El funeral por Mitterrand re¨²ne en Notre-Dame de Par¨ªs a 61 jefes de Estado y de Gobierno
Los grandes del mundo no faltaron ayer a su ¨²ltima cita con Fran?ois Mitterrand. S¨®lo Bill Clinton, representado por el vicepresidente Al Gore, estuvo ausente en la catedral de Notre-Dame, donde se rindi¨® un solemne homenaje religioso al ex presidente de Francia. Al jefe del Gobierno alem¨¢n, Helmut Kohl, se le escaparon las l¨¢grimas por su viejo amigo. En total, 61 jefes de Estado y de Gobierno y representantes de otros 111 pa¨ªses se congregaron en los bancos de la hist¨®rica catedral parisiense. Mientras tanto, los restos de Mitterrand recib¨ªan sepultura en su localidad natal de Jarnac en un acto ¨ªntimo.
Unas 5.000 personas permanecieron en los alrededores de la catedral desde primera hora de la ma?ana para asistir al oficio f¨²nebre, retransmitido por altavoces y pantallas gigantes. Algunos fieles an¨®nimos, llegados antes del amanecer, pudieron acceder a los pocos bancos laterales reservados al p¨²blico. Los otros se contentaron con quedarse en el, exterior mientras llegaban las numeros¨ªsimas delegaciones oficiales. La lista de invitados era exhaustiva. El rey Juan Carlos y la reina Sof¨ªa, junto a Felipe Gonz¨¢lez, representaron a Espa?a. Bor¨ªs Yeltsin, Fidel Castro, seis reyes -Espa?a, B¨¦lgica, Dinamarca, Holanda, Suecia y Camboya- y el pr¨ªncipe Carlos de Inglaterra; todos los l¨ªderes pol¨ªticos europeos; el palestino Yasir Arafat; el secretario general de la ONU, Butros ButrosGali; el israel¨ª Sim¨®n Peres; el egipcio Hosni Mubarak (los dos ¨²ltimos, ¨ªntimos amigos de Mitterrand), y muchos otros, se encontraron a las once de la ma?ana en el templo."Es impresionante que alguien fallecido no siendo ya presidente haya atra¨ªdo tal presencia. Eso da una idea de la talla del hombre Y de su influencia", coment¨® Gonz¨¢lez.
El cardenal-arzobispo de Par¨ªs, Jean Marie Lustiger, pronunci¨® una homil¨ªa basada en textos de Mitterrand. Comenz¨® con uno referido a la muerte:"?C¨®mo morir? Vivimos en un mundo que se espanta ante la pregunta y la reh¨²ye. Quiz¨¢ nunca la relaci¨®n con la muerte ha sido tan pobre como en estos tiempos de sequ¨ªa espiritual en que los hombres, presurosos por existir, ignoran que con ello ciegan una fuente esencial del placer de vivir".
Complejidad y contradicciones
Mitterrand tuvo dos misas, la sencilla de Jarnac y la solemn¨ªsima de Par¨ªs. Lustiger subray¨® que Mitterrand ten¨ªa en el despacho de su domicilio una estampa de san Francisco de As¨ªs, y que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa hablado de su fe en la comuni¨®n de los santos. "Era un hombre de formaci¨®n cat¨®lica y, aunque agn¨®stico, no renunciaba a ella. Los actos celebrados en su memoria reflejan su complejidad intelectual y sus aparentes contradicciones", se?al¨® Gonz¨¢lez.Los textos evang¨¦licos y la m¨²sica de Juan Sebasti¨¢n Bach -fueron los mismos en Jarnac y en Par¨ªs. La soprano Barbara Hendricks, que la v¨ªspera hab¨ªa ya cantado en la Bastilla, enton¨® un r¨¦quiem. Durante uno de los pasajes corales, el canciller alem¨¢n Helmut Kohl derram¨® l¨¢grimas. Al t¨¦rmino de la misa, los jefes de las delegaciones fueron trasladados hasta el El¨ªseo, donde el presidente Jacques Chirac les ofreci¨® un almuerzo.
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