Silueta de memoria
Con nombre de resonancias heroicas y belicosas, su oronda figura y su porte pl¨¢cido revelaban, sin embargo, hedonismo, cultura y bonhom¨ªa: "el gordito", pata D. Ra¨²l Prebisch y otros viejos amigos. Y el trato con ¨¦l lo confirmaba: generoso anfitri¨®n (conoc¨ª su magn¨ªfica casa en Santiago de Chile: como otros altos funcionarios internacionales, Viv¨ªa muy bien acomodado en el Santiago. de. Chile del decenio de los a?os ochenta, ingenioso conversador, con gustos art¨ªsticos y literarios cultivaci¨®n a la par que con Orobadas sabidur¨ªas mundanas.Fue f¨¢cil reconocerlo al bajar, del avi¨®n en el aoropuerto de Asturias, cuando vino a participar en un seminario con colegas espa?oles en 1918: desde hac¨ªa m¨¢s de un decenio los estudiosos espa?oles de econom¨ªa dispon¨ªamos de aquel estupendo dibujo que de sucabeza de senador romano hizo Mampaso para la cubierta de un n¨²mero dedicado a la "inflaci¨®n estructural" & una prestigiosa revista especializada. Y enseguida. su afabilidad rompi¨® cualquier distancia; su cordialidad y las muchas referencias intelectuales comunes: no en vano, An¨ªbal Pinto, como casi todos los integrantes de la creativa Cepal de primera hora, degust¨® la riqueza de conocimientos de ese Weberiano disc¨ªpulo de Ortega mal conocido entre noso" otros que fue Med¨ªna Echevarria "Don Jos¨¦ siempre para, aqu¨¦llos, el cual. les familiariz¨® con lo mejor de la creaci¨®n cultural espa?ola de este siglo y con los grandes del pensamiento social europeo.
Los frecuentes encuentros posteriores afianzaron siempre esa imagen: ocurrente y. culto, a la Vez; educado y, sin embargo, pr¨®ximo; a un tiempo imaginativo y cuidadoso con el acabado de sus trabajos. Transmit¨ªa simpat¨ªa y sencillez; como si quisiera disimular lo mucho que. sab¨ªa en todos los ¨®rdenes. El me recomend¨® el Hotel- Olinda en Copacabana, yo le regal¨¦ mi mejor Vega.-Sicilia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.