ENTREVISTA / Pedro Solbes: "El Partido Popular no va a llevar a cabo lo que promete"
Pedro Solbes, ministro de Econom¨ªa y Hacienda, afronta una semana decisiva que terminar¨¢ con la cumbre europea en Madrid, de la que espera una definici¨®n clara del escenario para la tercera fase de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria. En las ¨²ltimas semanas ha realizado un trabajo intenso para que la presidencia. espa?ola se cierre con ese broche de oro. No entra a valorar si las medidas que anuncia el PP, en caso de una victoria electoral , alejar¨¢n a Espa?a de los objetivos de la convergencia. Simplemente, no cree que este partido vaya a cumplir lo que promete.Pregunta. ?Qu¨¦ decisiones se van a tomar en Madrid?
Respuesta. Los problemas que deben resolver los presidentes de los pa¨ªses de la UE son los siguientes. En primer lugar, el nombre de la moneda ¨²nica. Segundo, el momento en la toma de decisi¨®n del paso a la tercera etapa, si es a finales de 1997 o en la primavera de 1998. En tercer lugar, las emisiones de deuda a partir del 1 de enero del a?o 1999. Aqu¨ª hay dos problemas a su vez. El primero, la deuda nueva. Algunos pa¨ªses dicen que, para reforzar la moneda ¨²nica, lo que hay que hacer es emitir todo en esa moneda. Frente a ¨¦stos, hay otros que afirman que como hasta el 2002 la moneda europea puede coexistir con las nacionales, no tiene sentido que se emita todo en moneda ¨²nica. Hay operaciones a corto plazo que van a ser amortizadas todav¨ªa en moneda nacional durante este periodo de tres a?os, e incluso hay algunos mercados que pueden tener inter¨¦s en mantener la moneda inicial incluso durante un periodo m¨¢s largo. Tambi¨¦n hay un segundo problema, vinculado a ¨¦ste, y es qu¨¦ hacemos con el stock de deuda preexistente y c¨®mo hacemos el tr¨¢nsito entre la moneda nacional y la europea. Lo que aqu¨ª se juega es una apuesta irreversible hacia la moneda ¨²nica. Son debates que, bajo un aspecto t¨¦cnico, llevan impl¨ªcitas grandes decisiones pol¨ªticas.
P. ?Cu¨¢l es su posici¨®n?
R. Como presidencia de la Uni¨®n Europea debo tener una postura bastante abierta. La posici¨®n mayoritaria en el Consejo de Ministros de Econom¨ªa en el tema del nombre, por ejemplo, est¨¢ a favor de uno nuevo y ¨²nico, sin representaci¨®n adicional de cada una de las monedas nacionales. Sobre el momento de la toma de decisi¨®n, la idea mayoritaria es que sea en los primeros meses de 1998. En cuanto a la deuda, es donde estamos en una situaci¨®n con m¨¢s variaciones. Todo el mundo est¨¢ de acuerdo en que tenemos que emitir suficiente cantidad de deuda en moneda europea como para que se cree un verdadero mercado. Pero todo el mundo est¨¢ de acuerdo a la vez en que establecer esto como obligaci¨®n, absoluta desde el momento inicial puede ser excesivo. Buscaremos una f¨®rmula intermedia.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le conviene a Espa?a?
R. Nuestra posici¨®n en cuanto al nombre de la moneda ha sido siempre abierta. El segundo punto, el de la fecha en que se toma la decisi¨®n del paso a la tercera fase, ha sido muy importante para nosotros. Lo fundamental se sustanci¨® en Valencia [¨²ltimo Ecofin informal] a nuestro favor, y era que los datos reales a tomar son los de 1997. A partir de ah¨ª, el que la toma de decisi¨®n se realice a finales de 1997 o principios de 1998 tiene una importancia secundaria. En el problema del stock de deuda, yo m¨¢s bien ser¨ªa partidario de que las emisiones de deuda nueva, cuyo periodo de vencimiento va m¨¢s all¨¢ del final del momento en que entra la moneda ¨²nica, b¨¢sicamente se hicieran en esa, moneda ¨²nica, salvo excepciones justificadas.
P. ?Es factible conseguir en Madrid un acuerdo en todo ello?
R. Son temas importantes, con muchos matices, pero se ha hecho un buen trabajo previo y deber¨ªamos ser capaces de llegar a un acuerdo en esta cumbre. Madrid debe cumplir con lo que se dijo en Cannes y lograr una definici¨®n del escenario de la tercera fase.
P. En estos trabajos previos, Alemania ha ido imponiendo sus tesis y es a la vez el pa¨ªs que tiene mas resistencias internas para abandonar el marco y adoptar la moneda ¨²nica. ?Es l¨®gico?
R. Alemania dispone de un activo muy importante que es su moneda. Un activo que ha sido fuerte y una pieza fundamental en todas las decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica y de pol¨ªtica exterior alemana en los ¨²ltimos a?os. Que Alemania forme parte de la Uni¨®n Monetaria es la condici¨®n necesaria para que ¨¦sta exista. Por otra parte, la "Uni¨®n Monetaria est¨¢ dise?ada en t¨¦rminos de estabilidad cambiaria y macroecon¨®mica. En ese sentido hemos seguido un poco el modelo del Bundesbank... Y no porque consideremos que no hay modelos alternativos, sino porque la pr¨¢ctica nos ha demostrado en los ¨²ltimos anos que este modelo es el que funciona mejor. Y ¨¦sa es la gran opci¨®n de Maastricht: estabilidad y bancos centrales independientes. Es evidente, por todo ello, que las, posiciones alemanas son fundamentales en toda la definici¨®n del sistema.
P. ?Pero no est¨¢ Alemania forzando demasiado la m¨¢quina?
R. No. Ellos han adoptado una posici¨®n bastante coherente: Maastricht establece un pacto pol¨ªtico, y nosotros estamos, dispuestos a ir a ¨¦l, pero con la condici¨®n fundamental de que se cumplan de verdad las condiciones de Maastricht. ?se es el precio que Alemania pone para seguir adelante, y lo comprendo.
P. ?Ser¨ªa posible una Uni¨®n Monetaria sin Francia?
R. Lo veo dif¨ªcil. Francia es uno de los grandes pa¨ªses de la construcci¨®n europea y es el equilibrio con Alemania.
P. Pero, su situaci¨®n interna actual...
R. Es dif¨ªcil valorar esos conflictos, Francia ha planteado unas reformas que en t¨¦rminos de d¨¦ficit son importantes, pero en t¨¦rminos de opini¨®n p¨²blica tienen una cierta contestaci¨®n... No necesariamente hay que sacar la conclusi¨®n de que esto empeore las condiciones de Francia, podr¨ªa incluso mejorarlas.
P. ?En caso extremo, ser¨ªa posible modificar los criterios de convergencia?
R. Dif¨ªcil. Los criterios tienen un margen de interpretaci¨®n, pero incumplir Maastricht no es razonable ni econ¨®micamente ni jur¨ªdicamente.P. Se est¨¢ transmitiendo el mensaje de que fuera de la Uni¨®n Monetaria es poco menos que el infierno. ?No tiene ninguna ventaja?
R. Es m¨¢s inc¨®modo vivir. Podemos pensar que las pol¨ªticas m¨¢s expansivas, menos ortodoxas en t¨¦rminos salariales o de d¨¦ficit, nos pueden ayudar a solventar nuestros problemas. Yo creo que no. Eso nos llevar¨ªa a que los diferenciales de intereses sean mayores, que nuestro endeudamiento sea mayor y, en consecuencia, que el coste financiero a soportar siga creciendo.
P. ?Ve usted una Uni¨®n Monetaria de s¨®lo tres o cuatro pa¨ªses?
R. No. Otra cosa es qu¨¦ relaciones se establecen entre las monedas que est¨¢n fuera y las que est¨¢n dentro. Puede ser el mecanismo de cambios actual, puede ser un modelo distinto. Lo que no parece l¨®gico es que en un sistema en el que hay una moneda ¨²nica existan otras dentro del mercado interior fluctuando de forma absolutamente libre.
P. Se ha dicho que para que Espa?a entre en la Uni¨®n Monetaria habr¨¢ que adoptar medidas pol¨ªticamente dif¨ªciles.
R. Toda medida que supone cambios estructurales significa una cierta dificultad respecto a la aceptaci¨®n por algunos sectores de la sociedad. En ese sentido, tenemos ejemplos bastante claros. Dar¨¦ uno: Las medidas que el Gobierno ha tenido que adoptar en el problema de los astilleros. Somos conscientes de que crea problemas sociales, pero pensamos que es mejor esa opci¨®n que cualquier otra. Hay otras medidas que dependen de c¨®mo se planteen tendr¨¢n una mayor o menor dificul-
tad. Por ejemplo, todo el modelo de Seguridad Social. Tenemos el Pacto de Toledo encima de la mesa, que tiene la enorme bondad de haber definido un marco de actuaci¨®n claro para todas las fuerzas pol¨ªticas. Pensemos en todo lo relativo a liberalizaciones, con temas interesantes, como los colegios profesionales, las farmacias, el suelo o el agua.P. ?Y en temas como la empresa p¨²blica, la sanidad o la financiaci¨®n auton¨®mica?
R. Son tres casos claros donde tambi¨¦n las reformas son necesarias. En la empresa p¨²blica hay que seguir con la separaci¨®n de aquellas que se mantienen por razones sociales y las que pueden volver al mercado u otras que deben reducir su actividad para convertirse en rentables. En el caso de la sanidad se han hecho important¨ªsimos esfuerzos para el control del gasto, pero hay que seguir haci¨¦ndolos; hay que buscar modelos que nos permitan una mejor financiaci¨®n y que ¨¦sta sea soportable en t¨¦rminos de pa¨ªs. En comunidades aut¨®nomas hemos avanzado bastante en la definici¨®n de un programa coordinado de endeudamiento, pero hay que ir un paso m¨¢s lejos en temas como financiaci¨®n auton¨®mica y corresponsabilidad fiscal.
P. ?Por qu¨¦ no se habla claramente de los sacrificios que va a imponer estar en la Uni¨®n Monetaria?
R. No va a suponer sacrificios distintos a los de la pol¨ªtica econ¨®mica que se est¨¢ llevando ahora. Una pol¨ªtica ortodoxa exige, sobre todo despu¨¦s de a?os de crisis como los que hemos vivido, volver a recuperarse un poco y pensar que procesos de crecimiento tan r¨¢pidos como los que hemos vivido no se van a producir tan f¨¢cilmente en los pr¨®ximos a?os. Esto implica que la gente sea consciente de que tiene que ser m¨¢s moderada en el consumo. Yo creo que la gente est¨¢ bastante concienciada de eso. De hecho, a veces nos planteamos si esa concienciaci¨®n no ha ido demasiado lejos en t¨¦rminos de consumo.
P. ?Y no habr¨¢ que decir a los ciudadanos que deben esperar cada vez menos del Estado?
R. S¨ª y no. El ritmo de crecimiento de lo que los ciudadanos reciben del Estado, que es el grueso del gasto p¨²blico, va a ser menor que en el pasado y podr¨¢ variar en su composici¨®n. Igual hay que hacer menos carreteras y m¨¢s formaci¨®n profesional. Es decir, una vez alcanzados ciertos niveles, la distribuci¨®n ser¨¢ distinta.
P. Usted ha dicho que no es posible bajar impuestos en ese camino hacia la Uni¨®n Monetaria ?Habr¨¢ que subirlos?
R. No. Espa?a es el segundo pa¨ªs de la. Uni¨®n Europea con menos presi¨®n fiscal global. Exceptuando el Reino Unido, tenemos la fiscalidad m¨¢s baja de la UE, aunque con una composici¨®n distinta entre impuestos directos e indirectos. Yo s¨ª entiendo que la poblaci¨®n, en la medida en que mide lo que paga s¨®lo en base a lo que tributa por renta, diga que est¨¢ pagando mucho, especialmente ciertos sectores de la poblaci¨®n. ?Hay que ir a un modelo de aproximaci¨®n a los modelos medios europeos? Sin ninguna duda. ?Eso quiere decir que el IRPF tiene en este momento unos tipos marginals excesivamente altos? S¨ª. Eso ya lo dice la Ley del IRPF de 1991 ?Es razonable aproximar el marginal de renta al del impuesto de sociedades? S¨ª. Pero de ah¨ª no se pueden sacar conclusiones como que aproximar es igualar o que hay que bajar el marginal de renta al tipo de sociedades. No creo que las grandes reformas que algunos plantean sobre el IRPF vayan a resolver los problemas, porque no creo en los cuentos de la lechera. Al final, la experiencia nos demuestra que bajar los impuestos no incentiva que la gente pague m¨¢s. Si bajamos los impuestos nada m¨¢s que tenemos dos alternativas: o compensar mediante reducciones de gasto, y entonces hay que decir de d¨®nde se recorta o aumentar el d¨¦ficit, pero hay que decirlo. Mi opini¨®n es que esta ¨²ltima opci¨®n no va a ser apoyada por nadie medianamente sensato, y por tanto, si se baja el gasto, d¨ªgase d¨®nde. Entiendo mucho menos la reducci¨®n de las cuotas sociales. Cinco o seis puntos son un bill¨®n de pesetas. Y s¨®lo puede financiarse esto si aumentan las transferencias del Estado, y para ello hay que aumentar los impuestos. Todo esto no encaja de ninguna forma.
P. O sea, que usted cree que si el PP lleva a cabo todo lo que est¨¢ diciendo, no estaremos en la Uni¨®n Monetaria..
R. Es que parto de un supuesto distinto. Lo que est¨¢ haciendo el PP es una presentaci¨®n electoral, y lo que va a hacer, si gana, es que no va a llevar a cabo lo que promete.
P. ?Como ha ocurrido en Francia?
R. No quiero hacer comparaciones, pero es verdad que el modelo de la derecha francesa es interesante en ese sentido. Aunque no hay que irse tan lejos; tenemos ejemplos cercanos.
P. ?Qu¨¦ va a incluir en el decreto de pr¨®rroga de los Presupuestos?
R. Habr¨¢ un decreto-ley de pr¨®rroga antes de final de a?o, y despu¨¦s los correspondientes a los cr¨¦ditos extraordinarios que se consideren necesarios. Estamos trabajando en el decreto-ley de pr¨®rroga sobre la subida del sueldo de los funcionarios, de las pensiones, avales y garant¨ªas, la cesi¨®n del 15% del IRPF a las comunidades aut¨®nomas, actualizaci¨®n por la inflaci¨®n de impuestos directos e indirectos y cotizaciones sociales y alguna medida de la Ley de Acompa?amiento. La financiaci¨®n adicional de la sanidad ir¨ªa en un decreto posterior.
P. ?Y las transferencias a, comunidades aut¨®nomas?
R. Es un tema a discusi¨®n. No hay que pagarlas hasta el segundo semestre y es un cr¨¦dito ampliable.
P. ?Habr¨¢ una negociaci¨®n formal con los grupos pol¨ªticos?
R. Ser¨ªa ¨²til hablar, no s¨¦ si con todos los grupos o s¨®lo con algunos, para ver cu¨¢l es su posici¨®n respecto de algunos puntos. Dedicar¨¦ a este tema la semana que termina el 22 de diciembre.
P. Pero pocas concesiones va a hacer...
R. Las concesiones se hubieran podido hacer durante la negociaci¨®n presupuestaria.
P. ?Qu¨¦ le parecen las modificaciones introducidas en el Senado a la Ley de Contratos?
R. Yo hubiera preferido una situaci¨®n en la que se hablara del tratamiento de los procesados m¨¢s en l¨ªnea con la legislaci¨®n anterior. Que las personas jur¨ªdicas tuvieran un tratamiento equivalente a personas f¨ªsicas. El riesgo es que nos podamos encontrar con situaciones en las que se aproveche la posibilidad de dimisi¨®n de un cargo de la empresa para actuaciones no correctas por parte de ¨¦sta.
P. ?Qu¨¦ opina del documento de las pensiones elaborado por el Ministerio de Trabajo?
R. Estamos trabajando con este documento y yo preferir¨ªa no hacer comentarios hasta que lo debatamos en el Consejo de Ministros. Las medidas est¨¢n bien encajadas en cuanto a la filosof¨ªa. El problema es si las hip¨®tesis de partida pueden ser m¨¢s o menos optimistas.
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