Un guiso entre guiso 'naif y 'heavy'
El guiso del ch¨¦f es un espect¨¢culo arriesgado, fundamentalmente porque dinamita un concepto estrecho y anquilosado del teatro para ni?os. El autor del texto, el Franc¨¦s Raymond Cousse (Estrategia para dos jamones, interpretada en Espa?a por el actor Juan Echanove bajo el t¨ªtulo El cerdo), entend¨ªa que dividir el teatro en "clases de edad" significa, la mayor parte de las veces, una p¨¦rdida de calidad. Por el contrario, su propuesta parte del convencimiento de que "la infancia no es una categor¨ªa aparte", sino "el elemento motor de la sensibilidad".Es importante conocer tales premisas, porque a m¨¢s de uno le puede sorprender un texto de teatro del absurdo escrito para ni?os, el ¨²nico en su g¨¦nero, y que fue objeto, adem¨¢s, de una gran pol¨¦mica en Francia.
Ser¨ªa dif¨ªcil ver esta funci¨®n en Madrid fuera de las Semanas Internacionales de Teatro para Ni?os. En esta ocasi¨®n el certamen ha renunciado a su car¨¢cter internacional para fijarse en una compa?¨ªa espa?ola: la asturiana Producciones Quiquilim¨®n, que ha contado para este proyecto con un director de excepci¨®n, Santiago S¨¢nchez, dirigido por el propio Cousse en su obra Chiquilladas. No cabe duda de que esa relaci¨®n con el autor y el conocimiento profundo de su obra han resultado valios¨ªsimas herramientas de trabajo para el montaje de El guiso.
Un cocinero voraz
La funci¨®n consta de dos partes, en realidad dos obras (Rebeld¨ªa y El guiso del ch¨¦f). En la primera se sugiere una reflexi¨®n sobre el mismo hecho teatral, la segunda trata de un ni?o y una ni?a, Tom¨¢s y Cecilia, que ven peligrar la vida de su mascota, el conejo Octavio, en manos de Papabola, un cocinero voraz. As¨ª de sencillo, si no fuera por la ambivalencia que preside cada minuto de la obra. Papabola es el adulto que quiere enga?ar a los peque?os con ?o?erias, pero, a su vez, la ni?a m¨¢s mayor l¨ªa al m¨¢s peque?o cuando lo cree necesario. La presencia de un conejo de carne y hueso llena de ternura, pero resulta inquietante ante la continua amenaza de ser devorado. La escenograf¨ªa, como el magn¨ªfico trabajo de los actores, es intencionadamente ingenua, na?f, para un discurso duro (Papabola acaba disparando contra el p¨²blico en su af¨¢n por matar cualquier bicho viviente) y, a la vez, provocador al ensalzar la rebeld¨ªa del ni?o.Ambivalencia que permite tantas visiones de la obra como p¨²blico haya en el teatro. El que acuda (imprescindible para todo aquel que busque en el teatro infantil algo m¨¢s que un modo de ocupar a los ni?os la tarde del domingo) debe haber conservado, en palabras de Cousse, "su calidad de infancia, es decir, su capacidad primitiva de ver y de sentir, al margen de los caminos trillados de una raz¨®n y una l¨®gica demenciales".
El guiso del ch¨¦f. Centro Cultural de la Villa. Sala I. Plaza de Col¨®n, s/n; metro Col¨®n. Domingo 26 de noviembre, a las 16.45. 600 pesetas.
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