La 'guerra' entre Interior y Cesid desat¨® el caso de las escuchas de Barcelona, seg¨²n la defensa
Fue una guerra entre los servicios de informaci¨®n de la polic¨ªa y del Cesid lo que hizo estallar el caso de las escuchas de Barcelona. As¨ª lo explicaron ayer en el juicio las defensas de algunos encausados: el editor Javier God¨®, el ex coronel del Cesid, Fernando Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez, y el ex topo en ETA, Miquel Lejarza, El Lobo. El defensor del ex coronel asegur¨® que la polic¨ªa, para iniciar la investigaci¨®n, imput¨® pinchazos ajenos a la red que operaba desde La Vanguardia. Para demostrar que los acusados no ten¨ªan nada que ver con esas escuchas, cit¨® una nota del ex coronel a Emilio Manglano, inform¨¢ndole que el pinchazo que sufri¨® el fiscal Carlos Jim¨¦nez Villarejo fue ordenado por el polic¨ªa Francisco ?lvarez, implicado en el GAL.
La nota de Rodr¨ªguez al, entonces, director del Cesid Emilio Manglano es de noviembre de 1992, ¨¦poca en que el primero ya trabajaba para el editor de La Vanguardia y segu¨ªa vinculado formalmente al Cesid. El letrado del ex coronel y de El Lobo, Jos¨¦ Mar¨ªa Fuster Fabra, explic¨® ayer el contenido de la nota al tribunal. El escrito precisa que Javier God¨® hab¨ªa tenido cono cimiento de un pinchazo a Carlos Jim¨¦nez Villarejo, hecho que comunic¨® al propio fiscal. Villarejo, seg¨²n la misma nota, inform¨® al jefe superior de Polic¨ªa, que en aquella ¨¦poca era Enrique de Federico, y ¨¦ste resolvi¨® encargar la investigaci¨®n a dos agentes de su confianza. Los polic¨ªas localizaron al autor, un empleado de Telef¨®nica, quien asegur¨® que segu¨ªa ¨®rdenes de Francisco ?lvarez. Seg¨²n el abogado, la misma nota refiere qe ?lvarez, al ser preguntado por De Federico, afirm¨® que- segu¨ªa las "directrices" de Jordi Pujol y Javier de la Rosa. No constan pruebas de ello.En esa misma comunicaci¨®n a Manglano, el ex coronel tambi¨¦n relata que el pinchazo al dirigente de Iniciativa per Catalunya Rafael, Rib¨® fue ordenado igualmente por Alvarez. Su empresa de seguridad e informaci¨®n, Check-in, ha trabajado con profusi¨®n para De la Rosa.
La nota del ex coronel a Manglano fue encontrada en un registro en el despacho del primero al estallar el caso de las escuchas, a finales de 1993. Seg¨²n explic¨® su abogado, el juez encargado del caso, Eduardo Navarro, decidi¨® abrir unas diligencias separadas. En ellas consta un informe del entonces jefe de la brigada de informaci¨®n, de la Polic¨ªa, Jos¨¦ R¨ªos comunicando al juez que no hab¨ªa denuncia de los pinchazos a Villarejo y a Rib¨®. El juez opt¨® por archivar el asunto.
El abogado del ex coronel cont¨® detalladamente el contenido de la citada nota para convencer al tribunal que la polic¨ªa actu¨® irregularmente meses despu¨¦s, en la primavera de 1993, cuando arranc¨® el proceso por la trama que operaba desde La Vanguardia. La investigaci¨®n se inici¨®, seg¨²n expon¨ªa la brigada de informaci¨®n de Barcelona en un primer informe, para indagar las actividades de una supuesta banda armada. Los presuntos te rroristas eran El Lobo y los que trabajaban con ¨¦l en cuestiones de seguridad para God¨®. Como punto de partida de las supuestas actividades terroristas, la polic¨ªa esgrim¨ªa que la red pod¨ªa estar detr¨¢s de varios env¨ªos de paquetes bomba. Adem¨¢s, les vinculaba a los pinchazos que entre 1992 y, 1993 sufrieron personalidades del mundo pol¨ªtico y financiero de Barcelona. Tambi¨¦n inclu¨ªan el caso de Villarejo.
Para el abogado del ex coronel, eso es una "clara muestra" de que la polic¨ªa quiso involucrar a sus defendidos en pinchazos con los que no ten¨ªan nada que ver. "Todo fue consecuencia de una guerra entre servicios de inteligencia", insisti¨® Fuster.
La polic¨ªa solicit¨® al juez de la Audiencia Nacional Carlos Bueren autorizaci¨®n para intervenir varios tel¨¦fonos de la red de El Lobo, algunos de los cuales correspond¨ªan a dependencias de La Vanguardia. La autortizaci¨®n de intervenir los tel¨¦fonos fue renovada durante cuatro meses. Durante ese tiempo, la polic¨ªa no hall¨® ning¨²n dato sobre las supuestas actividades terroristas.
Lo que s¨ª detect¨® la polic¨ªa fue que la red del El Lobo y del ex coronel realizaban otras escuchas ilegales -las que han llevado ahora al banquillo a 16 personas- Fue entonces, al cabo de cuatro meses, cuando comunicaron al juez Bueren que hab¨ªan encontrado indicios de otro delito que, al no ser de ¨ªndole terrorista, compet¨ªa a un juez ordinario. El caso lleg¨® a un Juzgado de Barcelona. ?se punto lo recalcaron todas las defensas de los acusados para argumentar que el proceso es nulo porque la principal prueba acusatoria se logr¨® irregularmente y sin control judicial.
Caso Naseiro
"Es evidente que con las primeras informaciones que revelaban la posible existencia de otro delito, no relativo a banda armada, la polic¨ªa hubiera tenido que informar. al juez de la Audiencia Nacional para que fuese un magistrado ordinario el que prosiguiera con el caso", sostuvo el letrado de God¨®, Francesc Jofresa. ?l y otros defensores se refirieron al caso Naseiro como ejemplo: las intervenciones telef¨®nicas se acordaron por un supuesto delito de tr¨¢fico de drogas. Lo que se descubri¨® fueron indicios de tr¨¢fico de influencias y el Supremo anul¨® el proceso porque las pruebas fueron obtenidas ilegalmente.Frente a la petici¨®n de que el caso sea declarado nulo, el fiscal Jos¨¦ Mar¨ªa Mena mantuvo que el juicio por las escuchas en La Vanguardia debe proseguir. No obstante, Mena dej¨® claro "que el fiscal no est¨¢ para defender a la polic¨ªa por actuaciones que pudieran ser irregulares". El juicio proseguir¨¢ hoy.
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