Una escultura que regal¨® Bagdad a Madrid lleva 14 a?os en una vivienda particular
Un caballo, un toro y una familia completa (padre, madre y los dos hijos) de cuatro toneladas de peso en bronce y cinco metros de altura por otros cinco de ancho. Este conjunto escult¨®rico que en 1981 regal¨® el Ayuntamiento de Bagdad al de Madrid hoy forma parte del mobiliario de la vivienda de la familia Capa en Arganda. Nada que ver con los planes que el Ayuntamien to de Bagdad tuvo en su d¨ªa, cuando regal¨® el conjunto a Madrid para que lo ubicara en una plaza. La falta de acuerdo entre los dos municipios impidi¨® que la enorme pieza se colocara en la v¨ªa p¨²blica.
Ni el Ayuntamiento de Madrid ni la Embajada de Irak se acuerdan ya de este asunto. En cambio los Capa, sin comerlo ni beberlo, lo tienen presente cada d¨ªa desde que se levantan hasta que se acuestan.La casa en la que reside la familia del escultor Eduardo Capa es tambi¨¦n una fundici¨®n de obras de bronce, el negocio en el que participan ya tres generaciones de este clan. Fue precisamente all¨ª donde lleg¨® procedente de Irak una pieza de bronce de un metro por un metro. Era el a?o 1981, y Enrique Tierno Galv¨¢n era el alcalde de Madrid. En la fundici¨®n se reprodujo esa pieza a escala,convirti¨¦ndola en la voluminosa escultura que es hoy. Fue un proceso que pag¨® el Ayuntamiento de Bagdad. Lo que nadie se explica a estas alturas es a qu¨¦ obedec¨ªa el obsequio.
"Creo que fue por una colaboraci¨®n cultural", comenta Fernando Capa, hijo de Eduardo. En esta familia est¨¢n los que m¨¢s saben sobre los avatares de la pieza. "El embajador iraqu¨ª estaba empe?ado en ponerla en rnitad de la plaza de Cuzco, pero para eso hab¨ªa que desviar la circulaci¨®n y el Ayuntamiento dijo que no pod¨ªan transformar Madrid", recuerda Fernado Capa. La contraoferta de Madrid fue la esquina que hace la Castellana con Mar¨ªa de Molina, pero eso no gust¨® a los iraqu¨ªes. "El Ayuntamiento fue proponiendo otros sitios, fachadas... Pero nada", a?ade Capa.
Manuel Rivero, jefe de dise?o y est¨¦tica urbana del Ayuntamiento de Madrid, conoce la escultura. Dice que est¨¢ "enamorado de ella". Pero reconoce que el asunto se ha quedado un poco olvidado. "Tal y como est¨¢ hecha, debe ir pegada a una pared. Se pens¨¦ en el muro que est¨¢ enfrente de la plaza de las Ventas, pero se coloc¨® otra de Sanguino", explica. Rivero ignora qu¨¦ gestiones se han hecho ¨²ltimamente para que los madrile?os disfruten del monumento. Manuel L¨®pez Fuchet, el jefe del departamento de relaciones internacionales del Ayuntamiento de Madrid, dice que nunca se ha puesto en contacto con la Embajada de Irak para tratar este asunto, del que, por otra parte, nunca ha oido hablar. "En los archivos del departamento no hay nada de esto", se?ala este t¨¦cnico, que lleva siete a?os en el cargo.
Lo mismo pasa en la Embajada de Irak: ni idea de la escultura. En el ¨¢rea de cultura de esta legaci¨®n diplom¨¢tica comentaban: "Suceden muchas cosas. Nosotros somos nuevos, antes estaban otros". Pero muestran inter¨¦s por el asunto.
Y mientras, la alegor¨ªa de Irak que dise?¨® un artista de esa tierra llamado Kalid duerme en un jard¨ªn. Respecto a sus bondades est¨¦ticas, Fernando Capa, que tambi¨¦n es escultor, comenta que "no es de colecci¨®n, pero tiene su gracia".
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