Los pies en las nubes
Gene Kelly es el ¨²nico de los grandes bailarines que hicieron carrera en el musical norteamericano que verdaderamente pod¨ªa decir que ten¨ªa una formaci¨®n ballet¨ªstica que le facilitaba un virtuosismo espectacular a la vez que pleno de soltura. Ese saber hacer le diferenciaba de otro virtuoso m¨¢s natural, menos impostado en la t¨¦cnica como era Fred Astaire. Entre ellos existi¨® una competencia no siempre tenida como fraternal, que Kelly llevaba con su sonrisa a medio carrillo y a su manera.Gene Kelly era un ballet¨®mano confeso y convencido y ello le llev¨® a concebir una preciosa pel¨ªcula, Invitaci¨®n a la danza, en tres partes independientes donde se atrev¨ªa a establecer f¨¦rreas competencias con el astro del ballet norteamericano de su tiempo, Igor Youskevitch. En el filme, que tard¨® mucho en hacerse pues se comenz¨® en 1952 y no se exhibi¨® comercialmente hasta cuatro a?os m¨¢s tarde, Kelly tambi¨¦n sirvi¨® de exquisito e inspirado partenaire a Tamara Toumanova, Diana Adams y a una bell¨ªsima y reci¨¦n llegada a Norteam¨¦rica Claire Sombert.
El baile de Gene Kelly y su sentido coreogr¨¢fico siendo protonorteamericano e incluso protoneoyorquino, se desprendi¨® enseguida, o quiz¨¢ nunca tuvo, los latiguillos vulgares que s¨ª asist¨ªan a todos los creadores de bailes que hab¨ªan pasado por la senda que de Broadway llevaba a Hollywood. Las cr¨®nicas revelan su elegancia en unos tiempos donde no era precisamente ese don lo que se ped¨ªa a los artistas. En la versi¨®n original y esc¨¦nica de Pal Joey (1940), Gene Kelly apareci¨® como si de un bailar¨ªn cl¨¢sico se tratara y acompa?ado por una artista que tambi¨¦n evolucionaba sobre zapatillas de puntas. La coreograf¨ªa, casi acad¨¦mica, fue tildada de rebuscada y fr¨ªa pero en realidad, tras la pausa que signific¨® la II Guerra Mundial, le garantiz¨® al fornido muchach¨®n de Pittsburg su pase al ¨¦xito de Hollywood.
Especialmente virtuoso fue el baile en Un americano en Par¨ªs (1952) y del programa televisivo Dancing is a man's game (1958) donde cre¨® y populariz¨® un estilo imitado hasta hoy. Su sue?o dorado lleg¨® en 1960 cuando cre¨® en la ¨®pera de Par¨ªs un ballet bajo el t¨ªtulo Pas de Dieux (con una m¨²sica especialmente rom¨¢ntica de Gershwin).
Infatigable, no entendi¨® lo que era el retiro, y a¨²n en 1985 present¨® junto a Mija¨ªl Barishnikov una preciosa cinta para televisi¨®n bajo el t¨ªtulo Esto es bailar, una verdadera antolog¨ªa desde que existe el cine hasta hoy y donde sus propios fragmentos brillaban con luz propia.
Al final de Invitaci¨®n a la danza Gene Kelly tocaba el cielo y la fantas¨ªa al bailar mezclada con dibujos animados, una, idea que en su ingenua belleza le iba ya concediendo algo de eternidad.
Babelia
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