Un paisaje sin alma
El refugio en las formas no es para Juan Carlos Garc¨ªa un ejercicio ni una demostraci¨®n de los procesos, sino la evidencia de una falta manifiesta de qu¨¦ decir, de sustancia, de alma. Y tampoco es que las formas. expuestas deslumbren por su acabado o su belleza, lo que ya ser¨ªa un alivio. Nada de eso. La coreograf¨ªa -y su entorno- resultan un collage agobiante y estridente (por lo que se oye y lo que se ve) de escenas m¨¢s o menos articuladas en torno a la desesperaci¨®n, a un ansia, a unas dependencias que estimulen la acci¨®n.Moving landscape (?no habr¨¢ manera de decir en catal¨¢n o castellano -lenguas tan ricas- esto mismo?) se parece demasiado en los recursos a varios trabajos ajenos y anteriores, a multitud de pautas est¨¦ticas for¨¢neas y en verdad tangenciales a la danza espa?ola actual (Linke, Bausch, Forsythe), siendo una pena que poco o nada quede de aquel maravilloso esp¨ªritu de Lan¨®nima onginal, su plasticidad de evoluciones y aquella su fuerza llena de un cierto narcisimo l¨ªrico.
Lan¨®nima Imperial
Moving landscape. Coreograf¨ªa: JuanCarlos Garc¨ªa. M¨²sica: Xavier Maristany y Joan Saura. Danza en Diciembre. Sala Olimpia. Madrid, 15 de diciembre.
Irritaci¨®n
No se llega a entender tampoco si el uso del t¨¦rmino moving va por lo de cambiante, inestable, o por lo de conmovedor. La verdad es que el espect¨¢culo irrita m¨¢s que conmueve. Su petulancia y falta de pudor esc¨¦nico (no de un puritanismo mal entendido, sino de una ¨¦tica para con el espectador), aquel deseo de ir dictando docta lecci¨®n y arreglando el mundo por donde se pasa (o donde se mandan emisarios, pues el core¨®grafo ni se dign¨® aparecer por Madridpara el estreno) le quita credibilidad.
Los int¨¦rpretes, poco convincentes en lo musical aunque preparados en el m¨²sculo, se esfuerzan honestamente a fondo por dar aliento a la obra, que fue recibida tibiamente por el escaso p¨²blico asistente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.