Bares junto a hospitales

Gracias en primer lugar por acoger en sus p¨¢ginas estas breves l¨ªneas que lo ¨²nico que pretenden es llevar a la mente de nuestros dirigentes municipales una intenci¨®n muy simple y que se traduce en dos breves palabras: solidaridad con los enfermos.

Mi padre, enfermo, terminal, lleva ingresado cinco meses, en el Hospital Militar, situado en la calle de Isaac Peral (distrito de Moncloa). Algunas ventanas del citado hospital dan a esa calle, o bien a la de Joaqu¨ªn Mar¨ªa L¨®pez: pues bien, las noches de todos los fines de semana nos vemos obligados a soportar y sobre todo a o¨ªr la algarab¨ªa juvenil que se traduce en una serie de ruidos (gritos, c¨¢nticos, vidrios rotos, bocinas de coches) que impiden a los enfermos de este hospital tener un momento de descanso, independientemente del problema que causan a, los profesionales que trabajan en estos turnos.

La cercan¨ªa de varias discotecas, las dobles y hasta triples filas" de coches aparcados, los j¨®venes y menos j¨®venes, conforman un escenario digno de contemplar.

?C¨®mo es posible que se hayan concedido licencias de apertura cerca de una zona de hospitales? (Concepci¨®n, Cl¨ªnico, General¨ªsimo Franco) ?C¨®mo es posible que las luces de ne¨®n alumbren las gigantescas H que ruegan silencio ante la presencia de un hospital?

Alguien tiene que asumir su responsabilidad antes de que los pacientes pierdan la paciencia y exijan algo m¨¢s que explicaciones.