Una amenaza llamada Lamar
Un desconocido pretende desbancar a Buchanan y a Dole en New Hampshire
A juzgar por los anuncios pagados por Bob Dole en la televisi¨®n de New Hampshire, el principal enemigo del senador republicano en esta campa?a electoral no es Pat Buchanan ni mucho menos, Steve Forbes, quien cada d¨ªa parece m¨¢s un globo a punto de desinflarse. El rival contra el que Dole dirige la mayor¨ªa de sus ataques es Lamar Alexander, lan desconocido que fue tercero en los caucus de lowa y que ahora compite con posibilidades por la victoria en las elecciones primarias que ma?ana se celebran en este Estado, las primeras y m¨¢s significativas del proceso electoral de Estados Unidos.Bob Dole teme que, despu¨¦s de que Buchanan le arrebatara los votos m¨¢s conservadores, Alexander le quite ahora los votos moderados. Por eso, la publicidad de Dole ha pintado a Alexander como un liberal que cree en el aumento del gasto p¨²blico, en los impuestos y que es d¨¦bil contra la delincuencia. Ni eso parece cierto ni Lamar Alexander es un candidato que debiera inquietar a nadie. Pese a que, desde hace meses, ha recorrido a pie kil¨®metros y kil¨®metros de New Hampshire propagando su candidatura, Alexander s¨®lo era conocido hasta hace unos d¨ªas por la camisa de cuadros rojos y negros que visti¨® como s¨ªmbolo popular en ese recorrido.
Despu¨¦s de su ¨¦xito en lowa, donde consigui¨® el 18% de los votos, los medios de comunicaci¨®n han comenzado a fijarse en ¨¦l y en sus propuestas, y han descubierto que, a falta de un verdadero l¨ªder en esta campa?a, cualquier republicano, incluso Alexander, puede terminar siendo el candidato de esa fuerza a la presidencia norteamericana.
Alexander no tiene un programa mucho m¨¢s moderado que sus contendientes. De hecho, es tan firmemente antiestatista como los m¨¢s duros republicanos, y ha propuesto vagamente la creaci¨®n de una rama especial de las fuerzas armadas para patrullar la frontera con M¨¦xico e impedir la entrada de inmigrantes. "No tengo ni idea c¨®mo habr¨ªa que hacerlo, simplemente hay que hacerlo, igual que liberamos Kuwait", ha dicho en una entrevista.
Los m¨¦ritos de Alexander no son sus ideas sino las carencias de sus rivales. Pese a haber sido secretario de Educaci¨®n y gobernador de Tennessee, Alexander gana a Dole por su imagen de pol¨ªtico nuevo y ajeno a los intereses de Washington. "La ¨²nica raz¨®n por la que tenemos pobres en este pa¨ªs es porque hemos contratado a Washington para hacer el trabajo que deber¨ªamos de hacer nosotros", opina.
La alternativa prudente
Tambi¨¦n gana a Dole en juventud -tiene 55 a?os, 17 menos que el l¨ªder republicano en el Senado-, y en energ¨ªas -ha construido su campa?a boca a boca, sin recursos econ¨®micos ni apoyos de las figuras del partido conservador-. Frente a Buchanan, cuya menci¨®n empieza a asustar a los republicanos tradicionales, Alexander es la alternativa prudente, la ¨²nica figura con capacidad de unir a los conservadores moderados y radicales.
El propio Alexander ha advertido a los votantes de su partido que Clinton va a ser un rival muy dif¨ªcil de vencer en noviembre, y que los republicanos no deber¨ªan tener como candidato "ni al alguien que habla como Washington y piensa como Washington' , en referencia a la larga trayectoria de Dole en esa capital, "ni a alguien que quiere arrojar por la borda a todo el que no le gusta", en alusi¨®n al radicalismo de Pat Buchanan. Muchos comentaristas consideran que si consigue un buen resultado en New Hampshire, Alexander puede ser el Clinton de los republicanos. Tambi¨¦n fue gobernador de un Estado del sur y tambi¨¦n tiene una esposa acusada de esc¨¢ndalos financieros. Y, al fin y al cabo, tambi¨¦n hace cuatro a?os por estas fechas parec¨ªa casi inconcebible que Clinton fuera presidente de EE UU.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.