"El comisario Conesa me dijo: 'Hay que eliminar a Cubillo"
El pasado 12 de diciembre, Jos¨¦ Luis Espinosa Pardo, de 66 a?os, sali¨® de Carabanchel. En la c¨¢rcel madrile?a pas¨® los ¨²ltimos siete a?os, cumpliendo la pena de 20 que se le impuso como inductor del atentado contra el l¨ªder independentista canario, Antonio Cubillo, el 5 de abril de 1978, en Argel. S¨®lo dos semanas despu¨¦s de que Espinosa obtuviese la libertad condicional, el 28 de diciembre, el titular del juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 4 de la Audiencia Nacional, Carlos D¨ªvar, reabri¨® la investigaci¨®n sobre el apu?alamiento que dej¨® parcialmente paral¨ªtico al jefe del extinto MPAIAC.
Con la reapertura del caso, el juez pretende despejar las inc¨®gnitas que dej¨® la sentencia dictada en julio de 1990 por la Audiencia Nacional. "Ha resultado acreditada la intervenci¨®n, junto a Espinosa, de otro u otros hombres de atr¨¢s pertenecientes al aparato policial espa?ol de aquella ¨¦poca", afirm¨® el tribunal.
"Desde sus despachos"
"Fueron, sin duda, personas que actuaron desde las mesas de sus despachos y que, precisamente, por sus relaciones ejerc¨ªan cierto dominio sobre el acusado Espinosa. Hubo una especie de central con tareas dirigentes de primer relieve, para la que aqu¨¦l, a su vez, era un instrumento", agregaba la sentencia. Antes de ingresar en prisi¨®n, en diciembre de 1988, Espinosa hizo varias declaraciones en las que implicaba vagamente a los responsables de Interior de la ¨¦poca, que dirig¨ªa Rodolfo Mart¨ªn Villa. Durante el juicio, sin embargo, s¨®lo admiti¨® haber recibido el encargo de vigilar a Cubillo por parte del entonces comisario general de Informaci¨®n, Roberto Conesa, fallecido en enero de 1994.En los pr¨®ximos d¨ªas, seg¨²n su abogado, Emilio Rodr¨ªguez Men¨¦ndez, Espinosa declarar¨¢ ante el juez D¨ªvar, a quien ofrecer¨¢ una versi¨®n distinta, convencido de que no debe nada a quienes cree haber estado protegiendo.
"No me han dado ninguna ayuda. Ni un paquete de tabaco. Me arruinaron moral y econ¨®micamente. He perdido mi mujer y mi casa", asegura Espinosa a EL PA?S. "Que no diga Mart¨ªn Villa que no sabe nada, porque todo se plane¨® en un despacho de la DGS [Direcci¨®n General de Seguridad] con el nombre de Operaci¨®n Mallorca. A m¨ª me dijeron que era por el bien de Espa?a".
Seg¨²n su versi¨®n, la historia empieza en enero de 1977. Espinosa, carpintero de profesi¨®n, hijo de un comunista que muri¨® exiliado en Argelia y combatiente ¨¦l mismo contra los franceses en la guerra de independencia argelina, viv¨ªa en Murcia, donde era secretario provincial de la UGT y, aunque pocos lo sab¨ªan, colaborador de la polic¨ªa, para la que se infiltr¨® en el FRAP y los GRAPO. "Me llam¨® Hern¨¢ndez Ros, que luego fue presidente del Gobierno murciano [del PSOE; dimiti¨® en marzo de 1984 por el intento de soborno a dos periodistas], y me dijo: 'Tenemos un problema con Argelia. T¨², que eres un hombre introducido all¨ª, te vas y te enteras por qu¨¦ Argelia apoya al MPAIAC"
"Tras esa conversaci¨®n, empec¨¦ a viajar a Argelia. Pasaba informaci¨®n a Interior sobre el apoyo del Gobierno argelino y las actividades de Cubillo. Mi contacto era Conesa, a quien conoc¨ªa de su etapa como jefe superior de Valencia. Cuando se vino a Madrid, por el secuestro de Oriol y Villaescusa por los GRAPO, yo me vine con ¨¦l. Tambi¨¦n me relacionaba con Manuel Sandoval, que mandaba la brigada operativa. Yo iba a Argelia financiado por la DGS. Me pagaban el avi¨®n y los gastos. Cada mes, mientras estaba fuera, mandaban 20.000 pesetas a mi mujer a la oficina de correos de Torreag¨¹era (Murcia)"."En Argel contact¨¦ con Cubillo, a quien conoc¨ªa desde mucho antes de que se creara el. MPAIAC. En Argelia se form¨®, tras la independencia [ 1962] lo que se llam¨¦, el Gobierno de la Tercera Rep¨²blica. Cubillo entr¨® como representante de un movimiento aut¨®nomo canario y as¨ª trab¨¦ relaci¨®n con ¨¦l. Aquello se disolvi¨® y regres¨¦ a Murcia"'.
"Cuando volv¨ª a verle, Cubillo me pidi¨® que, le ayudase. La prueba es que me mand¨® los comandos que pusieron las bombas aqu¨ª, bombas de ficci¨®n, porque dos kilos de goma que no rompen ni una taquilla... Yo ten¨ªa que hacerle pensar que defend¨ªa sus intereses. Si no, no habr¨ªa confiado en m¨ª." [De mayo a diciembre de 1977, el MPAIAC reivindic¨® la explosi¨®n de ocho artefactos en Madrid].Seg¨²n. Espinosa, "la situaci¨®n cambi¨® despu¨¦s de la cat¨¢strofe de Los Rodeos (Santa Cruz de Tenerife)". El 27 de marzo de 1977, dos jumbos colisionaron en dicho aeropuerto. El MPAIAC hab¨ªa avisado de la colocaci¨®n de una bomba en Gando (Gran Canaria) y los aviones fueron desviados a Los Rodeos. Murieron 582 personas. A¨²n hoy es el accidente m¨¢s grave de la historia de la aviaci¨®n.
"Lo de Los Rodeos se celebr¨® con champ¨¢n en Argel. Los alemanes se echaron encima del Gobierno. Los indios [independentistas] ped¨ªan el impuesto revolucionario y el capital se marchaba de Canarias. Cubillo iba a presentarse en la OUA [Organizaci¨®n para la Unidad Africana] y lo iban a reconocer, como al Polisario".
"En ese momento se toma la decisi¨®n", asegura. "En ese despacho. El del Edificio Plaza. [el Edificio Espa?a, anejo al hotel Plaza, en la plaza de Espa?a de Madrid] Era una oficina de la DGS que estaba adscrita a m¨ª. Cubillo ten¨ªa el tel¨¦fono. La recuerdo perfectamente: bloque 5, piso 14, puerta 1. Me parece que estaba a nombre de Vicente Reguengo, que mand¨® la pol¨ªtico-social".
"La reuni¨®n se celebra sobre el 15 de enero de 1978. Est¨¢n Conesa, Sandoval y dos se?ores a los que no conozco. Bueno, si los viera, s¨ª. Ya se sabe lo que pasaba con los nombres de guerra. Yo era Gustavo y a ellos les llamaban Guti¨¦rrez y Gonz¨¢lez".
"Conesa telefone¨® a Interior y dijo: 'Ponedme con el despacho del ministro'. Hablaba con alguien a quien llamaba ministro. Supuestamente era Mart¨ªn Villa, quien dijo que se tomaran medidas. Pero, claro, yo no lo puedo asegurar. Hasta me dijo [Conesal que [Adolfo] Su¨¢rez estaba al corriente... Con Mariano Nicol¨¢s, que era director general de Seguridad, seguro que habl¨®, porque yo me puse al tel¨¦fono. Como fue gobernador de Alicante y es nativo de Cartagena, me conoc¨ªa. Me dijo que le hiciera caso a Conesa".
"[Conesa] me encarg¨® que buscara gente, porque yo no pod¨ªa estar siempre en Argelia. Busqu¨¦ a Gonz¨¢lez, al que conoc¨ªa del FRAP". Se trata de Juan Antonio Alfonso Gonz¨¢lez, ejecutor del atentado a Cubillo. Condenado a muerte en Argelia en mayo de 1978, se le conmut¨® la pena por cadena perpetua. En julio de 1985, tras intensas gestiones del Gobierno espa?ol, fue indultado, igual que su c¨®mplice Jos¨¦ Luis Cort¨¦s Ram¨ªrez, condenado a 20 a?os.
Seg¨²n Espinosa, "hasta el ¨²ltimo momento no se acord¨® la muerte. En la reuni¨®n [del Edificio
Espa?a], Conesa lo insinu¨®. 'Hay que eliminarlo', dijo. Pero, claro, eliminarlo se puede decir pol¨ªticamente, sin que eso signifique... Hay que estrechar vigilancia y, si no le pueden parar los pies, pues habr¨¢ que eliminarlo', dijo. Pero yo a Gonz¨¢lez directamente no le di la orden de que se lo cargara, aunque sab¨ªa que nos lo ibamos a cargar, pero no sab¨ªa cu¨¢ndo ni si esa operaci¨®n, como otras, no se iba a llevar a cabo"."Le pusieron Operaci¨®n Mallorca, porque uno del MPAIAC, un sargento de la Marina, desert¨® por Mallorca. Se llamaba Germ¨¢n y luego lo tuve aqu¨ª con los comandos que pusieron las bombas. Recog¨ª a Gonz¨¢lez en Burdeos, sab¨ªa que estaba medio loco y para esas cosas hay que buscar... A Cort¨¦s lo ficha Gonz¨¢lez, amigo suyo"."Se estudiaron varias posibilidades. Primero, con el secuestro, y si no era posible... Cubillo me propuso comprar un barco para sacar gente de Canarias. Se estudi¨® meter dentro algunos de nuestra confianza y, cuando Cubillo lo visitara, poner rumbo a Cartagena. Pero se descart¨® porque el barco costaba cinco millones y Cubillo no ten¨ªa un duro, ni la DGS tampoco. Cuando hablan ahora de tantos millones [de fondos reservados] me asusto".. "Me dijeron que los mandase [a Gonz¨¢lez y Cort¨¦s] a Argelia. Me re¨²no con ellos en Alicante y les entrego las 350.000 pesetas que me hab¨ªa dado Conesa en el despacho de la plaza de Espa?a. El pasaporte [falso que llevaba Gonz¨¢lez] me lo entregaron en la DGS, en la Puerta del Sol".
"Si se les daba la orden"
"Inicialmente fueron a vigilar [a Cubillo]. A finales de enero acopa?¨¦ a Gonz¨¢lez [a Argel]. Le ense?¨¦ d¨®nde estaba el despacho, s casa, y me volv¨ª a Murcia. Luego regres¨® ¨¦l y, una semana antes del atentado, volvi¨® con Cort¨¦s. Se le mentaliz¨® de que hab¨ªa que eliminarlo, pero hubo momentos e que se suspendi¨®, que si era secuestro, que si no... El otro [Cort¨¦s] no lo s¨¦. Pero Gonz¨¢lez sab¨ªa que iba para vigilarlo y, si se la daba la orden... Yo la orden no se la di. Se la dar¨ªa Conesa, o Sandoval o el mismo Mart¨ªn Villa. Ello ten¨ªan all¨ª un contacto, lo que se llama una antena, su verdadero nombre no lo conozco".
"El cuchillo [con el que apu?alaron a Cubillo] tampoco se lo di Supongo que lo comprar¨ªan ellos All¨ª [en Argel] era muy dif¨ªcil llevar armas. Cubillo viv¨ªa a 30 o 40 metros de la Presidencia de la Rep¨²blica. Pegas un tiro y salen polic¨ªas de todos lados"."Me enter¨¦ del atentado por la radio. Me vine a Madrid, porque en Murcia era muy localizable. Gonz¨¢lez y Cort¨¦s fueron detenidos. Si Cubillo hubiera muerto, mi nombre no sale a relucir. Ellos dec¨ªan que les hab¨ªa mandado Gustavo, pero Cubillo sab¨ªa que Gustavo era yo""Conesa y su gente me dicen entonces que no me preocupe, que la cosa hab¨ªa salido medio bien. Me aconsejan que venda mis propiedades, lo poco que yo ten¨ªa, para quitarme de enmedio. Me mandaron a un pueblo de C¨¢ceres, Carcaboso, cerca de Plasencia. Un polic¨ªa que envi¨® Sandoval fue el que entreg¨® un mill¨®n y medio a los propietarios del terreno. Esa gente puede testificar c¨®mo se pag¨®. Prometieron que me seguir¨ªan ayudando, pero no me dieron un duro m¨¢s, despu¨¦s del mill¨®n y medio de pesetas. Tuve que. vender el terreno porque no pod¨ªa pagar la deuda"."A partir de ese momento", concluye Espinosa, "las puertas se me cerraron. Tardaron diez a?os en detenerme. Casi todo el tiempo estuve en Madrid. Ya detenido, me llevaron como testigo al juicio de la querella que Mart¨ªn Villa puso a Cubillo por calumnias. Lo negu¨¦ todo, pensaba que me iban a ayudar. Me fallaron. Hasta hoy, creo que he sido fiel con la misi¨®n. Siempre que se ha hecho una cosa de ¨¦sas se ha puesto al Estado y a Espa?a por delante".
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