El Sporting auxilia al Bar?a
Los azulgrana vivieron de un gol de P¨®pescu y la, luminosidad de lv¨¢n de la Pe?a
Lleg¨® en buena hora el Sporting al Camp Nou. Necesitaba el Bar?a un hu¨¦sped que no diera la tabarra, y hoy no hay equipo tan buen samaritano como el de Rezza: nueve salidas, un gol y un punto. S¨®lo el marcador no renococi¨® la manifesta superioridad del colectivo asturiano. El Barcelona siempre jug¨® de culo un partido que tuvo de cara: un gol en la arrancada y el aliento del p¨²blico en el cogote desde que cantaron los equipos.La simple lectura de los contendientes aplac¨® la ira de una hinchada muy revoloteada por el esperpento del Calder¨®n. M¨¢s que un equipo de Cruyff parec¨ªa una alineaci¨®n de N¨²?ez. Cruyff se cur¨® en salud y puso en la cancha a un grupo que no s¨®lo no evocaba malos recuerdos sino que transmit¨ªa buenas sensaciones. No es que se pintaran mejor las l¨ªneas que otras veces: hab¨ªa los tres defensas (Ferrer, Abelardo, Sergi), un 4 (ora Popescu ora Guardiola), un 6 (Iv¨¢n de la Pe?a), dos extremos (Figo y Hagi) y un nueve (Bakero). Ni tampoco que el grupo hubiera encontrado de golpe el equilibrio entre los jugadores de toque y los que desequilibran (volv¨ªan Guardiola y Sergi). La difencia era Iv¨¢n de la Pe?a. Regresaba lo pelat y, al igual que en su deb¨², Cruyff guardaba cama resfriado.
El calvo era un futbolista imprescindible para el encuentro de ayer. Hay veces que un entrenador tiene que hacer concesiones, y anoche era una de ellas. El Bar?a es hoy un equipo plano, timorato por los ¨²ltimos resultados, e Iv¨¢n de la Pe?a rompe la monoton¨ªa. La presencia del pelado ayud¨® a calentar el partido. La estad¨ªstica le compromete, pues perdi¨® hasta cuatro balones seguidos, pero las im¨¢genes le reivindican, por su amplio sentido del juego. Es un futbolista tan luminoso que convierte en anecd¨®tico lo que le rodea.
Vivi¨® el Bar?a m¨¢s de una hora tanto del poder de seducci¨®n e intimidaci¨®n de Iv¨¢n de la Pe?a y de tres o cuatro arabescos que condimentaron un primer plato ya muy ligero. El equipo estuvo igual de parado, igual de descosido, igual de impreciso, igual de nervioso, igual de manso, que de costumbre. Los retoques del banquillo introducidos a medida que trasncurr¨ªa el choque tampoco cambiaron el rosto de cera del grupo. Iba y ven¨ªa por donde quer¨ªa el Sporting, y a Rexach no se le ocurri¨® otra salida que sustituir a Iv¨¢n. La grada gimi¨® cabreada: pitos para Charly y plamas para el calvo.
Retirado el sedante, el hincha repar¨® que ten¨ªa un equipo desnudo. Ya no hubo indulto para nadie cuando se retir¨® Iv¨¢n. El juicio severo del p¨²blico acobard¨® al equipo. Estando Salinas en el bando contrario, hay que Regar siempre al ¨²ltimo minuto con dos goles de ventaja, y los azulgranas mandaban con uno marcado a la salida de un c¨®rner. Y administrar un gol de ventaja es hoy una heroicidad en el estadio.
La indefinici¨®n perdi¨® al grupo de Cruyff de principio a fin. Nadie sabe todav¨ªa quien es el medio centro. Igual juega Popescu que Guardiola. Y no es eso. Resulta dif¨ªcil saber si el ¨¢rea es un punto de llegada o una sala de estar. Igual juega un ariete que dos. Y no es eso. Ya no se sabe cual es la misi¨®n del pivote. Igual sale Balcero que Iv¨¢n de la Pe?a. Y no es eso. El equipo anduvo perdido, inseguro e incapaz de generar una s¨®la ocasi¨®n de gol.
Es un Bar?a irreconocible para quienes han visto tanto f¨²tbol en el ¨²ltimo lustro. El Sporting mand¨® siempre. Tuvo el cuero y el control cuando quiso. Lediahkhov, un futbolista entre l¨ªneas, desguaz¨® la carrocer¨ªa defensiva azulgrana durante el primer tiempo. Puso hasta tres balones consecutivos de gol que sus socios desperdiciaron. El trabajo fue m¨¢s solidario en la segunda parte y, sin embargo, result¨® igual de infructuoso. Tir¨® una y otra vez el equipo asturiano sin suerte. Le falt¨® punter¨ªa, le falt¨® suerte (Bango remat¨® al palo) y tambi¨¦n habilidad para montar el ¨²ltimo pase (Angoy estuvo atento y firme).
No supo aprovecharse de un rival que tiritaba y que se abraz¨® al marcador como si fuera una manta. El resultado fue el mejor sedante para un grupo dolorido ante tanta dispersi¨®n como rodea al entorno. El equipo se ha quedado sin pilas cuando en el banquillo y el palco la tensi¨®n es electrizante. El hincha sufrecomo nunca. Menos mal que a Salinas no le dio por meter la pata en el descuento y dejar el Camp Nou a oscuras. Hoy s¨®lo brilla la calva de lo pelat Mal asunto.
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