Placeres creativos

Los espa?oles somos muy dados a la autocr¨ªtica. Lo propio siempre es susceptible de iron¨ªa e incluso burla. Eso ocurre cuando se habla del nivel cultural del espa?olito medio. Pero m¨¢s vale olvidar estad¨ªsticas mal¨¦volas para escuchar a gente que lleva muchos a?os en harina. Seg¨²n Rosa Reg¨¢s, cocinera antes que fraile en el mundillo de los editores, narradores y publicistas de la cultura, en Espa?a se lee mucho m¨¢s que hace 25 a?os.No desconoce la ganadora del Premio Nadal 1994, seg¨²n coment¨® en una conferencia, que al placer creativo que comparten escritores y lectores se opone, en cierto sentido, la cultura de la imagen personificada en la "reina televisi¨®n". Sus s¨²bditos pagan altos impuestos: cuatro minutos de publicidad por cada 20 de programa, aunque son escasos los que valen la pena.

La cultura del libro desarrolla de un modo m¨¢s inteligente y libre la creatividad; puede incluso convertirse en una sana adicci¨®n para el escritor y un placer activo para el lector. Entre ambos se crea un nexo de complicidad: para el narrador, las novelas est¨¢n escritas en alguna parte, es necesario tirar del hilo y ensimismarse hasta sacar a la luz el relato; en el caso del lector, la percepci¨®n y entendimiento del texto puede crear una nueva narraci¨®n mental. El proceso creativo es bipolar y dos veces fecundo. Potenciar la cultura del libro y usar inteligentemente los medios audiovisuales pueden convertirse en pautas para mejorar la propia cultura.-