Diana saca las u?as
La princesa de Gales desaf¨ªa a la Reina y acude en secreto a la televisi¨®n para responder al pr¨ªncipe Carlos
Vestida con un elegante traje sastre negro, expres¨¢ndose en un tono t¨ªmido pero en¨¦rgico, la princesa de Gales se dispone a reconquistar el coraz¨®n de los brit¨¢nicos gracias a la larga entrevista que emitir¨¢ esta noche la BBC. Pese al secreto absoluto que ha rodeado los pormenores del rodaje de una de las mayores exclusivas period¨ªsticas de la televisi¨®n estatal brit¨¢nica, la prensa ofrec¨ªa ayer algunos bocados esenciales de lo que ser¨¢ hoy el gran fest¨ªn informativo, vendido a 110 pa¨ªses, con 400 millones de pesetas de beneficios para la BBC.En la entrevista, que congregar¨¢ esta noche a millones de brit¨¢nicos ante la peque?a pantalla, decididos a juzgar por s¨ª mismos qu¨¦ clase de persona es Diana de Gales, la princesa se muestra como una madre preocupada por el futuro de sus hijos, el mayor de los cuales se perfila como el futuro rey, y niega en¨¦rgicamente que est¨¦ en sus prop¨®sitos minar a la monarqu¨ªa brit¨¢nica. "?Por qu¨¦ iba a querer yo destruir el futuro de mis hijos?", responde una elocuente Diana, convertida a los 34 a?os en una de las mayores estrellas del firmamento del show business internacional.
La ingenua adolescente que dio el s¨ª al heredero del trono brit¨¢nico en julio de 1981 asegura que no quiere divorciarse del pr¨ªncipe Carlos, porque "hay dos ni?os implicados" en ello, y se declara lo suficientemente fuerte como para llevar adelante su vida de mujer separada. "No quiero piedad, tengo m¨¢s dignidad que todo eso", dice la princesa en otro momento de la entrevista concedida al programa Panorama. Sus aireados affaires sentimentales, y sobre todo el enojoso esc¨¢ndalo de las llamadas telef¨®nicas al domicilio del millonario Oliver Hoare, salen a relucir, sin que la princesa se moleste en resultar convincente: "?De d¨®nde iba a sacar el tiempo para hacer tantas llamadas?".
En otro tiempo espina dorsal del orden constitucional brit¨¢nico, la BBC se ha convertido en aras del negocio y el ¨¦xito period¨ªstico en el verdugo de Buckingham Palace, manteniendo en secreto absoluto hasta el martes pasado el contenido de su Panorama de esta semana, grabado, por otra parte, sin la menor notificaci¨®n previa de la princesa a la reina Isabel II. Una muestra de la indignaci¨®n provocada en la soberana pod¨ªa encontrarse ayer en el art¨ªculo publicado por lord Wakeham, presidente de la comisi¨®n ¨¦tica de la prensa, en uno de los dominicales m¨¢s conservadores del pa¨ªs. En dicho texto, la m¨¢xima figura de la Press Complaints Commission (PCC, Comisi¨®n de Quejas de la Prensa) alertaba a la princesa de los riesgos en que incurre: "Aquellos que exponen sus vidas a la curiosidad p¨²blica se colocan m¨¢s all¨¢ de la protecci¨®n que la PCC puede ofrecerles y deben atenerse a las consecuencias".
A nadie se le escapa que la larga conversaci¨®n de Diana ante las c¨¢maras de la prestigiosa BBC es esencialmente una respuesta largamente meditada a la entrevista concedida por su marido al, periodista Jonathan Dimbleby hace 18 meses. Pero, mientras la charla de Carlos cont¨® con la previa bendici¨®n de su madre y los periodistas tuvieron acceso a un pase privado de la grabaci¨®n, Diana se las ha ingeniado para tejer su corrosiva trama en el m¨¢s absoluto secreto. S¨®lo un peque?o equipo de ocho personas en la BBC ha estado al corriente del acontecimiento.
Incluso antes de su emisi¨®n, la alabada exclusiva del periodista Martin Bashir se ha cobrado ya varias v¨ªctimas. En medio de los rumores de dimisi¨®n del asesor de prensa de la princesa y de su secretario privado, la propia BBC se ha visto arrastrada por las repercusiones del caso. El propio presidente de la corporaci¨®n p¨²blica, Marmaduke Hussey, fue uno de los ¨²ltimos en ser informado de la existencia del programa, lo que no ha contribuido a estimular su entusiasmo por la exclusiva. Hussey, ¨ªntimo amigo de Carlos de Gales, casado con una dama de compa?¨ªa de la propia reina, ha dejado bien claro en c¨ªrculos de la BBC que le hubiera encanta do que la entrevista no hubiera existido.
Isabel II se dispone a apurar el c¨¢liz televisivo con el aplomo que caracteriza a la corona brit¨¢nica. Despu¨¦s de todo, no ha sido el ¨²nico acontecimiento negativo dee una semana particularmente atroz para la casa de Windsor. En el transcurso de poco m¨¢s de cuatro d¨ªas, uno de sus miembros, el rey Eduardo VIII, ha sido acusado de espiar para los nazis, la reina madre se ha enfrentado a una inquietante operaci¨®n de cadera a los 95 a?os de edad y la dulce princesa Diana ha vuelto a sacar las u?as. ?Hay quien d¨¦ m¨¢s?
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