El Sevilla cuestiona la hegemon¨ªa b¨¦tica
La ciudad dual que es Sevilla prepar¨® anoche un derbi -su dicotom¨ªa m¨¢s estruendosa- amenazado por el contexto. El clima contrajo el escalofr¨ªo que siempre depara un partido de este tama?o, resumido a la postre en un discreto empate que, eso s¨ª, cuestiona la gran diferencia que ilustra en la tabla.Hac¨ªa falta un gran est¨ªmulo, un derbi por ejemplo, para levantar un partido de f¨²tbol en el viejo Villamar¨ªn. El est¨ªmulo que presenta, por ejemplo, un cartel tan desangelado como el que el Sevilla llevaba al primer derbi de la temporada. Sus jugadores ten¨ªan que salir de all¨ª sanos y salvos, ten¨ªan que organizar algo que dijera del equipo cosas nuevas: el Sevilla deb¨ªa proyectar en Villamar¨ªn su nuevo futuro. Al final se supo que el equipo de Nervi¨®n llev¨® orgullo, entusiasmo y poco m¨¢s. No fue el suyo un partido concluyente, pero sirvi¨® para cuestionar la hegemon¨ªa del Betis en la manida liga particular.
Aunque no tuvo tan mal cariz, la primera parte del Betis fue realmente indigesta. El Sevilla realiz¨® un buen trabajo. Apenas si dej¨® al Betis alg¨²n callej¨®n para organizar la distribuci¨®n. Monchu ceg¨® a Alexis, estorb¨® a Stosic y sac¨® a Ca?as de su sitio. El asturiano fue la joya sevillista. Su gran trabajo recibi¨® el premio del gol, tras robar su en¨¦simo bal¨®n, esa vez a Vidakovic.
El Sevilla hizo aflorar muchos defectos en el Betis. Empez¨® por reprimirle la ansiedad. Por eso el partido tuvo un excesivo pre¨¢mbulo de miramientos. Ni el Betis despreci¨® al enemigo ni el Sevilla pretend¨ªa consagrar las ventajas aparentes del suyo tocando a rebato. Muy al contrario: le sostuvo la mirada y s¨®lo se arrug¨® tras el empate b¨¦tico. Tuvo miedo con el 1-1, curiosamente, porque antes, con otro empate, no hab¨ªa asomado temor alguno en el equipo de Juan Carlos.
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