La isla imposible
Malestar entre los ?ntelectuales cubanos por las trabas para viajar y los estrechos m¨¢rgenes de. tolerancia pol¨ªtica
?C¨®mo viven o sobreviven los intelectuales cubanos? ?Cu¨¢les son los m¨¢rgenes de libertad para escribir en la isla? ?Hasta d¨®nde llega la tolerancia de las autoridades cubanas? ?Cu¨¢l es la frontera entre disidencia y oficialismo? Nuevamente, estas preguntas son de viva actualidad, en Cuba. El reciente fracaso del encuentro La isla entera, que deb¨ªa reunir en Madrid a narradores de dentro y fuera de Cuba, ha reabierto viejas heridas y ha provocado descontento y malestar entre los intelectuales., Varios han criticado abiertamente a las instituciones culturales de su pa¨ªs, acus¨¢ndolas de servilistas, censoras e intolerantes.Rolando Sanchez Mej¨ªas, uno de los 12 escritores que no pudieron viajar a Espa?a por los "problemas burocr¨¢ticos" surgidos tras el enfrentamiento entre la Secretar¨ªa de Estado para la Cooperaci¨®n e Iberoam¨¦rica, que organizaba La isla, entera, y la Uni¨®n Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), ha culpado a las instituciones culturales de su pa¨ªs de "entorpecer y anular" de forma sistem¨¢tica y "por razones pol¨ªticas" todos los encuentros con intelectuales del exilio.
D¨ªas despu¨¦s, el 1 de febrero, otro joven escritor, Antonio Ponte, se entrevist¨® con el presidente de la UNEAC, Abel Prieto, a qui¨¦n pidi¨® que convocase una asamblea para debatir lo ocurrido con La isla entera y reclamar p¨²blicamente que en el futuro los creadores cubanos tengan libertad para viajar al extranjero cuando quieran y sin necesidad de tramitar permisos oficiales.
Durante la reuni¨®n, a la que asistieron los presidentes de la Asociaci¨®n de Escritores, Francisco Lopez Sacha, y de Poetas, Ant¨®n Arrufat, Ponte calific¨® a la UNEAC de "inmoral" por las presiones que ejerci¨® sobre los poetas invitados al primer encuentro La isla entera, que se celebr¨® en Madrid en 1994, cuando en los d¨ªas previos algunos funcionarios de la Uni¨®n fueron de casa en casa para "convencer" a los escritores de que no viajasen a Madrid., . -
Ponte, Sanchez Mej¨ªas y otros 13 j¨®venes escritores ya hab¨ªan firmado una carta en abril de 1995 en la que se criticaba a la UNEAC por las trabas impuestas a la celebraci¨®n de un encuentro en Berl¨ªn sobre literatura cubana, al que estaban convocados intelectuales de la isla y del exilio. "Es una situaci¨®n que se repite una y otra vez", dijo Ponte. "Y la esencia del problema es que el escritor cubano no es propiedad de la UNEAC ni del Gobierno. Tenemos derecho a salir 'cuando queramos y a decidir por nosotros mismos si participamos en un, encuentro o no".
Tanto Ponte, de 31 a?os, como S¨¢nchez Mej¨ªas, de 36, representan una "nueva generaci¨®n" de escritores que no son funcionarios, ni ocupan cargos,ni est¨¢n comprometidos con las inst¨ªtucione,
"No tenemos miedo de perder prebendas porque no gozamos de ninguna prebenda" afirma Ponte. Lo mismo declara Mej¨ªas, que obtuvo en 1993 y 1994 el Premio de la Cr¨ªtica y ha publicado los libros Escrituras y Derivas I Desde hace tres a?os, ¨¦l encabeza un proyecto literario denominado. Di¨¢spora, un grupo de "escritura alternativa" que no tiene fines pol¨ªticos, pero que no est¨¢ dispuesto a "callarse".
. "La represi¨®n de los a?os setenta castr¨® a toda una generaci¨®n de intelectuales, y por eso hay muchos escritores domesticados., Otros mantienen una ambig¨¹edad para sobrevivir, y los m¨¢s j¨®venes llegan con un cinismo nuevo: no creen en las instituciones y las instituciones no creen en ellos, pero ambos se soportan y se utilizan", explica S¨¢nchez Mej¨ªas. Pero el descontento por lo ocurrido no afecta s¨®lo a los m¨¢s j¨®venes. "La libertad para viajar no puede ser anulada", opina Ant¨®n Arrufat. Para Arrufat, hay un desequilibrio en la sociedad cubana entre el individuo y el Estado, y es necesario que este equilibrio sea reestablecido y que el Estado deje de inmiscuirse en la vida del creador. El presidente de la Asociaci¨®n de Poetas reclam¨®, en una reciente entrevista publicada en La Gaceta de la UNEAC, que el partido comunista abandone su pretensi¨®n de dirigir la cultura y controlar a los creadores.
Intelectuales vinculados a la l¨ªnea oficial, como Francisco L¨®pez Sacha o Eduardo Heras Le¨®n, ambos 'invitados al encuentro de Madrid, tampoco est¨¢n complacidos. Ellos defienden los argumentos de la UNEAC y responsabilizan a Espa?a por su "falta de flexibilidad" para cumplir un tr¨¢mite burocr¨¢tico -que, seg¨²n ellos, habr¨ªa resuelto todo el problema del encuentro-, pero ambos reconocen que no les hace. ninguna gracia "haber perdido el viaje".
"Era una buena oportunidad para dialogar, algo sin duda positivo para Cuba y para nosotros mismos", dijo L¨®pez Sacha.
C¨¦sar L¨®pez y Reinaldo. Gonz¨¢lez -tambi¨¦n invitados a Madrid- opinan que el problema va m¨¢s all¨¢ de un simple viaje, y tiene que ver con los m¨¢rgenes de libertad que tienen los creadores en Cuba. Seg¨²n algunos intelectuales, en los ¨²ltimos a?os se han abierto espacios, y hay revistas como La Gaceta que han publicado entrevistas y textos sobre exiliados como Gast¨®n. Baquero o Severo Sarduy.
Otros piensan que la "apertura cultural" tiene un l¨ªmlite muy preciso: el cuestioriamiento del r¨¦gimen pol¨ªtico. "Mientras se trata de filigranas literarias, pasa; pero, cuando se abordan problemas de fondo, en Cuba no se puede jugar", afirma un prestigioso escritor. Para S¨¢nchez Mej¨ªas, los problemas con los encuentros con exiliados son una expresi¨®n m¨¢s de la intolerancia oficial: "Temen perder el control de una pol¨ªtica, que no es simplemente una pol¨ªtica cultural, sino una pol¨ªtica de Estado".
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