De Mururoa a la bomba virtual
"Asegurar la fiabilidad de nuestras armas y permitimos pasar a una fase de pruebas simuladas". ?se era el objetivo inicial con el que Jacques Chirac quiso justificar su decisi¨®n de reanudar los experimentos at¨®micos en el Pac¨ªfico sur. Todos sus opositores dijeron que las nuevas pruebas eran innecesarias, costosas y peligrosas. Lo que, de momento, muy pocos han dicho es que la simulaci¨®n es tambi¨¦n car¨ªsima, mucho m¨¢s que las explosiones subterr¨¢neas actuales. Los seis ensayos en Fangataufa y Mururoa han costado 600 millones de francos (unos 14.800 millones de pesetas). El presupuesto de Palen, el programa previsto para hacer posible las explosiones "simuladas y en laboratorio", asciende a 16.000 millones de francos (unos 395.000 millones de de pesetas).Se supone que las cabezas nucleares probadas en los atolones del Pac¨ªfico sur van a ser fiables hasta el a?o 2015. De momento, el presidente Chirac ha tenido que recortar el presupuesto de Defensa en 20.000 millones de francos, es decir, una cifra superior a la de todo el plan Palen. La popularidad del denominado potencial nuclear te¨®rico, es decir la bomba at¨®mica virtual, puede disminuir cuando se vea que el plan comporta la reducci¨®n de efectivos en el Ej¨¦rcito, favorece su profesionalizaci¨®n, sin soldados de reemplazo, e implica el cierre de industrias. militares que daban trabajo a miles de personas.
Las explosiones del Palen puede que sean ecol¨®gicas, pero tambi¨¦n es posible que fomenten estallidos sociales. Adem¨¢s, este plan s¨®lo es viable con la colaboraci¨®n de Estados Unidos que, por ejemplo, proporcionar¨¢ a Francia el superordenador imprescindible para simular las pruebas.
Claro que para un heredero del gaullismo, como es el caso de Chirac, poner la viabilidad de la defensa nacional en manos de otra potencia equivale a poner en peligro la independencia del pa¨ªs: un mensaje que, calar¨¢ sin duda en unos militares formados bajo el sue?o de una grandeur que no era virtual, sino explosiva.
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