El Huesca alivia al Madrid
Los blancos se deshacen con facilidad del colista
Dinamismo, fluidez, frescura. Con semejantes ingredientes, aderezados por la inferioridad manifiesta del rival, el Real Madrid disfrut¨® de una pl¨¢cida ma?ana de domingo que compens¨® el sinsabor provocado por la derrota en Zagreb.Tir¨® el equipo blanco de sus tres extranjeros para solucionar el compromiso a la mayor brevedad. Obradovic situ¨® en esta ocasi¨®n a Loncar en el quinteto titular y el alero serbio respondi¨® aportando lo que de ¨¦l se espera, es decir, puntos desde el per¨ªmetro. Su mu?eca funcion¨® (tres de cinco triples en la primera parte) cuando m¨¢s falta le hac¨ªa a su equipo. El Huesca se hab¨ªa refugiado en una zona 2-3 que amenazaba con cortar de ra¨ªz (32-28 minuto 15) el intento de ruptura madridista (32-22, dos minutos antes). Por unos momentos, dio la sensaci¨®n de que la estrategia de Casadevall, el t¨¦cnico visitante, pod¨ªa atascar al Real. Loncar se encarg¨® de hallar el camino m¨¢s r¨¢pido y mejor alfombrado, aqu¨¦l que empezaba m¨¢s all¨¢ del arco de 6,25.
Las luces de los focos, sin embargo, no se dirigieron al jugador de Belgrado. Es la consecuencia de compartir presencia en cancha con un personaje como Arlauckas. El estadounidense no deja de sorprender. Esta temporada se est¨¢ especializando en las primeras partes. Salta al parqu¨¦, resuelve el duelo, regala a la concurrencia algunas acciones espectaculares y a descansar al banco. Ante el Huesca, firm¨® otros 20 minutos extraordinarios. Habla la estad¨ªstica: 26 puntos, en una serie de 13 canastas de 16 intentos (81 %). Sumados a los 13 de Loncar y a los nueve de Savic completaban un total de 48 de los 56 puntos convertidos por los blancos al descanso. El Huesca se hab¨ªa quedado clavado -36 puntos en la primera mitad- a la primera aceleraci¨®n del Madrid, como consecuencia del parcial sufrido en los ¨²ltimos cinco minutos, 24-6.
El grupo oscense se ten¨ªa aprendida la lecci¨®n del buen colista. Esa que dice que para ganar en la guarida de uno de los l¨ªderes ¨¦ste tiene que tener muy mal d¨ªa y t¨² muy bueno. No sucedi¨® ni una cosa ni la otra, as¨ª que el Huesca, conocedor de que ¨¦sta no era su batalla, se limit¨® a cumplir el expediente con la mayor dignidad.
El otro aliciente buscado por el p¨²blico radic¨® en comprobar si su equipo rebasaba una vez m¨¢s la frontera de los 100 puntos. El Madrid se qued¨® a tiro de triple, pero la faena ya estaba hecha.
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