Cosas de la PPhar¨¢ndula
Es una pena que Antonio Banderas no disponga en este momento de una serie televisiva en emisi¨®n, como la tuvo Candice Bergen cuando su personaje Murphy Brown se convirti¨®, durante las elecciones norteamericanas, en el blanco de los odios del ni?o l¨ªmite y, a la saz¨®n, vicepresidente norteamericano con Bush, Dan Quayle. Ser¨ªa la mar de entretenido que Murphy Banderas ali?ara sus apariciones con suculentas morcillas sugeridas por los dislates que se le van ocurriendo a Anson Quayle, desde el diario Abc, como consecuencia del cabreo por la actuaci¨®n de nuestro actor m¨¢s internacional. a favor del voto al PSOE en uno de los videos electorales. Resulta bastante mezquino, y sobre todo, desinformado, aciasar de corrupci¨®n a una star que tiene un cach¨¦ de cinco millones, de d¨®lares por pel¨ªcula.A falta de semejante solaz, disponemos de otros. Por ejemplo, ese Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar entregado a la morer¨ªa durante su reciente paso por Melilla. La derechona melillense, que goza de pasear a los visitantes inclu¨ªdos periodistas poco avezados por un itinerario fijo destinado a cultivar la especie de que en Melilla no hay racismo, hab¨ªa acompa?ado al l¨ªder supremo a visitar a, un comerciante jud¨ªo, tras lo cual le llevaban a cumplimentar a otro negociante de plantilla, esta vez indio. Por el camino decidieron soltarle a unos musulmanes adiestrados, algunos vestidos con impolutas chilabas blancas, adquiridas para la ocasi¨®n. Al paso de Aznar hici¨¦ronse ellos los encontradizos -"Ahora, ahora", les estimulaban los de la claque- Vi¨¦ndose el templado l¨ªder frente al coro de Aida, tuvo oportunidad de preguntarles qu¨¦ tal hab¨ªa ido el Ramad¨¢n, y quedar inmortalizado para la foto en plan Jos¨¦ Mar¨ªa de Arabia.No todo son buenos momentos. Hace unas noches, en el Centro Cultural de la Villa, se celebr¨® una velada, con el patrocinio de la Fundaci¨®n de la Prevenci¨®n Escolar y Laboral contra la Droga, bajo el enunciado"Puccini y la mujer". En dicho acto, y no me pregunten la raz¨®n -salvo que, en una reencarnaci¨®n anterior, haya sido Madame Butterfly-, actuaba como maestro de ceremonias el visionario Octavio Aceves, frecuente acompa?ante de Mar¨ªa Jos¨¦ Cantudo; Para reforzar, fue llama da Concha M¨¢rquez Piquer, en calidad de presentadora, leyendo un texto que le dieron. En un momento dado le toc¨® leer la siguiente frase de Thomas Edison: "Los hombres mueren, los gobiernos cambian, pero La Boh¨¦me ser¨¢ eterna". Y a la gentil tonadillera, miembro de la de rechatriz -presentada en sociedad hace unas semanas en el madrile?o Teatriz-, le pareci¨® que pod¨ªa marcarse una chuleta y, encaramad¨¢ sobre sus rojos tacones de aguja, a?adi¨®: "Yo apostillo: los hombres mueren, los gobiernos cambian, eso espe ro, Dios m¨ªo, que cambien gracias a Dios, y La Boh¨¦me ser¨¢ eterna". Hizo una pausa de veterana c¨®mica sperando el aplauso, que fue t¨ªmi do, mientras un an sector le dedicaba un abucheo de reglamento. Nervios¨ªsima, increp¨® a los que la, abroncaban afirando que ella es una dem¨®crata, y que si los dem¨¢s lo fueran la dejar¨ªan hablar. Desde abajo se le dijo que, precisamente, por que hay libertad de expresi¨®n la abucheaban. Tuvo que dejar el escenario, no sin lanzar este mensaje.cr¨ªptico:"Me voy delescenario, pero quiera Dios todopoderoso que a ustedes no les falte el pan para sus hijos". Espero que no le den el Ministerio Lola Pu?ales (venganzas varias).
Y acabo con un aviso para transe¨²ntes: el Partido Popular ha colocado a 17 mujeres en Madrid, llamadas esquineras, en plan experiencia piloto para impartir doctrina en cuanto a los prop¨®sitos del partido.
Espero que nadie las haga una proposici¨®n indecorosa.
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