Algo m¨¢s grave que una "pertinaz" sequ¨ªa
Un pa¨ªs con una pluviometr¨ªa irregular, sin una mejora de la gesti¨®n, est¨¢ condenado a sufrir peri¨®dicas crisis de p¨¢nico
En el adjunto ciclo hidrol¨®gico de Wilhite debemos discurrir ya por la fase de p¨¢nico por lo que, de consolidarse estas primeras lluvias, caer¨ªamos en la siguiente fase, la de apat¨ªa. Ello supondr¨ªa echar en saco roto debates, ideas y, en fin, prop¨®sitos de enmienda que usuarios y responsables vienen haciendo para racionalizar usos y reordenar, cuando no ampliar, recursos.Un pa¨ªs con pluviometr¨ªa irregular que se aplique con eficacia al cumplimiento del ciclo hidrol¨®gico de Wilhite, cual es el caso de Espa?a, est¨¢ destinado a transitar con periodicidad por la fase de p¨¢nico. Y cada vez los sobresaltados ser¨¢n m¨¢s frecuentes, dado que el creciente desequilibrio usos-recursos no viene acompa?ado de una mejora de la gesti¨®n.
Y hablando de gesti¨®n poco eficiente viene al caso el art¨ªculo de Lund, Restricciones y transferencias de agua en ¨¦poca de sequ¨ªa (Journal of Water Resources Planning and Management, ASCE, noviembre 1995). Cita Lund seis v¨ªas para introducir restricciones:
1. Asignaci¨®n de una cota m¨¢xima mensual.
2. Reducci¨®n porcentual del consumo habitual.
3. Elevaci¨®n del precio del agua.
4. Limitaci¨®n de los usos del agua.
5. Interrupci¨®n temporal del servicio.
6. Mediante un sistema de cr¨¦ditos.
Desautorizando totalmente la interrupci¨®n temporal del servicio: "Muchos abastecimientos urbanos en pa¨ªses poco desarrollados, que carecen de sistemas y alternativas para limitar el gasto del agua, interrumpen el suministro de manera peri¨®dica. Esta pr¨¢ctica es ineficiente desde cualquier punto de vista y comporta riesgos para la salud p¨²blica, siendo pr¨¢ctica habitual para desesperados en condiciones relativamente incontroladas".
De hecho no ha existido plan de actuaci¨®n alguno por parte de la Administraci¨®n para que la mayor¨ªa de nuestros abastecimientos dejen de estar "relativamente incontrolados". Y mucho m¨¢s podr¨ªa decirse de los sistemas de riego. Sin duda que mantener y mejorar d¨ªa a d¨ªa estos sistemas nada tiene que ver con la sequ¨ªa.
De otra parte, las sequ¨ªas no son un mal del siglo XX. Bruins en un art¨ªculo sobre la gesti¨®n de las sequ¨ªas en Israel (Kruwer Academic Publishers, 1993), cita la Biblia para dejar constancia de la secular periodicidad de estos fen¨®menos naturales. Israel, al igual que California o Arizona, es la referencia en materia de ahorro de agua y tambi¨¦n lo deber¨ªa ser en t¨¦rminos de organizaci¨®n. La Comisi¨®n del agua de este pa¨ªs, adscrita al Ministerio de Agricultura como principal consumidor, constituye el ¨²nico ¨®rgano de administraci¨®n y gesti¨®n a trav¨¦s de sus cinco departamentos: a) Asignaci¨®n de recursos y permisos; b) Drenaje (depuraci¨®n); c) Servicio hidrol¨®gico (evaluaci¨®n de recursos); d) Gesti¨®n eficiente del agua; e) Coordinaci¨®n general. Un comisionado es el responsable m¨¢ximo de toda la estructura.
Una organizaci¨®n de este tipo, como ¨²nica v¨ªa para alcanzar una gesti¨®n global y eficiente y posibilitar la implementaci¨®n de un modelo de desarrollo sostenible, es la que preconizamos para Espa?a. Y hasta ahora, todos los an¨¢lisis del problema que se vienen haciendo en nada se refieren a las estructuras de gesti¨®n ni al mantenimiento de los sistemas.
El ministro Borrell, m¨¢ximo responsable del tema, se centra en sus declaraciones en los problemas de los recursos. Sobre la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa s¨®lo vagas buenas intenciones. Y, en consecuencia, su ministerio se centra en la inversi¨®n y en el parcheo, sin llevar el seguimiento del uso de una obra realizada, que es lo que evidencia la utilidad y eficacia de la actuaci¨®n.
Por lo que se oye a los portavoces del PP, el planteamiento de la alternativa de Gobierno es id¨¦ntico. Se enfatiza m¨¢s en los recursos subterr¨¢neos, pero ninguna alusi¨®n a lo que es, a nuestro parecer, el tema clave: la gesti¨®n integral del agua.
Las competencias en materia del agua est¨¢n atomizadas, lo que hace inviable un tratamiento racional del recurso. Y no globalizar la gesti¨®n supone llegar a situaciones tan chocantes como la acontecida recientemente en las Cortes Valencianas. Tras informar el consejero de Obras P¨²blicas sobre el proyecto de crear un mercado del agua, el parlamentario de Uni¨®n Valenciana, Filiberto Crespo, matiz¨® que la propuesta s¨®lo afecta al 20% del agua, toda vez que el restante 80% del consumo es agr¨ªcola, competencia de la Consejer¨ªa de Agricultura, en manos de la unionista Ll¨ªn.
Hablar de desalaci¨®n, cuando nuestros abastecimientos no cumplen los est¨¢ndares de calidad, no tiene sentido. Ni crear un mercado del agua sin una mejora de nuestros sistemas de distribuci¨®n y, sobre todo, de medida. Ni referirnos a los recursos subterr¨¢neos como panacea del futuro sin un estricto control de los vertidos en pozos. Y si nos referimos a la reutilizaci¨®n de las aguas, la descoordinaci¨®n es evidente: quien promueve no es quien depura y quien depura no es quien reutiliza. Cuanto menos deber¨ªa existir una entidad institucional de rango superior a las partes, con capacidad para armonizar proyectos e imponer criterios de inter¨¦s general en caso de conflicto.
Reformar la Administraci¨®n no es tarea f¨¢cil y menos la que gestiona el agua, incluido el r¨¦gimen econ¨®mico de explotaci¨®n vital en toda pol¨ªtica del agua. Hoy depende de las comisiones de precios, adscritas a las consejer¨ªas de industria, que tambi¨¦n legalizan los abastecimientos como actividad. Sin comentarios. Sin duda que el ejemplo del agua en Israel radica m¨¢s en su estructura de gesti¨®n que en su ahorro y tecnolog¨ªa, porque ¨¦stos derivan de aqu¨¦lla.
Alcanzar un modelo de desarrollo sostenible de este bien natural requiere reordenar, cuando no incrementar, los recursos, mejorar y modernizar la distribuci¨®n, racionalizar los usos y hacer una medici¨®n que posibilite la econom¨ªa del agua. Demasiadas teclas para tocar simult¨¢neamente, a no ser que est¨¦n todas en un mismo plano. De no actuar en esta direcci¨®n, los pasos peri¨®dicos por la fase de p¨¢nico del ciclo hidrol¨®gico de Wilhite, ser¨¢n cada vez m¨¢s traum¨¢ticos.
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