G¨¦rard Dufour analiza las bases del anticlericalismo
El violento anticlericalismo que se desat¨® en Espa?a en el siglo XVIII estaba motivado en que el ciudadano de la calle, "el hombre normal, ve¨ªa en el sacerdote a un posible enemigo debido a sus artes con las mujeres en el confesionario". Esta es una de las afirmaciones de G¨¦rard Dufour en su libro Clero y sexto mandamiento. La confesi¨®n en la Espa?a del siglo XVIII, recientemente editado por Ambito, que examina el papel primordial que jug¨® la confesi¨®n durante todo el antiguo r¨¦gimen en el control de las conciencias en nuestro pa¨ªs.
La Iglesia cat¨®lica contribuy¨® en Espa?a a formar una sociedad "perfectamente intolerante en su actitud respecto al sexto mandamiento", aclara el historiador, que durante a?os ha revisado los documentos de la Inquisici¨®n y que asegura que el confesionario "fue teatro de escenas escandalosas que la Inquisici¨®n, cuando qued¨® enterada, no puso empe?o en castigar".
La Espa?a de finales del Antiguo R¨¦gimen mantiene una situaci¨®n distinta a otros pa¨ªses de Europa por la fuerte presencia del clero, se?ala Dufour. Una Iglesia con un control total de las conciencias desde la confesi¨®n "y que no impide que los propios sacerdotes se aprovechen de ella para intentar seducir a mujeres y a veces incluso a hombres".Problemas econ¨®micosEntre los aspectos m¨¢s llamativos del trabajo destacan los problemas econ¨®micos de los frailes: "Mientras el cura tiene unos recursos que le permiten, hablando en buen romance, irse al burdel y satisfacer sus necesidades biol¨®gicas, los frailes, esencialmente mendicantes, no ten¨ªan esa posibilidad y ten¨ªan que seducir a las mujeres. Por supuesto que un momento de intimidad en el que la mujer pod¨ªa ofrecer poca resistencia, por estar hablando el monje en nombre de Dios', era la confesi¨®n". Otro aspecto llamativo, seg¨²n Dufour, en el siglo XVIII, era la actitud de las mujeres. "Es muy curioso la cantidad de mujeres insatisfechas y solteras que se quedaban muy contentas con esa seducci¨®n del cura".Respecto al conocImiento de la Inquisici¨®n de la actitud de los curas solicitantes, no era exactamente el arrepentido el que denunciaba la cuesti¨®n; su denunciante era en la mayor¨ªa de los casos su confesor. "Es la aplicaci¨®n del refr¨¢n tu enemigo es de tu oficio, debido a la competencia entre confesores que pugnaban por prestigio para tener m¨¢s parroquianos que los dem¨¢s".
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