Frontera episcopal
Civilizaci¨®n de la imagen, se repite orgullosamente y se vive entre espejismos, como si la imagen televisiva no empobreciera la realidad mientras nos domestica para la pasividad y se presta mucho m¨¢s que la visi¨®n personal a ser disfrazada por el poder. As¨ª nos advert¨ªa Jos¨¦ Luis Sampedro en su discurso Desde la frontera se?alando c¨®mo ahora no se procura alcanzar la iluminaci¨®n, sino sentir el latigazo del deslumbramiento cegador. Inmune a estos fallos del sistema sensorial, la Conferencia Episcopal acaba de hacer p¨²blico un documento, Moral y Sociedad. Se trata de un texto que llevaba en el horno desde hace m¨¢s de dos a?os y que antes de ser adoptado en su versi¨®n definitiva ha pasado por cinco borradores sucesivos. Pero si ha salido a los medios precisamente en campa?a electoral habr¨¢ sido por pura coincidencia, sin que pueda detectarse intencionalidad alguna. Los obispos sit¨²an su verdad por encima de los votos y detectan como fen¨®meno preocupante una cierta mitificaci¨®n de la democracia. Qu¨¦ interesante el reino de los matices y de las distancias medidas despu¨¦s de tantos a?os de ponerle el palio al general Franco sin rechistar.El plenario de la Conferencia Episcopal, a trav¨¦s del mencionado documento, considera que los numerosos esc¨¢ndalos que abruman a nuestra sociedad denotan que la situaci¨®n de la moral p¨²blica y privada parece haberse agravado en los ¨²ltimos a?os. Pero por parte alguna resuenan en el citado texto los ecos de la denuncia del obispo auxiliar de Barcelona, Joan Carrera, respecto a la Cadena de Ondas Populares Espa?ola (COPE), convertida en una m¨¢quina de insidias, en una eficaz sembradora de odios, injurias y descalificaciones y en una permanente promotora del maridaje de la Iglesia con un partido pol¨ªtico determinado. Como se ha escrito en la secci¨®n La curva del perro del ¨²ltimo n¨²mero de El Economista, si esto es as¨ª, ?con qu¨¦ autoridad denuncian los obispos los abusos en otros medios mientras en su propia casa de la COPE no los atajan y prefieren anteponer consideraciones de audiencia y de lucro a imperativos indeclinables de conciencia? Adem¨¢s, llama la atenci¨®n que nuestros obispos reserven sus armas pesadas de excomuni¨®n y dem¨¢s penas can¨®nicas que nos precipitar¨ªan en los abismos del infierno a los usuarios de anticonceptivos o a las que se ven precisadas a abortar mientras invocan sus deberes de paternal comprensi¨®n con esas ovejitas del reba?o que apenas se descarr¨ªan disparando en la nuca de sus semejantes o haciendo explotar coches bomba sobre viandantes de diversa condici¨®n. Suena muy fuerte que el mismo reelegido presidente de la Conferencia Episcopal, monse?or El¨ªas Yanes, se apresure a ofrecerse para no se sabe qu¨¦ di¨¢logo o negociaci¨®n con la banda etarra a prop¨®sito de lo que el titular de la di¨®cesis de San Sebasti¨¢n viene llamando el contencioso vasco. M¨¢s habr¨ªa valido que, con los atributos de su rango y condici¨®n y la cruz pectoral por delante, los obispos hubieran optado por hacerse presentes en la manifestaci¨®n de ayer en Madrid.
Entre tanto, el Informe semanal que publica la revista Pol¨ªtica Exterior denuncia a un n¨²mero peque?o de profesionales de la informaci¨®n -algunos nombres sorprendentes- que se entrega a la pr¨¢ctica de la extorsi¨®n, la difusi¨®n de falsas noticias y la protecci¨®n de redes de delincuencia desde publicaciones peri¨®dicas y medios audiovisuales. Y a?ade que el nuevo Gobierno que salga de las urnas el 3 de marzo tambi¨¦n ser¨¢ valorado por su capacidad para enfrentarse a esas redes de prostituci¨®n informativa. ?No habr¨¢ llegado ya el momento en que los responsables pol¨ªticos de los diferentes partidos hayan de tomar distancia p¨²blica y desautorizar a quienes piensen que por formar parte del s¨¦quito est¨¢n autorizados a vulnerar las m¨¢s elementales normas del juego limpio?
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