Un etarra acribilla a Tomas y Valiente en su despacho
El ex presidente. del Constitucional, asesinado en la universidad por un pistolero que simul¨® ser alumno
El ex presidente del Tribunal Constitucional Francisco Tom¨¢s y Valiente, de 63 a?os, fue asesinado a las 10.48 de ayer por ETA en la Facultad de Derecho de la Universidad Aut¨®noma de Madrid. El criminal, identificado como el miembro del comando Madrid Jon Bienzobas Arretxe, alias Karaka, de 25 a?os, se hab¨ªa introducido como un alumno m¨¢s en el departamento universitario. Tras esperar unos minutos en el pasillo, irrumpi¨® en el despacho de Tom¨¢s y Valiente, donde le sorprendi¨® sentado detr¨¢s de una mesa y hablando por tel¨¦fono. El etarra dispar¨® tres veces a bocajarro contra el jurist¨¢ y luego, pistola en mano, huy¨® hasta alcanzar un coche que le aguardaba en el exterior. El veh¨ªculo estallar¨ªa hora y media despu¨¦s en el norte de la capital, sin causar v¨ªctimas mortales. El modo de operar de los terroristas demuestra que conoc¨ªan a la perfecci¨®n los pasos de Tom¨¢s y Valiente, quien carec¨ªa de escolta y hab¨ªa acudido a la facultad para examinar a sus estudiantes. ?ste es el segundo asesinato de ETA en 1996. El pasado d¨ªa 6 mat¨® al socialista Fernando M¨²gica.
Tom¨¢s y Valiente, quien la semana anterior no hab¨ªa acudido a su clase de Historia del Derecho por una afecci¨®n pulmonar, lleg¨® sobre las 10.30 a su despacho de la cuarta planta de la Facultad de Derecho, un ¨¢rea reservada casi exclusivamente a los profesores. El catedr¨¢tico, que ten¨ªa previsto examinar a las 11.00 a sus alumnos de primero de carrera, aprovech¨® los minutos que le restaban para preparar las preguntas y departir con una colega. Pese a ser miembro del Consejo de Estado, carec¨ªa de escolta. La tuvo hasta el verano de 1995.Las primeras versiones apuntan a que a esa hora de la ma?ana el asesino ya andaba por la cuarta planta. Dos estudiantes de Derecho declararon ayer a EL PA?S que el d¨ªa anterior por la tarde hab¨ªan visto en la facultad al hombre identificado como autor del atentado. Se hallaba de pie en el pasillo junto al despacho de Tom¨¢s y Valiente, tomando notas en un bloc. Ayer, al observar su fotograf¨ªa en la televisi¨®n, recordaron la cara. Era el mismo rostro que se pod¨ªa observar en un panel de la planta baja del edificio universitario donde figuran las fotos de seis etarras distribuidas por la polic¨ªa.
El criminal pas¨® desapercibido entre los alumnos que esperaban en el pasillo para un examen oral. Se trataba, seg¨²n los testigos, de un joven de mediana estatura, de pelo rizado y con gafas (en la fotos figura con pelo liso y flequillo).
Cuando Tom¨¢s y Valiente termin¨® de hablar con su colega, siempre a tenor de los primeros datos, pidi¨® a una secretaria que le pusiera en contacto telef¨®nico con El¨ªas D¨ªaz, catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho, quien tambi¨¦n dispone de despacho en la cuarta planta, a menos de 15 metros del jurista. La llamada result¨® infructuosa. El¨ªas D¨ªaz a¨²n no hab¨ªa llegado. El reloj marcaba las 10.42.
Cuatro minutos despu¨¦s, sin embargo, El¨ªas D¨ªaz entraba en su despacho. Nada m¨¢s le notificaron la llamada, se puso en contacto telef¨®nico con Tom¨¢s y Valiente. Ambos profesores acostumbraban a comentar una, vez por semana la actualidad: El he cho de que D¨ªaz hubiese estado de viaje en M¨¦xico, y Tom¨¢s y Valiente enfermo, les hab¨ªa impedido hacerlo la semana anterior. Ayer quer¨ªan hablar, entre otras cosas, del asesinato del socialista Fernando M¨²gica.
Apenas una hora despu¨¦s del atentado, D¨ªaz recordaba as¨ª la breve conversaci¨®n telef¨®nica que mantuvo con el expresidente del Tribunal Constitucional:
-?Qu¨¦ tal tus bronquios? -le pregunt¨® El¨ªas D¨ªaz.
-Bien, bien. Oye, tenemos que hablar -respondi¨® Tom¨¢s y Valiente.
-?Qu¨¦ te parece a eso de las doce?
-No, a esa hora tengo ex¨¢menes, me viene mejor antes de las once.-Bueno, pues nos vemos ahora.
-De acuerdo, ?vienes a mi despacho o voy yo al tuyo ... ?
En este punto la conversaci¨®n qued¨® interrumpida. El¨ªas D¨ªaz recuerda que tras un corto silencio -presumiblemente causado por la irrupci¨®n del asesino- oy¨® un ruido "como de petardo". Pens¨® que se trataba de un desvanecimiento de su amigo. ?Paco! ?Paco! ?Qu¨¦ pasa!", grit¨® por el auricular. A continuaci¨®n oy¨® otros dos disparos. Por el pasillo del departamento, un profesor grit¨®: "?Han matado a Tom¨¢s!". El¨ªas D¨ªaz, al igual que otros colegas, se dirigi¨® corriendo al despacho de Tom¨¢s y Valiente.
El asesino, seg¨²n las primeras versiones, hab¨ªa esperado en, el pasillo a que el jurista se quedase solo. Una vez que lo estuvo, esper¨® unos momentos -los de la llamada- y entr¨® pistola en mano.Atrapado
La habitaci¨®n, de apenas 10 metros cuadrados y con s¨®lo una puerta, no ofrece posibilidades de huida. El catedr¨¢tico, atrapado detr¨¢s de la mesa y con el auricular en la mano, vio a su asesino, de quien recibi¨® tres tiros a bocajarro, al menos uno de ellos en la cara.
. El etarra, acto seguido, volvi¨® al pasillo, donde enca?on¨® a alumnos y profesores. Corri¨® . -perseguido por unos docentes, seg¨²n algunas versiones hasta alcanzar un ascensor, con el que descendi¨® hasta la planta baja. Afuera le esperaba un Ford Ori¨®n rojo, ocupado. por dos etarras, seg¨²n la polic¨ªa. El veh¨ªculo, robado hace una semana en Madrid y con matr¨ªcula falsa, fue abandonado en. un solar del populoso distrito de Fuencarral (en el norte de la capital), donde estall¨® hora y media despu¨¦s del atentado, con el resultado de dos heridos leves. El campus -situado en el noroeste- dista unos 10 kil¨®metros del lugar de la explosi¨®n. El cuerpo de Tom¨¢s y Valiente fue recogido inmediatamente por sus colegas, quienes en un desesperado intento por salvarle la vida le sacaron al pasillo y metieron en un ascensor. Al llegar abajo se dieron cuenta de que estaba muerto.
El reguero de sangre permaneci¨® durante toda la ma?ana en los pasillos de la cuarta planta.
Las instrucci¨®n del caso recay¨® sobre el magistrado Baltasar Garz¨®n. "Terrible, ha sido terrible", fue su ¨²nico comentario al salir del lugar de los hechos, donde tambi¨¦n se person¨® la secretaria de Estado, Margarita Robles, quien insisti¨® en que los asesinos hab¨ªan demostrado conocer a la perfecci¨®n los movimientos de Tom¨¢s y Valiente, as¨ª como la distribuci¨®n del edificio (afirmaci¨®n que bas¨® en que el etarra us¨® en su huida un ascensor que habitualmente s¨®lo emplean los profesores).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.