las emociones".
Copyright The New York Times.
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